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Euskadi busca enviar contrarreloj a otras CCAA los residuos que iban a Zaldibar
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ALERTA DE QUE LA SITUACIÓN ES "MUY COMPLEJA"

Euskadi busca enviar contrarreloj a otras CCAA los residuos que iban a Zaldibar

Su red de vertederos no puede asumir las 500.000 toneladas de residuos industriales que acogía: se construye una celda temporal junto a la zona del derrumbe para almacenar los restos de Zaldibar

Foto: Dos excavadoras buscan a los dos sepultados en el vertedero de Zaldibar. (EFE)
Dos excavadoras buscan a los dos sepultados en el vertedero de Zaldibar. (EFE)

Las consecuencias derivadas del derrumbe del vertedero de Zaldibar, en Vizcaya, se extienden y ahora, dos semanas después del siniestro, suman al Gobierno vasco el problema de qué hacer con las toneladas de residuos industriales que recibía esta infraestructura y que la red vasca de basureros no puede asumir en la actualidad por falta de capacidad. Ante esta situación, el Ejecutivo de Vitoria se ha visto forzado a contactar con otras comunidades autónomas para tratar de enviar allí parte de estos residuos.

La realidad es la que es: el País Vasco presenta un “déficit claro” de capacidad de recepción de las aproximadamente 500.000 toneladas de residuos industriales que se depositaban anualmente en el vertedero propiedad de Verter Recycling 2002, a quien el Ejecutivo de Vitoria responsabiliza de forma directa del derrumbe del pasado 6 de febrero y que mantiene sepultados a dos trabajadores. De esta insuficiencia ha alertado la viceconsejera de Seguridad, Elena Moreno, lo que ha motivado que el Gobierno vasco se haya puesto en contacto con comunidades limítrofes y otras más alejadas para conocer qué capacidad y disposición tienen para acoger parte de estos residuos.

Foto: Operarios trabajan este lunes en el vertedero de Zaldibar. (EFE)

Se buscan alternativas ante los insuficientes márgenes de maniobra que ofrecen los vertederos vascos para el destino de 500.000 toneladas de residuos, con lodos de papeleras, arenas de fundición, escorias, tierras de excavación y otro tipo de deshechos “minoritarios” dentro de las “corrientes principales” de basuras que se recibían en Zaldibar. Son residuos procedentes mayormente de la industria papelera y la fundición, pero también del ámbito de la siderúrgica, fundición, construcción e incluso del sector del automóvil.

Moreno ha detallado esta "complicada" problemática al término de la reunión que ha mantenido en la sede del Gobierno vasco en Vitoria con representantes de los vertederos existentes en el País Vasco y de las empresas que depositaban sus residuos en Zaldibar de cara a analizar las “alternativas” existentes para dar salida a esta producción de residuos que se ha quedado sin destino tras venirse colina abajo hace dos semanas la instalación de Verter Recycling.

El Gobierno construye una celda temporal junto a la zona del derrumbe para almacenar los residuos del vertedero, que se tratarán como "peligrosos"

Ya lo había advertido el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, el día anterior en el Parlamento vasco en la comparecencia del lendakari Iñigo Urkullu y los titulares de cuatro departamentos para dar explicaciones por la cuestionada gestión de la crisis por parte del Ejecutivo: el derrumbe ha aflorado la problemática de la gestión de los residuos en Euskadi. El colapso de Zaldibar, según ha incidido este miércoles Moreno, ha puesto a la luz que “teníamos un déficit latente en cuanto a la capacidad de recepción de los vertederos”.

Ahora, se trabaja a contrarreloj para encontrar un acomodo a los residuos que tenían como destino a Zaldibar, donde diariamente llegaban numerosos camiones con, según han denunciado los propios transportistas, todo tipo de residuos “sin ningún control”. La basura que se encuentra ahora mismo en esta instalación no se va a mover.

De hecho, el Ejecutivo de Vitoria ha iniciado la construcción de una celda temporal en el propio vertedero, junto a la zona del derrumbe, para almacenar estos residuos y los procedentes de las labores de excavación para la búsqueda de Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze, con los equipos de rescate a pie en la zona, cribando a mano y con perros los residuos que están retirando dos excavadoras de la zona derrumbada para intentar encontrar a los dos operarios sepultados. Con una capacidad de 100.000 toneladas, todos los restos que se trasladen a este depósito recibirán la consideración máxima para residuos peligrosos ante la imposibilidad de separar los materiales con amianto del resto. Se va a aplicar por “seguridad” la “máxima calificación en materia preventiva marcada por la legislación para residuos”.

Los equipos de rescate criban en la zona a mano y con perros los residuos que retiran dos excavadoras para encontrar a los dos trabajadores sepultados

La falta de alternativas para los restos industriales está llevando a muchas industrias a almacenar sus residuos de forma temporal en las propias instalaciones a la espera de que se encuentre una solución a corto plazo. En todo caso, Moreno ha negado que alguna compañía haya tenido que paralizar su producción. Pero es necesario encontrar “salidas” cuanto antes. Y entre las alternativas que están sobre la mesa, el Gobierno vasco estudia la reapertura del vertedero de Epele en Bergara (Guipúzcoa) por ser el más cercano a las instalaciones de Zaldibar, y que en su época útil no albergaba residuos calificados como peligrosos. También se ha planteado la posibilidad de ampliar algunos vertederos activos cumpliendo de forma estricta las medidas de seguridad –esta cuestión ya se había planteado incluso antes del derrumbe por el incremento de la generación de residuos en el País Vasco con destino a vertedero–.

A corto plazo, la solución que se antoja más factible es llevar los residuos a otras comunidades y, al respecto, no se descarta ningún emplazamiento, a pesar de que la Ley de Residuos prima la proximidad en los traslados al exterior. “Se trata de una situación de emergencia”, justifica la viceconsejera de Medio Ambiente ante la existencia de un “problema muy complejo”.

Muchas industrias están almacenando sus residuos de forma temporal en sus instalaciones a la espera de que se encuentre una solución a corto plazo

La situación es “muy complicada” pero también, como ha dejado constancia Moreno, de “mucho nerviosismo y de mucha presión” por parte de los vertederos vascos y de los ayuntamientos donde se ubican estos basureros. Y, a este respecto, ha censurado la “presión” que ejercen “otros ayuntamientos que no tienen vertederos, que no tienen una problemática de emisiones o contaminaciones”, en alusión a consistorios gobernados por EH Bildu, que está haciendo una feroz campaña contra el Gobierno en coalición de PNV y PSE por su gestión de la crisis con las elecciones autonómicas vascas a escaso mes y medio. “Es una presión añadida que no es de recibo en estos momentos”, ha denunciado para “llamar a la cordura entre todos” para priorizar los consensos en “clave de solución”.

"Estamos buscando alternativas. Estamos buscando qué capacidad tenemos a corto plazo y qué cosas tenemos que ir planteando a medio plazo, y lo tenemos que hacer con una disposición positiva por parte de todos y en clave de solución", ha enfatizado, confiada en que en los "próximos días" se pueda tener "bien enfocado" el destino de los residuos industriales que se depositaban en Zaldibar. No obstante, con la mirada puesta en el futuro, ha llamado a la reflexión sobre el modelo de producción y gestión de residuos, instando a las empresas a pensar en la "valorización" de sus residuos.

Las consecuencias derivadas del derrumbe del vertedero de Zaldibar, en Vizcaya, se extienden y ahora, dos semanas después del siniestro, suman al Gobierno vasco el problema de qué hacer con las toneladas de residuos industriales que recibía esta infraestructura y que la red vasca de basureros no puede asumir en la actualidad por falta de capacidad. Ante esta situación, el Ejecutivo de Vitoria se ha visto forzado a contactar con otras comunidades autónomas para tratar de enviar allí parte de estos residuos.

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