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La sucesión de Urkullu alimenta las dudas en el PNV a meses de las elecciones vascas
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LAS ELECCIONES PUEDEN CONVOCARSE EN MARZO

La sucesión de Urkullu alimenta las dudas en el PNV a meses de las elecciones vascas

El partido muestra signos de debilidad en un momento en el que no puede permitirse ningún fallo. Urkullu no aspirará a la Lehendakaritza, el partido todavía no tiene sucesor y Bildu está en condiciones de disputarle la primera plaza

Foto: Ortuzar, acompañado de diversos cargos del PNV, en la rueda de prensa para valorar los resultados del 23-J. (EFE/Luis Tejido)
Ortuzar, acompañado de diversos cargos del PNV, en la rueda de prensa para valorar los resultados del 23-J. (EFE/Luis Tejido)
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Al PNV le ha estallado en las manos el proceso interno para la designación de su candidato para las elecciones vascas. Iñigo Urkullu no repetirá y el partido todavía no tiene reemplazo. La formación ha mostrado un gran signo de debilidad en un momento en el que no puede cometer ningún fallo. Los comicios están a la vuelta de la esquina (podrían adelantarse a marzo) y Bildu está en condiciones de disputarle la primera plaza. Que gane la izquierda abertzale radical sería la peor de las pesadillas para los jeltzales.

La ejecutiva del PNV comunicó el jueves a Urkullu que no le propondría como candidato, según avanzó El Correo. El partido llevaba desde las elecciones municipales de mayo sopesando un cambio de rostro, como publicó este periódico el pasado julio. Los comicios certificaron el desgaste y la erosión del lendakari y de unas siglas que vieron cómo se les escapaban 86.000 votos. Bildu se convirtió en la primera fuerza municipal con 107 alcaldías y todas las alarmas se encendieron en Sabin Etxea, la sede de los nacionalistas vascos.

Bildu estaba y sigue en condiciones de disputarle la hegemonía, y por eso el PNV ha optado por cambiar de candidato. Urkullu lleva tres legislaturas y la última ha pesado como una losa. Fue muy criticada su gestión de la pandemia, tiene un importante frente abierto en la sanidad y en la educación, y la comunidad está al ralentí, no termina de despegar. Este viernes, sin ir más lejos, se anunciaron 150 despidos en la planta que Michelin tiene en Vitoria.

Las elecciones, cuya convocatoria depende de Urkullu —una de las fechas que se barajan es marzo, la otra es unirlas a las europeas de junio—, dirán si la estrategia de los jeltzales ha sido la acertada, pero que la noticia haya saltado sin un relevo claro lo que hace es disparar las dudas y dar alas a la rumorología sobre quién encabezará la candidatura del PNV. Además, el proceso interno para la elección de candidatos dilata los plazos mientras el reloj corre.

Foto: Urkullu, este jueves en el Parlamento vasco. (EFE/L. Rico)

Este mismo jueves, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en una entrevista en Onda Cero apuntaba a que el proceso se terminaría de resolver en unas semanas. "Tenemos un procedimiento tasado, tenemos que hablar primero con el lendakari. Se habla de cómo se ven las cosas, se hace un diagnóstico de situación y a partir de ahí se toma una decisión", precisó Ortuzar. Preguntado por Nacho Cardero, el director de El Confidencial, dejó la puerta abierta a cualquier escenario: "Está todo abierto. El proceso está sin empezar". Pero por la tarde se precipitó todo. Llegó la conversación a la que aludía el presidente del PNV y el mensaje fue que Urkullu no volvería a presentarse.

Fuentes oficiales del PNV insisten en que el partido todavía no ha puesto en marcha la maquinaria para la elección de candidato y que el proceso comenzará el próximo lunes. También el lunes, Bildu iniciará su propio proceso. Arnaldo Otegi dejó entrever esta semana, en una entrevista en Radio Euskadi, que no será el candidato de la formación. Pero la incertidumbre en la izquierda abertzale radical no pesa como en el caso de los jeltzales.

Foto: Arnaldo Otegi. (EFE/Luis Tejido)

La formación vive un momento dulce. En las generales del 23-J se quedaron a solo 1.000 votos de diferencia del PNV en Euskadi, y el hecho de no presentar como cabeza de cartel a un candidato ligado a la vieja Batasuna y a los 50 años de terrorismo de ETA les puede recompensar. No es la primera vez que los jeltzales se enfrentan a un proceso traumático, si bien la escisión del año 86 con la salida del entonces lendakari, Carlos Garaikoetxea, que fundó Eusko Alkartasuna, no es comparable a ninguno de los otros periodos de tensión vividos en el seno del partido.

¿Será una mujer?

Entre los nombres que han comenzado a circular para sustituir a Urkullu destacan los de dos mujeres. Sería la primera vez que el PNV optara por una candidata para la Lehendakaritza. Itxaso Atutxa es la presidenta del PNV en Vizcaya y tiene experiencia de gestión. Es además quien en una entrevista radiofónica, para enfado de Urkullu, deslizó que las elecciones podrían celebrarse en marzo. La segunda es Izaskun Bilbao, la europarlamentaria de la formación, sin embargo, está alejada de la política doméstica de Euskadi desde 2009, cuando accedió al Parlamento Europeo por primera vez.

Otro de los nombres que ha sonado ha sido el de Aitor Esteban. Sin embargo, que el partido prescinda de su hombre en Madrid parece muy poco probable. El diputado sí que fue la persona elegida por el PNV para la presidencia del Congreso, una propuesta impulsada por Coalición Canaria, pero que finalmente no salió adelante.

Al PNV le ha estallado en las manos el proceso interno para la designación de su candidato para las elecciones vascas. Iñigo Urkullu no repetirá y el partido todavía no tiene reemplazo. La formación ha mostrado un gran signo de debilidad en un momento en el que no puede cometer ningún fallo. Los comicios están a la vuelta de la esquina (podrían adelantarse a marzo) y Bildu está en condiciones de disputarle la primera plaza. Que gane la izquierda abertzale radical sería la peor de las pesadillas para los jeltzales.

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