Nuevo frente entre Grupo Emperador y Villar Mir por una factura millonaria con Hacienda

Las espadas están en alto entre el Grupo filipino Emperador y la familia Villar Mir. El motivo es la sanción por importe de cuatro millones de euros que la Agencia Tributaria ha impuesto a la sociedad Torre Emperador Castellana, dueña del rascacielos del mismo nombre, por la incorrecta aplicación de bases imponibles negativas.

El holding asiático compró este edificio, entonces bautizado como Torre Espacio, en noviembre de 2015 tras poner sobre la mesa un cheque de 558 millones de euros y asumir una deuda de 200 millones, pasivo ligado a este gigante de 60.000 metros cuadrados y 56 plantas.

En aquel contrato de compraventa, se incluyeron "garantías otorgadas por el anterior propietario de la sociedad, por las cuales todo daño y pasivo que pudiera surgir derivado de la finalización de las comprobaciones que está efectuando la Administración Tributaria sería totalmente repercutido al mismo", según señala Grupo Emperador en el último informe de cuentas del rascacielos.

Y los peores augurios se han cumplido. El pasado 23 de julio, la Agencia Tributaria comunicó un acuerdo de liquidación que incluye una carta de pago por importe de 4,04 millones de euros, castigo que el grupo asiático ya ha provisionado en las cuentas de la socimi Emperador Properties, tras constituir un aval por importe de 4,3 millones de euros.

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La inspección del fisco que ha terminado derivando en esta sanción se remonta al 30 de junio de 2022. Entonces, Torre Emperador recibió el comunicado de inicio de actuaciones sobre las bases imponibles negativas compensadas en los ejercicios 2016 a 2020.

"El derecho a compensar estas bases imponibles negativas se originó durante la pertenencia de la sociedad al grupo fiscal 058/85, cuya sociedad dominante era Inmobiliaria Espacio SA", señala el grupo asiático, en clara alusión a la posibilidad de repercutir esta sanción a Villar Mir.

Sin embargo, todo apunta a que se trata de un proceso que va para largo, ya que estas mismas bases negativas fueron aceptadas por la Agencia Tributaria en unas diligencias del año 2016. Pero su criterio cambió seis años después. En julio de 2022 Hacienda comunicó a Emperador que durante un proceso de inspección al conglomerado de Villar Mir se puso en evidencia un exceso de compensación de bases negativas por valor de 20,6 millones.

Esta cifra es la diferencia entre los 35 millones de euros de bases imponibles negativas que tenía la sociedad tenedora de la torre cuando la compró Emperador, y que el grupo filipino se ha aplicado en gran parte, y los algo más 14 millones que reconoce ahora la Agencia Tributaria, modificando lo suscrito en 2016.

Precisamente, este cambio de criterio es el principal argumento sobre el que Grupo Emperador va a construir su defensa, según afirman fuentes conocedoras, que apuntan a un mínimo de cuatro años de proceso judicial. Desde la empresa han declinado hacer comentarios y se han limitado a señalar lo recogido en las cuentas. En paralelo, la actual dueña del rascacielos se ha dirigido a Villar Mir reclamándole asumir cualquier posible factura, punto en el que discrepan.

Los frentes abiertos de Emperador

Detrás de Grupo Emperador está Megaworld Land, promotora del empresario filipino Andrew Tan, una de las mayores fortunas del sudeste asiático gracias al conglomerado Alliance Global Group, que tiene intereses en un amplio abanico de industrias que abarcan desde los negocios de alimentación y bebidas hasta el inmobiliario y los hoteles, pasando por la franquicia de los restaurantes de McDonald's en el archipiélago.

Tras construir gran parte de su fortuna sobre el mundo de los licores, decidió entrar en nuestro país aliado con González-Byass, propietario de Brandy Emperador, Bodega San Bruno y Bodega las Copas. Una década después, cuenta con tres de los mejores edificios del país: Torre Emperador, la vecina Torre Caleido (más conocida por Torre IE o Quinta Torre) y la barcelonesa Torre Diagonal One.

Sin embargo, en todas ellas tiene actualmente diversos quebradores de cabeza. En el caso del primer campus vertical de España, el gigante formativo controlado por Diego del Alcázar ha interpuesto una demanda contra la inmobiliaria por el presunto incumplimiento del contrato de arrendamiento.

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Cuando, en 2016, el Instituto de Empresa (IE) firmó un alquiler por 20 años sobre el grueso del rascacielos, se garantizó una opción de compra por 100 millones de euros. Hoy, ese dinero es oro, al valorarse el edificio en 300 millones. Por el camino, Villar Mir incumplió en el plazo de entrega (se retrasó un año) y perdió el control de la torre, al vender en 2017 el 49% a Tan, con opción de hacerse con otro 1%, y, cuatro años después, traspasar el otro 50% a Incus. Desinversiones que han llevado al IE a dar un paso al frente para intentar ejercer su propia opción de compra. Esta disputa se encuentra en los tribunales.

En Diagonal One, la sociedad cabecera de este rascacielos cerró las cuentas del pasado ejercicio con una salvedad de su auditor, KPMG, por incumplimiento de una ratio de cobertura de parte del préstamo que pidió a CaixaBank para adquirir la sede de Telefónica en la Ciudad Condal.

Torre Diagonal One arrojó unas pérdidas de tres millones de euros y su ratio de desocupación rozaba el 20%

Para abordar esta compra, en mayo de 2019, firmó un contrato de financiación con CaixaBank por importe máximo de 90 millones de euros y garantizado por la hipoteca sobre el propio edificio. El crédito se dividió en dos tramos; en el principal, por importe de 83 millones de euros, se incumplió la citada ratio al cierre del pasado ejercicio, alerta que la sociedad ha corregido en el primer semestre de este año mediante la amortización anticipada de parte de la financiación.

A cierre de junio, Torre Diagonal One arrojó unas pérdidas de tres millones de euros y su ratio de desocupación rozaba el 20%, mientras que Torre Emperador Castellana tuvo unos números rojos de 3,7 millones de euros con una desocupación superior al 17%.