El PNV da la espalda al PSOE a la espera de elegir aliado tras las elecciones vascas
La formación nacionalista no va a establecer socios prioritarios antes de las elecciones autonómicas del 25 de septiembre
El PNV ha dado un sonoro portazo al PP, pero también cierra la puerta al PSOE ante un eventual intento de Pedro Sánchez de conformar un Gobierno alternativo tras la previsible fallida investidura de Mariano Rajoy esta semana. La formación nacionalista, cuyo apoyo puede resultar clave para la configuración del nuevo Ejecutivo en Madrid, va a permanecer a la espera hasta las elecciones vascas del 25 de septiembre, cuyos resultados van a marcar los movimientos del partido de Andoni Ortuzar en busca de aliados.
Las encuestas apuntan a que, al igual que en el escenario político español, en Euskadi serán necesarios pactos para conformar Gobierno. Podemos se ve capacitado para hacer sombra al PNV en la lucha hacia Ajuria Enea, y la sintonía que mantiene con la izquierda 'abertzale' obliga a la formación 'jeltzale' a buscar un socio tras los comicios vascos para, en su caso, lograr estabilidad en el Gobierno. No obstante, en este escenario, el PNV afronta la pugna por mantenerse en el poder con la máxima de que la situación política del conjunto de España no condicione, al menos de partida, las elecciones vascas. Esto implica marcar distancias 'a priori' tanto con PP como con PSOE antes de tener que elegir aliado.
El PNV ha sido muy contundente en su no a Rajoy, que se fundamenta en su “desprecio” al autogobierno vasco y sus “continuos ataques recentralizadores” a lo largo de su mandato. Pero también da la espalda al PSOE en previsión de un segundo intento de Sánchez de conformar Gobierno. De momento, no ha habido contactos entre ambos, según confirman desde las dos formaciones a El Confidencial. Ni los socialistas han sondeado a los nacionalistas la posibilidad de recabar su apoyo ni la formación 'jeltzale' se plantea esta posibilidad como algo factible en estos momentos. En todo caso, en previsión de este hipotético escenario, el partido de Ortuzar quiere marcar terreno y da largas al PSOE, al asegurar con rotundidad que no establecerá socios prioritarios antes de las elecciones vascas.
Los resultados del 25-S marcarán los movimientos del PNV tanto en Euskadi como en Madrid. De momento, hay un precedente negociador entre la formación 'jeltzale' y el PSOE que acabó en rotundo fracaso. Sánchez se encontró con el rechazo del PNV en su intento de conformar un Gobierno progresista tras las primeras elecciones del 20-D. La formación nacionalista, consciente de su posición de fuerza, exigió al PSOE asumir el contenido de la “agenda vasca”, que incluye el traslado de más competencias para la mejora del autogobierno, entre ellas la de prisiones, dotar a Euskadi de un “nuevo estatus” que reconozca la realidad plurinacional de España y otra serie de reivindicaciones como la “adecuación” de los efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil en Euskadi.
La respuesta del PSOE ante estas demandas no fue satisfactoria para el PNV, que abortó cualquier posibilidad de acuerdo. Y más tras el pacto que sellaron los socialistas y Ciudadanos. Ahora, al igual que entonces, la formación de Ortuzar asegura que el pacto alcanzado entre Rajoy y Albert Rivera ha enterrado cualquier mínima posibilidad de acuerdo. En esta línea, el lendakari y candidato a la reelección, Íñigo Urkullu, ha denunciado que este acuerdo constituye un “veto” a los nacionalismos y, en concreto, al “autogobierno vasco”. Ciudadanos aboga por la supresión del concierto económico vasco y por reducir las competencias a las autonomías, y, aunque estas medidas no se recogen en las 150 propuestas pactadas con el PP, el PNV entiende que se reflejan en el espíritu del acuerdo. “Me preocupa lo que no está escrito pero sí está dicho”, ha remarcado Urkullu.
La puerta del PNV al PP está ahora cerrada. Otra cosa es lo que ocurra tras el 25-S. Dependerá del tablero político que deparen las urnas. Hasta entonces, la formación 'jeltzale' se mantiene en su “no innegociable” a Rajoy “antes y después” de las elecciones vascas. En todo caso, a la espera de lo que ocurra en Euskadi, donde también podría darse un escenario político marcado por la incertidumbre, están por solucionarse los diferentes frentes abiertos entre los gobiernos de Rajoy y Urkullu. El Ejecutivo del PP ha llevado a los tribunales varias leyes vascas y estudia emprender la vía judicial contra otras normativas, caso de la Ley de víctimas policiales; la OPE de la Ertzaintza y la reposición de funcionarios están en duda… A la vista de esta situación, desde el PSOE se ve “más factible” que el PNV acabe apoyando a Rajoy que a Sánchez para desencallar todas estas cuestiones.
En cualquier caso, en Ferraz no están por la labor de momento de que Sánchez inicie un nuevo proceso negociador para conformar Gobierno si Rajoy fracasa en su intento de ser investido presidente esta semana. De darse este escenario, los socialistas consideran que la responsabilidad seguiría recayendo en el líder del PP. Además, no son partidarios de someter a Sánchez a otro proceso que podría suponer la puntilla a su liderazgo. Rajoy no ha cerrado la puerta a un segundo intento de investidura a principios de octubre. Para entonces, ya estará despejada la vía vasca y los acuerdos entre fuerzas serán más factibles (y necesarios).
El PSOE podría sondear de forma informal a los partidos para constatar los apoyos con los que gozaría Sánchez para ser investido presidente del Gobierno. Pero fuentes socialistas insisten en que “no es nuestro momento”. Por ello, descartan de forma tajante cualquier conversación con Podemos, el PNV o ERC para abrir esta vía. A este respecto, Urkullu es tajante. Desde que su partido presentó la agenda vasca a Sánchez, no se ha obtenido respuesta. “Desde ese día hasta hoy, nada ha cambiado”, ha asegurado el lendakari, que este martes ha dado inicio al nuevo curso político en Euskadi, que podría vivir dos procesos electorales en apenas tres meses, de confirmarse unas terceras generales en diciembre. Según ha aseverado, “nada ha cambiado” desde el 20-D, “salvo que ha habido otras elecciones el 26 de junio”.
No es cierto que el PSOE, como afirma Urkullu, no respondiera al PNV. Los socialistas trasladaron un documento de respuesta que no fue ni considerado por el partido de Ortuzar, al no responder a sus mínimas expectativas. Más que una negociación, se trató de un mero intercambio de primeras propuestas que no pasó de ahí y que se abortó con el pacto con Ciudadanos. Ahora, de cara a un hipotético proceso negociador, no estaría el freno de un acuerdo con la formación de Rivera.
Además, a favor de un posible entendimiento juegan los gobiernos en coalición entre socialistas y 'jeltzales' en las principales instituciones vascas, y que están aportando “estabilidad” a Euskadi, como insisten en destacar ambas fuerzas. Y Sánchez contaría con el visto bueno del PSE. Los socialistas vascos siempre han apoyado al secretario general en su intento de conformar un Gobierno tendente a desalojar a Rajoy de La Moncloa. Su líder y candidata a lendakari, Idoia Mendia, pidió de forma reiterada al PNV y a Podemos su apoyo tras el 20-D. La formación 'jeltzale' se cerró en banda y, de momento, sigue dando la espalda a los socialistas a la espera de elegir aliado tras las elecciones vascas.
Entonces, como sostiene Urkullu, el PNV tendrá que hacer “sumas y restas” y ver “cuáles son los partidos que tienen disposición a hablar”. Por su parte, el candidato 'jeltzale' a la reelección asegura que su voluntad será “dialogar con todos”. Para este proceso, deja claro que no habrá socios de antemano.”El PNV irá con su proyecto, con su programa, no el pactado previamente con otras formaciones políticas hipotéticas de conformar un Gobierno de coalición, o un pacto de legislatura, o pactos estructurales”. “No pongamos el carro antes de los bueyes”, sentencia.
El PNV ha dado un sonoro portazo al PP, pero también cierra la puerta al PSOE ante un eventual intento de Pedro Sánchez de conformar un Gobierno alternativo tras la previsible fallida investidura de Mariano Rajoy esta semana. La formación nacionalista, cuyo apoyo puede resultar clave para la configuración del nuevo Ejecutivo en Madrid, va a permanecer a la espera hasta las elecciones vascas del 25 de septiembre, cuyos resultados van a marcar los movimientos del partido de Andoni Ortuzar en busca de aliados.
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