Susto en el barrio de Salamanca: un noble trepa hasta un quinto y se encarama a la terraza de un diplomático

Hace 10 días, el sábado 11, un suceso alteró la tranquila vida en el madrileño barrio de Salamanca. Era la hora del vermú, justo antes de comer, y un hombre, sin previo aviso, comenzó a trepar por un andamio en una conocida calle de uno de los distritos más adinerados de la capital. Llegó a encaramarse al balcón del quinto piso del edificio. La situación rápidamente generó una gran alarma entre los viandantes y vecinos que presenciaron la escena.

Los hechos tuvieron lugar en la calle Maldonado, que en el punto exacto en el que ocurrieron los hechos es una vía estrecha, de un sentido de circulación, con vehículos estacionados a ambos lados y que se encuentra justo al lado de uno de los edificios más lujosos de la ciudad. Según ha podido saber El Confidencial, el hombre que protagonizó el suceso, de mediana edad, forma parte de una casa nobiliaria con la distinción de "grande de España".

Por casualidad, la vivienda a la que se encaramó y en la que puso fin al ascenso por el andamio no era una vivienda cualquiera, sino el domicilio de un diplomático español de larga trayectoria. La casa, no obstante, se encontraba en esos momentos vacía.

El primero en dar la voz de alarma ante la situación fue el portero de la finca, que llamó al 091 tan pronto se percató. Una vez transmitido el aviso, el dispositivo se puso en marcha y, como había agentes de paisano por la zona, rápidamente pudieron llegar a la carrera hasta el lugar de los hechos.

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Allí constataron que, a una altura muy considerable, había un hombre encaramado a lo alto de un estrecho balcón, sentado. El portero de la finca advirtió a los policías que llegaron en primer lugar de que tenía las llaves del piso en cuya terraza se encontraba el hombre.

En ese momento, y según ha podido saber este diario, señaló que la vivienda estaba cerrada. El portero de la finca, no obstante, indicó que disponía del permiso del diplomático para poder acceder al piso, lo que facilitó la labor de los agentes. Una vez dentro de la vivienda, observaron más de cerca al hombre y los policías se percataron de que presentaba un ojo amoratado y la cara ensangrentada, claros signos de que podría haber mantenido previamente una conducta autolítica.

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A la vez, cuando el individuo se dio cuenta de la presencia de los efectivos policiales, amenazó con arrojarse al vacío si se le acercaban. "¡Me voy a tirar, no os acerquéis, por favor!", repitió, algo que alertó más si cabe a los paseantes curiosos y también a los vecinos de los bloques colindantes. De forma paralela, el dispositivo de seguridad y emergencias fue en aumento.

La primera reacción de los agentes, vista la delicada situación, fue intentar calmar al hombre. Acto seguido, y aprovechando un despiste, uno de los policías llegó a entrar al balcón. Justo entonces, el hombre hizo amago de tirarse al vacío y fue sujetado in extremis. Tanto riesgo tenía de la maniobra, realizada en el borde de la terraza y una vez superada la barandilla, que tanto el agente como el hombre tuvieron que ser sujetados por el resto de los presentes para que no se precipitaran al vacío.

La terraza hasta la que escaló el hombre era de un piso de un embajador español de larga trayectoria que está fuera del país

Después de los hechos, con la situación ya controlada, el hombre agradeció el rescate a los agentes, llegándoles a asegurar que padecía una enfermedad mental y que algo le decía que debía lanzarse al vacío: "Si no es por vosotros, ahora estaría muerto". Lo dijo en repetidas ocasiones.

Familiares del hombre que se personaron en el lugar sostuvieron ante los agentes que la víctima padece una enfermedad mental y agradecieron igualmente a los agentes que le hubieran salvado la vida.

Como el protagonista de los hechos, que no tiene antecedentes, presentaba diversas heridas, los agentes y los sanitarios consideraron que lo más adecuado era su traslado hasta el cercano Hospital de La Princesa.

Los hechos se sucedieron con rapidez. Desde que se produjo el aviso hasta que todo se solucionó y el barrio de Salamanca volvió a estar en calma, apenas pasaron dos horas.