Cinema Usera, el espacio alternativo (y abandonado) que los vecinos quieren rescatar

En un descampado del distrito de Usera, un panel blanco repleto de graffitis descansa sobre hojas muertas y tierra mojada. Cualquiera diría que hace apenas tres años, este mismo lugar era el espacio de encuentro favorito de los vecinos del barrio.

El declive comenzó cuando el Ayuntamiento sacó a concurso la gestión. "La fantasía terminó en 2021", explica Juan Manuel, portavoz de la Asociación de Zofio, uno de los barrios del distrito. Los vecinos perdieron la gestión de este cine casero y desde las calles del distrito se barajan varias opciones para intentar recuperarlo.

Juan Manuel, uno de los grandes impulsores del cine de barrio, reconoce que han tenido diversas reuniones con el consistorio –con la Junta Municipal del Distrito– para preguntarles por el futuro del Cinema. El problema no es que ya no decidan los vecinos qué ver, sino el degradado progresivo del espacio.

El abandono es tal que una zona fue okupada y terminó ardiendo en llamas el año pasado. "Seguimos sin tener respuesta", explica. Su intención es conocer qué ocurrirá con el proyecto ciudadano que conseguía reunir a unas 2.000 personas a lo largo del verano.

Paralelamente, desde la Asociación de La Mancha planean otra alternativa por su cuenta. Fidel, su portavoz, tiene claro que hay que ponerse manos a la obra. Argumenta que, en el mes de marzo, darán comienzo diferentes asambleas populares para decidir entre todos qué hacer con el Cinema. "Es un espacio público. Más que okupar, es darle uso", explica. Su intención es diseñar un plan de trabajo con un calendario para ponerlo en marcha en los meses de verano.

Desde el Ayuntamiento explican que, desde la retirada de las subvenciones nominativas, Cinema Usera se incorporó a la programación cultural del verano de la Junta Municipal del distrito.

El cambio de ubicación para proyectar las películas durante la época estival de 2023 –año en el que no se utilizó siquiera el Cinema– fue por una obra prevista en torno a cercana plaza de Primitiva Gañán. Al final, esta se retrasó y se realizará en 2024. "La idea es que el cine vuelva a su lugar tradicional una vez finalicen las obras", señalan fuentes del consistorio.

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Seis años de éxito

La historia de este peculiar espacio surgió directamente de la inquietud de sus residentes. Los vecinos de siempre y los nuevos inquilinos que, poco a poco, iban haciendo vida en las calles y negocios de Usera, unieron fuerzas para hacer barrio. "¿Y si montamos nuestro propio cine?", se cuestionaron. La ausencia de dotaciones públicas relacionadas con el ocio obligaba a todo un distrito a trasladarse a otras zonas de la capital para ver películas, obras de teatro o cualquier otra actividad sociocultural.

Por ello, y con la intención de agilizar el movimiento en las calles del barrio chino, el boceto imaginario de Cinema Usera terminó convirtiéndose en una realidad gracias a la colaboración con diferentes gestores culturales como Espacio Oculto, Intermediae y la Sala Kubik. Su diseño arquitectónico corrió a cargo de Todo por la Praxis.

Durante el Gobierno de Manuela Carmena, se financió, en parte, gracias a una subvención nominativa por la que recibían más de 20.000 euros. Pero el equipo de Gobierno posterior consideró que era necesario abrir dicha ayuda a concurso. "Era imposible competir", señala Juan Manuel. El vecino explica que, al tratarse de una asociación vecinal, pelear con una empresa privada era muy difícil. Así fue: no hubo forma de recuperar la gestión de Cinema Usera. Ahora, todas las esperanzas están puestas en el próximo verano.