La receta económica de Bildu: banca pública y un fondo soberano 'copiado' del PNV para el 21-A

El PNV y Bildu coinciden en una de sus propuestas estrella en materia económica para la carrera electoral del 21-A: la creación de un fondo soberano. El candidato jeltzale, Imanol Pradales, planteó hace un mes la activación de un fondo para respaldar las operaciones industriales y tecnológicas que se consideren vitales para Euskadi y blindar su arraigo y este martes, el aspirante de Bildu, Pello Otxandiano, apostó por la misma fórmula.

El cabeza de lista de la izquierda radical, muy crítico con Petronor y con la influencia de la compañía en la política energética del País Vasco, abogó además por la “electrificación”. La formación presentó su programa económico bajo la lectura de que la pujanza del País Vasco está en claro retroceso y ha llegado el momento de actuar para evitar el “declive” de la comunidad. Entre las medidas de la coalición destaca también la polémica propuesta de recuperar el control público de Kutxabank.

La economía es un terreno resbaladizo para Bildu. El asesinato y secuestro de empresarios a manos de ETA y el acoso y extorsión que los diferentes sectores sufrieron con el impuesto revolucionario siguen levantando recelos en torno a la coalición. La izquierda radical, al ritmo que ha ido desplegando su estrategia pragmática, ha intentado disipar esas dudas y acercarse al tejido productivo y empresarial de Euskadi. Otxandiano, antes de ser designado candidato, fue la persona encargada de liderar esos contactos y trasladar a las empresas un recetario que ahora en parte ha quedado plasmado en el programa económico para las elecciones.

Para Bildu, que según los principales sondeos empata ahora mismo a unos 28 escaños con los jeltzales, la economía vasca ha ido perdiendo vigor de forma paulatina en los últimos años. El PNV, según la coalición, no ha sabido leer el momento económico, y siguiendo la “corriente neoliberal” no ha preparado a Euskadi para los retos del futuro: la transición energética y un modelo económico que deberá transitar por una política industrial “proactiva” y en la que, a juicio de la coalición, el sector público debe ser un agente determinante. De ahí, la propuesta de la creación de un fondo soberano con el que el Ejecutivo regional adquiera participaciones y garantice el arraigo de las empresas de referencia.

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Otxandiano no especificó en qué compañías debería invertirse, pero sí precisó que el fondo podría dotarse de unos 1.300 millones. Para la articulación del mismo tendría un papel fundamental la sociedad pública Finkatuz, creada por el Ejecutivo vasco en 2021, pero cuyo papel, a juicio de la coalición, ha sido insuficiente. Bildu considera que Euskadi no se puede permitir que compañías como Euskaltel, tras sufragar el Gobierno regional la inversión en fibra, acabe en manos privadas. Frente a este modelo, la coalición contrapone la entrada del Gobierno central en Telefónica con la compra del 10% de la compañía “para garantizar su control”.

Otra de las grandes apuestas de la coalición y que puede levantar una auténtica polvareda es la de recuperar el control público de Kutxabank. La izquierda radical precisa en su programa que las fundaciones titulares de la entidad “no garantizan en absoluto un control democrático de la misma” y por ello plantean intervenir. “Desde una actitud responsable y comprometida con el interés general de la ciudadanía vasca, se deben explorar todas las vías que permitan a las instituciones recuperar el control del que podría ser un instrumento financiero de gran potencial para el desarrollo económico y social de nuestro pueblo”, reza el programa económico.

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Además, Otxandiano defendió la creación de una Entidad de Previsión Social Voluntaria (EPSV) pública, que podría llegar a ser “el embrión de un sistema de Seguridad Social propio, un sistema de prensiones propio”. Para el candidato de Bildu se debería haber impulsado un desarrollo estratégico de este tipo de herramientas, pero “no se ha hecho nada de eso”.

Críticas al PNV y Petronor

Para la coalición hace falta hacer un análisis riguroso de la situación económica e industrial de Euskadi, lejos del “relato autocomplaciente y de las lecturas superficiales” del Ejecutivo vasco. “El papel de la administración pública no se puede limitar a acompañar de forma acrítica al sector privado en sus apuestas estratégicas (caso de Petronor con los combustibles sintéticos)”, señala el programa, pero Otxandiando, dando un paso más, censuró directamente la influencia de la empresa en las políticas del Gobierno vasco.

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El candidato de Bildu aseguró que la política energética desarrollada en Euskadi no ha tenido el impulso adecuado, “condicionado por la presencia e influencia de determinadas corporaciones” y apuntó a Josu Jon Imaz, CEO de Repsol y expresidente del PNV, “que tiene gran capacidad de influencia en las políticas públicas del Gobierno vasco, en este caso en el sector energético”. Otxandiano criticó que en materia de transición energética, los jeltzales están plenamente alineados con “un discurso retardista”, influenciados por Imaz y Petronor, compañía a la que emplazó a cambiar su modelo de negocio. "Lo que no puede hacer es dictar las políticas energéticas y tratar de influir en las políticas públicas", zanjó.