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La industria vasca espera que el resfriado alemán no se convierta en pulmonía
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La industria vasca espera que el resfriado alemán no se convierta en pulmonía

La producción industrial ha caído un 5,9% en julio y los pedidos de la locomotora europea han experimentado la mayor caída desde el covid

Foto: Antiguo astillero La Naval en la ría de Bilbao. (EFE/Miguel Toña)
Antiguo astillero La Naval en la ría de Bilbao. (EFE/Miguel Toña)
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La industria siempre ha sido uno de los pilares de la economía vasca. Si bien su peso se ha ido reduciendo con el paso de los años y se ha realizado un progresivo viraje orientado al sector servicios, aún hoy la importancia de la industria explica, en parte, la mejor posición de Euskadi con respecto a otras economías en España. Sin embargo, las últimas cifras publicadas por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, y por el INE en los últimos días, apuntan a un descenso de la actividad industrial en el mes de julio, un descenso más acusado que el de la media del Estado (un 5,9% frente a 1,8). En lo que se refiere a los primeros siete meses del año, el descenso es de un 2% mientras que en el conjunto de España es solo de una décima. Más allá de estas cifras, una cuestión preocupa especialmente: las exportaciones.

Aunque las cifras son positivas en lo que va de año y las exportaciones han crecido un 3,5% con respecto al mismo periodo de 2022, desde abril se está produciendo un descenso mes a mes. Los datos de junio, los últimos disponibles, recogen un descenso del 10%. El principal foco de atención es Alemania, destino clave para las exportaciones y donde se ha experimentado la mayor pérdida desde la pandemia. Alemania no es solo la "locomotora" de Europa, sino que es el principal mercado para la industria vasca. La caída en el mes de julio alcanza el 11,7%. Y si abrimos el foco, las cifras con el resto de países de la UE son aún peores. Unas cifras que a buen seguro tendrán muy pendiente a la economía vasca en los próximos meses, teniendo en cuenta, eso sí, que el pasado fue el año en el que se logró el máximo histórico de ventas exteriores. Y en el caso alemán, también hay que considerar que los germanos han reducido sus pedidos un 24% a proveedores de la Unión Europea.

Un fenómeno global

"No es un problema exclusivo de Euskadi. La desaceleración global afecta a muchos países", apunta sobre el descenso de la producción industrial Pablo Martín, responsable de Economía de la patronal vasca, Confebask. "En el caso de Europa", explica Martín "la subida de tipos iniciada el año pasado se está plasmando ya en los últimos meses en un descenso de los niveles de actividad porque frena el consumo y la inversión, y con ello la producción industrial".

Desde la patronal vasca consideran que "la industria vasca está aguantando razonablemente bien" y apuntan que "habrá que esperar a cómo se desarrollarán los acontecimientos en los próximos meses". Martín apunta a la producción industrial de energía y bienes de equipo para explicar "la evolución ligeramente peor" de Euskadi con respecto al resto de España, puesto que son las ramas industriales que "peor evolución registran" y tiene un elevado peso en la CAV.

También mantienen la cautela con respecto a la evolución de los pedidos de Alemania. "Alemania es el principal cliente de nuestra industria, y es de los países europeos que peor evolución están registrando por tema energético, precios, etc.", explica Martín y apunta a que "el hecho de que la locomotora europea haya frenado nos afecta". Con todo, desde Confebask destacan que la "industria sigue apostando por la inversión y el empleo, que son las claves para asegurar su futuro competitivo". Eso sí, apuestan por mantenerse "en una situación de alerta ante el deterioro de la actividad productiva de los últimos meses.

Menos atractivos y menos competitivos

Para el popular Javier de Andrés, exdiputado general de Álava, el análisis no es tan optimista. De Andrés apunta a mirar más allá de estos últimos datos y señala "el deterioro de la situación de competitividad con respecto a otras comunidades" algo que viene sucediendo desde "hace tiempo". Dos son las cuestiones que preocupan especialmente a De Andrés, la "falta de competitividad y la fuga de talento". "Se va gente joven formada y viene gente con poca preparación", señala. Una situación de la que culpa a la gestión del Gobierno Vasco y a un gobierno central "que no ha ayudado".

"Hablan de preocupación, pero no veo actuación", afirma De Andrés sobre el departamento de Industria encabezado por Arantxa Tapia. Además, pone cifras encima de la mesa: "12.400 puestos de trabajo industriales perdidos en la legislatura". "No se está utilizando el Concierto Económico para ser más atractivos, sino para cobrar más impuestos", crítica De Andrés y apunta a que esto ha hecho de Euskadi un territorio "menos atractivo y menos competitivo". Además, señala que se ha llevado a cabo "una gestión nacionalista, intentando distinguirse del resto de España, con diferente legislación. Y cuando esto pasa, el que pierde es el más pequeño, Euskadi".

Un asunto sensible en un año clave

En un año en el que los votantes vascos irán a las urnas, cualquier traspié económico puede ser de vital importancia, sobre todo con un panorama político más abierto de lo que acostumbraba. Y el papel de la industria en una economía orientada a los servicios tiene potencial para colarse entre los temas de campaña.

La terciarización de la economía vasca es un proceso difícil de revertir. Si bien sigue siendo el motor de la economía en Euskadi, un estudio de Fedea y BBVA Research señalaba este mismo año que desde 1955 ha reducido su peso un 50%. En lo que a empleos se refiere, Euskadi tiene la mitad de trabajadores en la industria que en la década de los 70. Las razones son múltiples y tienen también que ver con los cambios tecnológicos en el sector industrial. En este contexto, la economía vasca ha tenido que mirar al sector servicios y apostar por industrias como la turística. Algo que en tiempos del máximo esplendor industrial resultaba impensable, pero que ha sido posible gracias a transformaciones como la experimentada por Bilbao. La apuesta por los grandes eventos (el reciente Grand Depart del Tour, por ejemplo), no siempre es un generador de consenso. Y cuando vienen mal dadas económicamente, la nostalgia del pasado industrial no suele tardar en aparecer.

Si se confirman los problemas para Alemania, la alerta en la industria vasca puede ir a más

Bildu, que por primera vez en mucho tiempo se ve con opciones de cuestionar la hegemonía del PNV, ha lanzado en los últimos meses mensajes relacionados con la industria en los que reclaman que tenga un mayor peso en la economía vasca. La coalición abertzale presentó en el mes de marzo su propuesta para la industria Bases para una política industrial emprendedora. En la presentación del documento, director de programa de EH Bildu, criticaba la pérdida de "peso industrial, arraigo y empresas tractoras en sectores estratégicos". Además, para la coalición abertzale, la economía vasca corre riesgo de terciarización y de perder arraigo "en manos de fondos de inversión extranjeros". Una situación que pretenden contrarrestar impulsando lo que han venido a llamar el Modelo Vasco de Empresa, cimentado en reformas legislativas y fiscales.

En la pasada campaña del 23-J, el PNV empleó también la política industrial para atacar al PSOE. Lo hizo proclamando su apuesta por la industria en la Margen Izquierda vizcaína, donde todavía hoy la industria tiene un peso importante, por alejado que esté de su glorioso pasado industrial.

Si se confirman los problemas para Alemania, la alerta en la industria vasca puede ir a más. Una situación que no afecta solo al bolsillo, sino que también tiene que ver con la identidad de la economía vasca. Una papeleta difícil de gestionar antes de pasar por las urnas.

La industria siempre ha sido uno de los pilares de la economía vasca. Si bien su peso se ha ido reduciendo con el paso de los años y se ha realizado un progresivo viraje orientado al sector servicios, aún hoy la importancia de la industria explica, en parte, la mejor posición de Euskadi con respecto a otras economías en España. Sin embargo, las últimas cifras publicadas por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, y por el INE en los últimos días, apuntan a un descenso de la actividad industrial en el mes de julio, un descenso más acusado que el de la media del Estado (un 5,9% frente a 1,8). En lo que se refiere a los primeros siete meses del año, el descenso es de un 2% mientras que en el conjunto de España es solo de una décima. Más allá de estas cifras, una cuestión preocupa especialmente: las exportaciones.

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