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Mª José Menéndez, de Ashurst, se retira tras 35 años en la élite: "Quiero vivir a otro ritmo"
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Se mantiene como 'senior advisor' de la firma

Mª José Menéndez, de Ashurst, se retira tras 35 años en la élite: "Quiero vivir a otro ritmo"

Además de una de las letradas más reputadas en M&A y arbitraje, es uno de los referentes femeninos de la abogacía: fue la primera socia de Clifford y una de las pocas en liderar un gran bufete

Foto: María José Menéndez, socia de Ashurst. (Cedida)
María José Menéndez, socia de Ashurst. (Cedida)
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María José Menéndez, una de las figuras de la abogacía de los negocios en España de las últimas décadas, se retira de la primera línea. Tras 35 años de intensa carrera profesional, la todavía socia de Ashurst abandonará el partnership de la firma el próximo 1 de noviembre. Mantendrá, eso sí, su vinculación con el despacho y con la profesión, aunque "a otro ritmo", como ella misma describe. Desde esa fecha, Menéndez actuará como senior advisor de Ashurst —una suerte de consultora externa en determinados asuntos o acciones comerciales— y seguirá ejerciendo como árbitro, función en la que se ha especializado en la última década. "Seguiré teniendo una actividad profesional muy rica, pero sin estar sometida a la exigencia y las cargas de formar parte de una estructura tan grande; quiero poder elegir y, también, sacar tiempo para otros intereses y aficiones", explica. Entre ellos, la escritura. El año pasado publicó su segunda novela: Juegos malabares (Editorial Verbum).

Con su retirada, no solo lo deja una de las abogadas españolas más reputadas en el ámbito de M&A —así lo acreditan los principales directorios internacionales—, también uno de los grandes referentes femeninos de la abogacía de los negocios. No en vano, Menéndez fue la primera mujer en ser designada socia en Clifford Chance —en el año 1999— y ha sido una de las pocas en alcanzar la máxima responsabilidad en un despacho de élite. Ya en Ashurst, bufete en el que se enroló en 2005, fue nombrada socia directora en 2016, cargo que ejerció durante tres años. Una trayectoria que completa con importantes cargos a nivel internacional en su actual firma, como su elección como directora de operaciones corporativas para EMEA o, desde hace dos años, su incorporación al consejo de administración mundial.

Foto: María José Menéndez, nueva miembro del Consejo de Administración mundial de Ashurst

Ella, sin embargo, no siente que haya protagonizado nada extraordinario, pues nunca ha tenido la sensación, dice, de que el hecho de ser mujer haya lastrado o supuesto alguna traba en su carrera. Ni siquiera en los años en que tuvo alguno de sus tres hijos. "Los despachos son entornos exigentes en donde se te evalúa por tu desempeño y tus resultados, y a mí siempre me han dado una gran flexibilidad para organizarme. A nadie le importa si el trabajo está terminado a las ocho de la mañana o a las diez de la noche, lo que quieren es que esté bien hecho", explica. Aunque se dice consciente de que muchos en el sector le atribuyen el mérito de haber abierto camino para las profesionales, ella considera que se trata de "una aportación casi involuntaria" pues "solo intenté seguir adelante con mi trabajo lo mejor posible; no siento que por mis decisiones merezcan ser ejemplo de nadie".

Menéndez destaca cuatro grandes momentos que han marcado su carrera profesional. El primero, su salida de la universidad, en la que estaba decidida a opositar a jueza —incluso, había empezado a prepararse el temario antes de acabar la carrera—. "Sin embargo, me aventuré a echar mi currículo en algunos sitios... y acabé en un despacho de abogados, un entorno del que no he salido hasta ahora". El segundo hito es su salto de Uría Menéndez, firma en la que inició su carrera en 1989, a Clifford Chance, casi cuatro años más tarde. "Un cambio en el que jugó un papel muy destacado Emilio Díaz, socio de Uría, con el que yo trabajaba habitualmente, pues dio una opinión sobre mí que resultó muy relevante para ese cambio". El tercero es su promoción a socia del bufete del Magic Circle, "al mismo tiempo que mis compañeros hombres, sin sufrir ningún retraso, a pesar de tener ya dos niños". Y, por último, su fichaje por Ashurst en 2005, organización de la que ha formado parte casi desde su aterrizaje en España.

Foto: Joaquín Macías Pérez, nuevo socio de Ashurst.

"Todavía no nos hemos hecho a la idea de que nos abandone una figura tan relevante y que todavía tiene tanto valor que aportar a la organización y a nuestros clientes", expone con cierta resignación Jorge Vázquez, socio director de la oficina de Madrid de Ashurst. Como mal menor, se consuela, el vínculo que mantendrá como senior advisor. "Es cierto que no estará todos los días al pie del cañón, principalmente porque no se va a dejar", bromea Vázquez, "pero sí intentaremos que siga siendo un activo con el que podamos contar y que, lo que nosotros podamos aportarle, también sea interesante para ella". La retirada de Menéndez se suma a la de otra histórica, la ex socia de Inmobiliario de la firma del Silver Circle Cristina Calvo, que dejó el bufete a finales del año pasado. Calvo, que también renunció en busca de tener más tiempo para otros proyectos personales y profesionales, se mantiene en el perímetro de Ashurst como consultant, tal y como informó este diario.

Ashurst es el despacho que más intensamente ha marcado la carrera de María José Menéndez. "Han sido 18 años en los que la profesión, la firma, el mercado legal y los clientes han cambiado muchísimo", detalla, pero en los que la esencia y los valores del bufete inglés se mantienen. "Esta siempre ha sido una organización amable, con un muy buen ambiente de trabajo, y que da libertad a los profesionales para desplegar todas las capacidades que quieran desarrollar. Nunca nadie dejará de escucharte o van a cortarle las alas o restarte visibilidad con base en jerarquías impuestas o estructuras rígidas", desvela. "Solo puedo decir que en Ashurst he estado muy, muy a gusto". ¿Su momento más difícil en la firma? El fallecimiento, en 2019, del carismático Gonzalo Jiménez-Blanco, socio del despacho, tras una larga enfermedad. "Nunca estás preparado para perder a una persona tan valiosa, y además a una edad tan joven; fue muy, muy duro para todos".

La confianza como activo

Sobre el futuro de la profesión, Menéndez augura importantes transformaciones en los próximos años. Lo que permanece invariable es la necesidad de "generar confianza al cliente", elemento que identifica como la clave para haber sido capaz de mantenerse en la élite durante tanto tiempo. "Si consigues transmitir la convicción de que harás un buen trabajo y solucionarás el problema para el cual acuden a ti, ese es el mejor elemento de fidelización". Receta, la de labrarse la imagen de confiable, que también vale para progresar dentro de los despachos. La reputación es uno de los grandes activos en el ámbito de los servicios profesionales.

Foto: Cristina Calvo, socia de Ashurst. (Cedida)

La todavía socia de Ashurst duda sobre si recomendaría a las futuras generaciones dedicarse a la abogacía. No porque piense que dejará de ser una profesión atractiva, algo de lo cual se muestra convencida, sino porque considera que las tareas que hoy desempeña un letrado van a ser completamente diferentes a medio plazo. Los grandes vectores de cambio serán la tecnología y la inteligencia artificial. "Dentro de diez años, los despachos van a ser muy distintos a lo que son ahora", reflexiona; "cuando yo empecé, los abogados sabíamos que, más o menos, íbamos a replicar lo que veíamos hacer a nuestros mayores. Quienes hoy se inician esta carrera, deben estar abiertos a un modo de ejercicio completamente diferente... aunque seguramente mejor, porque también habrá progreso en muchos aspectos".

Lo que está por ver es si esas mejoras alcanzan también a uno de los grandes obstáculos que los jóvenes dicen encontrar en la abogacía de élite: la conciliación y la flexibilidad. Dos metas que Menéndez considera que los despachos han tratado de facilitar históricamente, pero que hoy se encuentran incluso más al alcance de los profesionales. "Yo pude organizarme en una época en la que no había trabajo en remoto; ahora, existen multitud de sistemas implantados durante la pandemia". Lo que no cambia, es la necesidad de dedicación. "Si quieres acompañar a tu hijo al colegio o hacer una gestión a media tarde, podrás, pero después quizás necesites quedarte cuatro horas por la noche". Un punto de equilibrio entre un trabajo tan exigente y la vida personal de cada uno, según su propia experiencia, que es un esfuerzo que también atañe al propio profesional.

María José Menéndez, una de las figuras de la abogacía de los negocios en España de las últimas décadas, se retira de la primera línea. Tras 35 años de intensa carrera profesional, la todavía socia de Ashurst abandonará el partnership de la firma el próximo 1 de noviembre. Mantendrá, eso sí, su vinculación con el despacho y con la profesión, aunque "a otro ritmo", como ella misma describe. Desde esa fecha, Menéndez actuará como senior advisor de Ashurst —una suerte de consultora externa en determinados asuntos o acciones comerciales— y seguirá ejerciendo como árbitro, función en la que se ha especializado en la última década. "Seguiré teniendo una actividad profesional muy rica, pero sin estar sometida a la exigencia y las cargas de formar parte de una estructura tan grande; quiero poder elegir y, también, sacar tiempo para otros intereses y aficiones", explica. Entre ellos, la escritura. El año pasado publicó su segunda novela: Juegos malabares (Editorial Verbum).

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