La vuelta de tuerca de los pactos con Bildu: el PSOE vasco se lo pensará si le ofrece la Lehendakaritza

"Me lo tendría que pensar, evidentemente". Eneko Andueza, secretario general del PSOE vasco, planteó este jueves un nuevo escenario en la dinámica de pactos con Bildu. El líder del PSE dejó la puerta abierta a aceptar el apoyo de la coalición si le hace lehendakari. Sería la fórmula que se ha usado en Navarra. Si María Chivite encara su segunda legislatura al frente del Ejecutivo foral es porque la izquierda radical permitió en agosto su investidura con la abstención, como ya hizo hace cuatro años. Pero hay una diferencia sustancial, el PSN es la segunda fuerza en Navarra, solo superada por UPN, y el PSE, la tercera en Euskadi.

Por delante de los socialistas en el Parlamento vasco está Bildu (además del PNV), y Arnaldo Otegi siempre ha dejado clara su fórmula: “bloque de progreso”, pero aupar en cada institución al candidato de la fuerza más votada. Por eso rechazó la propuesta que los socialistas navarros lanzaron tras las elecciones del 28-M para evitar que UPN se hiciese con la alcaldía de Pamplona. Fue lo que el PSN denominó tercera vía y que consistía en que el resto de partidos de izquierdas votasen a su candidata, Elma Saiz (ahora ministra de Inclusión), o al candidato de Geroa Bai (la marca de los nacionalistas vascos en Navarra, con dos concejales en la capital), para evitar el pacto expreso con la formación abertzale radical.

Otegi nunca lo permitió y finalmente consiguió su objetivo: acuerdo con el PSN para que su portavoz, Joseba Asiron, sea alcalde. Es la contrapartida a la investidura de Pedro Sánchez. Y será gracias a la moción de censura que se debata el próximo 28 de diciembre y que ha supuesto para los socialistas traspasar todas las líneas rojas. Este también es el objetivo de Bildu para el País Vasco, que el PSE dé sus votos a su candidato, Pello Otxandiano, y no al contrario, convencidos de que tienen en su mano superar al PNV y situarse por primera vez como la primera fuerza en unas autonómicas en Euskadi.

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La idea es imposible en el País Vasco y así lo reconoció Andueza en una entrevista en ETB-2, a pesar de ese “me lo tendría que pensar”. “Yo ese escenario no lo contemplo porque no creo que estén dispuestos a darnos sus votos”, continuó para volver a insistir en que él “nunca firmaría un acuerdo de gobierno” con Bildu, por una cuestión “ética” y por su “proyecto independentista”. “Soy una persona de palabra”, defendió, consciente de que el paso dado por el PSN compromete a los socialistas vascos, ahora bajo la sombra de la sospecha. ¿Por qué es posible un acuerdo en Pamplona y no en Euskadi?

La relación con el PNV

Andueza, que tendrá la llave del futuro Gobierno vasco, no quiso garantizar que fuese a darle la Lehendakaritza al PNV. "No lo sé. Yo tengo muy claro que no voy a hacer lehendakari a un candidato de EH Bildu, tengo muy claro que quiero ser lehendakari y que aspiro a ganar las elecciones", defendió, como parte de la estrategia que el PSE está trazando de cara a las elecciones vascas, todavía sin fecha, aunque previsiblemente se celebrarán la próxima primavera.

Fuentes socialistas reconocen que no pueden proyectar la imagen de que “siempre estarán ahí” para el PNV. “Queremos huir de ese marco y plantear un marco de liderazgo del PSOE. Tal vez nos digan que somos un poco ingenuos, pero es el planteamiento con el que afrontamos las elecciones, donde tenemos que exponer las muchas diferencias que tenemos con el PNV y, por supuesto, con Bildu”, apuntan.

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De ahí que el líder de los socialistas vascos remarcase que el PSOE fue la fuerza más votada el pasado 23-J en Euskadi y que si vuelve a ser así en las vascas, la relación de fuerzas con los nacionalistas se tendría que invertir. Sería lo lógico, pero saben que es más que improbable. Los socialistas, aunque suban, difícilmente superarán al PNV. De hecho, con los resultados de los comicios de 2020 tendrían que triplicar el número de diputados (10, frente a los 31 de los jeltzales) que actualmente tienen en el Parlamento de Vitoria.

Otra cosa es que las autonómicas constaten una subida del PSOE y una caída del PNV, y eso permita a los primeros ganar más peso en el futuro Ejecutivo vasco. Ahora, los nacionalistas tienen la presidencia y ocho consejeros, y los socialistas, tres carteras. No obstante, las encuestas de momento no auguran una subida significativa del PSE.

La última entrega del Sociómetro, elaborado por el Gobierno vasco y publicado el pasado 1 de diciembre, arroja que el PNV bajaría de los 31 a los 29 escaños y los socialistas subirían uno, hasta los 11. No son movimientos de calado y, sobre todo, los datos son suficientes para reeditar una mayoría absoluta (el umbral está en 38 asientos) entre las dos fuerzas.