Madrid dice hola a su Chinatown: turismo, dragones y una reforma completa de Usera
El ayuntamiento de la capital ultima el proyecto para la transformación de más de 63.000 metros cuadrados del distrito, con un eje peatonal entre la plaza del Hidrógeno y Madrid Río, que aspira a ser un nuevo atractivo en la zona sur
Todo está preparado para que Usera, el barrio con más chinos de Madrid, pase a ser oficialmente el Chinatown de la ciudad. El Ayuntamiento de la capital, a través del Área de Obras y Equipamientos, ultima el proyecto de reforma del distrito, que cambiará su fisonomía y habilitará un nuevo eje peatonal de 1,7 kilómetros. El objetivo, apuntan fuentes municipales, es transformar la zona por completo y convertirla en un atractivo turístico más allá del centro y los límites de la M-30.
El equipo de gobierno encabezado por José Luis Martínez-Almeida trabaja desde la pasada legislatura en este proyecto, que cuenta con un presupuesto de nueve millones de euros para rehabilitar más de 63.000 metros cuadrados. El punto de partida es conjugar las necesidades dotacionales del distrito de Usera con sus singularidades. Y convertir el Chinatown oficioso en un referente con todos los detalles. "La actuación busca reforzar la identidad del barrio como lugar de residencia de una parte importante de la comunidad china de Madrid, favoreciendo la integración de algunos de sus rasgos culturales con las formas de vida tradicionales de los vecinos de este barrio", explican desde el consistorio, y añaden que la reforma adecuará la zona a las demandas de sostenibilidad y regeneración urbana.
La reforma, que se dividirá en dos fases, arrancará esta primavera. El eje del plan, detallan fuentes de Obras y Equipamientos, es peatonalizar más de un kilómetro y medio del distrito, entre la plaza del Hidrógeno y Madrid Río, con una transformación integral del entorno. El proyecto incluye la creación de nuevas estancias, con mayor protagonismo del viandante en detrimento del coche. Así, se reducirá el tráfico rodado, se ensancharán las aceras y se diseñará un nuevo trazado que combine zonas mixtas y otras exclusivamente peatonales.
Las zonas verdes y la sostenibilidad ambiental tendrán un peso fundamental. La actuación prevé incrementar la variedad de espacios vegetales y los puntos de sombra. "Se aumentarán las zonas permeables en los pavimentos para facilitar la infiltración de agua de lluvia en aquellas zonas donde sea posible, favoreciendo de esta manera la sostenibilidad del ciclo del agua", apuntan desde el Ayuntamiento. También la accesibilidad en la zona, con la supresión de las barreras arquitectónicas.
La pretensión es que cualquiera que pise Usera reconozca que está en Chinatown, más allá de la obviedad de que 10.000 chinos viven en el distrito. El proyecto, pilotado por Obras y Equipamientos con la colaboración del Área de Turismo, incluye la instalación de elementos que refuercen esta identidad, con mobiliario específico y guiños a la cultura asiática en el pavimento y las señales. Un ejemplo muy claro son los dragones que habrá en los parques infantiles. También el oso panda que ya da color a las calles del barrio, aunque en el consistorio matizan que es una iniciativa ajena a esta actuación.
El proyecto, al margen del plano urbano, aspira a poner en valor el distrito y mejorar la oferta cultural y de ocio, con un nuevo impulso al comercio y los locales de restauración. El horizonte es que Usera forme parte de las guías de la ciudad y pase a ser un atractivo turístico más. De ahí la implicación de la Concejalía de Turismo, que quiere descentralizar los puntos de interés lejos de la conocida como almendra central. "El proyecto cuenta con la implicación de la comunidad china, dispuesta a participar y colaborar en el desarrollo de esta Chinatown a la madrileña. Con esta iniciativa, el Ayuntamiento pone en valor la convivencia con una comunidad con una alta riqueza cultural", añaden fuentes municipales.
En dos fases
El proyecto, cofinanciado por fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la UE, se desarrollará en dos fases. La primera, que comenzará en unos meses, abarca desde la plaza del Hidrógeno hasta la plaza de José Luis Hoyos, frente al Mercado de Usera. En este tramo, se actuará sobre 40.600 metros cuadrados, con un incremento de las zonas peatonales en el distrito de 6.000 metros. La transformación es total: incluye la sustitución del pavimento en 4.000 metros cuadrados y del mobiliario urbano, con un centenar de bancos de madera, de piedra natural o prefabricados con diseños propios.
Desde el Área de Obras y Equipamientos, que dirige Paloma García Romero, detallan que se instalarán cinco nuevas fuentes para beber agua, tres mesas de ping-pong, un área de juegos infantiles y un circuito para las personas mayores. También se reformará la plaza de las Tizas y se plantarán 200 árboles, entre otras cuestiones. La fase 2, todavía en proceso de redacción, abarca 22.500 metros cuadrados, desde el Mercado de Moscardó hasta Madrid Río.
Todo está preparado para que Usera, el barrio con más chinos de Madrid, pase a ser oficialmente el Chinatown de la ciudad. El Ayuntamiento de la capital, a través del Área de Obras y Equipamientos, ultima el proyecto de reforma del distrito, que cambiará su fisonomía y habilitará un nuevo eje peatonal de 1,7 kilómetros. El objetivo, apuntan fuentes municipales, es transformar la zona por completo y convertirla en un atractivo turístico más allá del centro y los límites de la M-30.