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Bildu podrá ganar, pero no gobernar: el PSOE sale al rescate de un PNV en horas bajas
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EL PSOE TIENE LA LLAVE DE LA GOBERNABILIDAD

Bildu podrá ganar, pero no gobernar: el PSOE sale al rescate de un PNV en horas bajas

El líder del PSE, Eneko Andueza, cerró ayer la puerta a un acuerdo con la izquierda radical. Solo el 16% de las bases socialistas apuesta por un tripartito con Bildu y Podemos mientras el 66% prefiere seguir con el PNV

Foto: El secretario general del PSE, Eneko Andueza, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, e Idoia Mendia, 'vicelehendakari' socialista. (EFE/David Aguilar)
El secretario general del PSE, Eneko Andueza, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, e Idoia Mendia, 'vicelehendakari' socialista. (EFE/David Aguilar)

Imanol Pradales será, casi con total seguridad, lendakari. A pesar de que el PNV atraviesa horas bajas con la evidente erosión que arrastra la gestión de Iñigo Urkullu, y varias elecciones consecutivas a la baja, los nacionalistas volverán a reinar en el Ejecutivo autónomo vasco. Y lo harán gracias al PSOE. Los socialistas tienen en su mano la llave de la gobernabilidad de Euskadi y no entra en sus planes aupar a Bildu, ni al Gobierno de Vitoria ni a ningún otro.

El secretario general de los socialistas vascos, Eneko Andueza, zanjó este lunes en Madrid cualquier atisbo de debate y cerró la puerta a un acuerdo con Bildu. Da igual el candidato que finalmente designe la coalición abertzale radical una vez que Arnaldo Otegi se ha apeado de la carrera electoral. Tampoco importa si finalmente la izquierda radical se corona como primera fuerza. El PSOE no le dará la llave del Ejecutivo vasco.

"Si me preguntan si voy a hacer lendakari a un candidato de EH Bildu, le voy a decir que no, si voy a conformar Gobierno con EH Bildu, le diré que no", sostuvo Andueza en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum en la capital. PNV y PSOE gobiernan en coalición las principales instituciones de la comunidad y aunque el líder de los socialistas no escatimó en críticas hacia su socio, enterró cualquier otro escenario. "Mi aspiración es ganar las elecciones, tender la mano, tender puentes, construir un proyecto de país que se ajuste a las necesidades de la ciudadanía vasca y liderar ese Gobierno. Lo que se salga de ahí no me interesa de momento, y probablemente de final tampoco", añadió.

Foto: Ortuzar, Urkullu y el flamante candidato, Imanol Pradales, en el aniversario de la muerte de Sabino Arana. (EFE/Luis Tejido)
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Andueza no escatimó en críticas hacia el modelo que, a su juicio, abandera el PNV, “agotado”. Según el PSE, su socio nacionalista está ensimismado en la gestión del día a día y es incapaz de ofrecer soluciones a los problemas de la ciudadanía. Pero admitió que están llamados a replicar el pacto por el que ahora gobiernan en coalición la comunidad, las tres capitales vascas y las tres diputaciones.

Entre las dos fuerzas suman 41 escaños en el Parlamento vasco (31 de los jeltzales y 10 de los socialistas), tres por encima de la mayoría absoluta, fijada en 38 asientos. Para que Bildu (21 parlamentarios) supere ese umbral, no solo tendría que hacerse con toda la representación que ahora tiene Podemos (6), también debería contar con un apoyo extra que, hoy por hoy, no puede encontrar en el PSOE, ni mucho menos en el resto de fuerzas con representación (PP+Cs y Vox).

El 66% de los votantes del PSOE apostó por un acuerdo con los peneuvistas, frente al 16,6% que se decantó por un tripartito de izquierdas (PSE, Bildu y Podemos)

La pujanza de Bildu es incuestionable, pero de momento insuficiente, y habrá que ver a dónde llega en las próximas elecciones vascas, todavía no convocadas aunque previstas para la primavera. En las dos últimas citas electorales, las municipales del 28-M y las generales del 23-J, los datos constataron el momento dulce que vive la coalición abertzale frente a unos jeltzales en horas bajas. En el primer proceso, acabaron siendo la primera fuerza municipal del País Vasco con 107 alcaldías, en el segundo, se quedaron a 1.000 votos de superar al PNV.

Pero también los comicios locales dejaron una lección a Bildu: socialistas y peneuvistas desplegaron un cordón sanitario para garantizarse todas las alcaldías en las que ambos pudiesen sumar mayoría absoluta. E incluso, como fue el caso de Vitoria o de la Diputación de Guipúzcoa, se apoyaron en el PP.

Foto: Otegi, con Joseba Asiron detrás, interviene en un mitin de la campaña del 28-M. (EFE/Jesús Diges)

Es un precedente que a Bildu le duele y que Otegi se encarga de recordar con frecuencia para exigir al PSOE que se desdiga de sus pactos y apueste por la máxima del “bloque de progreso”. Es decir, facilitar el Gobierno a la fuerza más votada dentro del eje de las izquierdas. Es lo que Bildu ha hecho con Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, como recordó Otegi en una entrevista en Radio Euskadi la semana pasada, y es lo que reclama en Pamplona, que el PSOE facilite a Bildu la alcaldía. En la capital navarra, la fuerza más votada fue UPN, pero la coalición radical sumaría mayoría con el apoyo de los socialistas y del resto de partidos de izquierda.

Y aunque Pedro Sánchez ha sabido salir indemne de sus pactos con Bildu, electoralmente ni al PSE ni al PNV les interesa transitar ese camino. El último DeustoBarómetro, publicado el pasado mes de julio, señala que tanto los votantes socialistas como los jeltzales prefieren los pactos entre ambos que con cualquier otra fuerza política. La encuesta preguntaba específicamente qué coalición era la preferida para gobernar el ayuntamiento del encuestado si ningún partido había logrado la mayoría suficiente por su cuenta. El 66% de los votantes del PSOE apostó por un acuerdo con los peneuvistas, frente al 16,6% que se decantó por un tripartito de izquierdas (PSE, Bildu y Podemos). Por su parte, el 46,2% de los votantes del PNV defendió un pacto con los socialistas, y un 26,4%, con EH Bildu.

Imanol Pradales será, casi con total seguridad, lendakari. A pesar de que el PNV atraviesa horas bajas con la evidente erosión que arrastra la gestión de Iñigo Urkullu, y varias elecciones consecutivas a la baja, los nacionalistas volverán a reinar en el Ejecutivo autónomo vasco. Y lo harán gracias al PSOE. Los socialistas tienen en su mano la llave de la gobernabilidad de Euskadi y no entra en sus planes aupar a Bildu, ni al Gobierno de Vitoria ni a ningún otro.

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