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"El cartel de 'Se vende' soy yo" y 5.000 € por piso vendido: así actúa la 'mafia' de los porteros
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EL 'MERCADEO' EN EL MERCADO DE LUJO

"El cartel de 'Se vende' soy yo" y 5.000 € por piso vendido: así actúa la 'mafia' de los porteros

En el mercado de lujo del centro de Madrid, se vive una guerra sin cuartel entre los porteros de las grandes fincas señoriales del centro de la ciudad y los agentes inmobiliarios

Foto: Más de 3.000 euros por el teléfono de un piso en venta, el secreto a voces de los porteros. (iStock)
Más de 3.000 euros por el teléfono de un piso en venta, el secreto a voces de los porteros. (iStock)
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En el mercado de lujo del centro de Madrid se vive una guerra sin cuartel. Una guerra con dos frentes. Por un lado, el de los porteros que actúan como guardianes de las grandes fincas señoriales del centro de la ciudad y, por otro, el de los agentes inmobiliarios que cada día salen a la caza de la mejor presa inmobiliaria, un piso (en alquiler o en venta) en alguno de los barrios más codiciados, y caros, de Madrid: Salamanca, Chamberí, Justicia, Almagro... Pero en este juego de millonarios, hay una humilde figura que juega un papel clave: los porteros.

La enorme proliferación de agentes inmobiliarios que trabajan en el residencial de lujo en la capital al calor de boom de este mercado en los últimos años, ha provocado una feroz competencia entre ellos, ya que el número de propiedades a la venta son escasas y difíciles de encontrar y captar. Y es aquí, precisamente, donde entran en juego los porteros de los edificios en donde, cada cierto tiempo, salen a la venta o al alquiler piezas inmobiliarias muy codiciadas por inversores y brókeres.

La información que manejan se paga en especie, como una cesta de Navidad, o en efectivo, hasta 500 euros por un número de teléfono

Son precisamente esos porteros quienes manejan información muy preciada por los inversores y potenciales compradores. Y esa información vale su peso en oro. De hecho, es un secreto a voces que los porteros de las mejores fincas de Madrid hacen el agosto cada vez que se vende o se alquila una vivienda en el edificio que custodian, limpian y guardan. Ellos, a quienes muchos propietarios confían las llaves por si hay una emergencia y a quienes confían múltiples encargos, son los primeros en enterarse cuando uno de los pisos del edificio sale al mercado.

"En muchos casos se creen que la casa es suya y ya no te cuento si encima tienen las llaves", cuenta otro agente que acaba de recibir la exclusiva de venta de un ático y a quien el portero, que apenas lleva trabajando en la finca ocho meses, aborda en la entrada del edificio para intentar negociar una cantidad con él por el simple hecho de repartir sus tarjetas entre inquilinos o potenciales interesados. Un portero que, por otra parte, se niega a poner ningún cartel en el portal. "El cartel soy yo", relata dicho agente.

Foto: ¡Atención inquilino! Así intentarán colarte las agencias la comisión por alquilar un piso. (iStock)

Son custodios de una información muy valiosa si tenemos en cuenta que los carteles de 'se vende' o 'se alquila' han desaparecido prácticamente de los portales y balcones de la capital por miedo a okupaciones y robos, especialmente en el centro de la ciudad. A simple vista, cualquier viandante pensaría que en el barrio de Salamanca o en Chamberí no hay pisos a la venta ni en alquiler.

Y, obviamente, hay producto en el mercado, pero lo cierto es que el número de viviendas de lujo en venta o alquiler en las calles más exclusivas de Madrid es muy limitado. Esa información tiene un precio y se paga bien en especie (una cesta de Navidad o una botella de vino por un número de teléfono), o en efectivo (entre 3.000 y 5.000 euros una vez que la venta del piso se ha cerrado).

Foto: Interior de una de las viviendas reformadas por Uxban.

"Lo máximo que he escuchado es que hay agencias que les pagan una cantidad fija de 500 euros por cada contacto, por el teléfono de un propietario, lo cual, me parece una burrada", explica a El Confidencial uno de estos agentes que se 'patea' las calles del centro de Madrid en busca de pisos a la venta y cuya identidad prefiere mantener en el anonimato por miedo a ganarse la enemistad de los porteros.

"Lo habitual son unos 100 euros por contacto. No obstante, hay de todo. Hay quienes solamente tienen un detalle con ellos, mientras que otros sí les ofrecen dinero. A mí, algunos porteros me han llegado a pedir el 50% de los honorarios de un alquiler. Si estamos hablando de un alquiler de 2.000 euros al mes, pues el 50%, o sea, 1.000 euros. Una pasada porque en general los agentes tenemos un sueldo fijo mínimo y el grueso de nuestros ingresos proviene de las comisiones".

Foto: Panorámica de Madrid. (Unsplash)

El Confidencial ha hablado con algunos porteros del centro de la ciudad y la respuesta, cuando acceden a hablar, es la misma: ellos no cobran. "Ya me gustaría, pero no. Es cierto que algo he oído, pero no es mi caso", asegura uno de ellos a este diario.

Y, sin embargo, es un secreto a voces. Además de limpiar los edificios, recoger el correo de los vecinos y mantener en orden la finca, los porteros se sacan un importante sobresueldo con este tema. Un dinero que suele salir de los honorarios de los agentes inmobiliarios. Algunas inmobiliarias tienen hasta una partida presupuestada para ello.

¿Una mafia alimentada por las agencias?

Otro de estos agentes, que hasta hace unos meses trabajaba en una de las grandes del sector asegura: "Nunca he sabido de inmobiliarias grandes que paguen a los porteros con dinero. Sí, gratificaciones tipo cheques regalo o un bono para una casa rural. Las agencias grandes les suelen obsequiar con merchandasing tipo chalecos, termos, camisetas, llaveros, linternas, pero rara vez, las grandes pasan por el aro de pagarles dinero", asegura. "Cuando des un paseo por el centro, fíjate bien, por los chalecos que suelen llevar sabrás qué agencia les ofrece gratificaciones".

Otra agente, sin embargo, ha trabajado en una agencia "importante, que incluso tenía una partida específica para cubrir los gastos de los porteros. Hay de todo, porque otras agencias, en cambio, advierten al agente de que cualquier gasto o acuerdo económico con un portero, correrá a cuenta de su bolsillo".

"A alguien se le ocurrió ofrecer dinero a los porteros por esos contactos y ahí se inició una guerra que se mantiene a día de hoy"

"Lo más habitual es que los agentes inmobiliarios sí gratifiquen con pequeñas cantidades, pero en contadas ocasiones. También hay inmobiliarias que hacen eventos para porteros. Les reúnen en algún restaurante o espacio, con algo para picar y cerveza, hay agencias que incluso organizan cenas de navidad para los porteros. Es una manera de darse a conocer entre ellos y que se acuerden de la agencia cuando sale algún piso al mercado. Más vale llevarse bien con ellos y tener buena relación, ganándote su confianza y no molestándoles. De hecho, en las formaciones que las inmobiliarias dan a los agentes hay una parte dedicada a los porteros", explica un exagente inmobiliario que tampoco quiere desvelar su identidad.

Otro bróker que durante años ha trabajado en varias agencias grandes, considera que las agencias han jugado un papel muy importante en alimentar esta guerra la mafia de los porteros.

"Con los años, la situación ha empeorado, ya que la feroz competencia que hay actualmente en el mercado ha provocado que las agencias hayan alimentado la guerra por la captación de porteros. De hecho, yo creo que la han fomentado. Hace años, los agentes tenían el típico detalle con ellos, un regalito por un teléfono de contacto, una botella de vino, un chaleco de los que tanto les gustan para trabajar... Un detalle".

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Velázquez 21. (E.S.)

"Sin embargo", recuerda este agente, "hace unos años, cuando empezó a haber mucha competencia entre las agencias inmobiliarias, a alguien se le ocurrió ofrecer dinero por esos contactos y ahí se inició una guerra que se mantiene a día de hoy. En general hay mucho mamoneo, y también muchos porteros escarmentados a los que les han prometido mucho y a los que al final no les han dado nada".

"Lo de tener un detalle me parece bien, al fin y al cabo, es alguien que te ayuda en un trabajo. Una cesta de navidad, un chaleco... Eso entra dentro de lo lógico, lo que ya no me parece bien es entrar en ese mercadeo de comisiones. Además, es un dinero que cobran y se paga en negro, porque ni se van a dar de alta como autónomos ni te van a pedir factura. Si las agencias inmobiliarias no entraran al juego, no tendrían tanto poder. En general, a día de hoy, el ambiente está muy enrarecido, pero no creo que sea culpa solo de los porteros, mucha culpa la tienen las agencias", zanja este bróker independiente. Pero esto no siempre ha sido así.

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"Hace unos años y todavía hoy en día, algunos propietarios no quieren pagar comisión a la agencia y dejan las llaves al portero para que se encargue de enseñar el piso, aunque cada vez sucede menos. De hecho, antes veías mucho cartel de 'Se vende piso, razón portería', pero ahora no. ¿El motivo? Se vende todo y los propietarios cada vez confían más en las inmobiliarias, por la gestión de las visitas, el tiempo que les quita y también de cara a la negociación del precio, las condiciones, el papeleo... Y en zonas prime, por ejemplo, aún más, porque saben que los clientes internacionales vienen a través de agencia. Sin embargo, en muchas ocasiones seguimos dependiendo del portero para poder visitar la vivienda con un cliente, por lo que no te queda otra que mantener una relación cordial".

La información más valiosa, en zonas prime

Y cuanto más valiosa es la zona de interés, barrio de Salamanca o Chamberí, especialmente, también tiene más valor la información con la que pueden 'negociar' los porteros. Dos zonas muy preciadas y codiciadas por los agentes inmobiliarios y por los inversores, donde, por otro lado, existe una mayor densidad de porteros y, por tanto, donde más presión hay por parte de los agentes.

"En algunas zonas muy demandadas incluso hay pequeñas mafias. Cuatro o cinco porteros de una zona que son los que compran y venden la información. No obstante, también es cierto que según te acercas a zonas prime y edificios exclusivos, menos información dan, ya que suelen ser más opacos y discretos, lo que no quita que en ocasiones algunos se vengan arriba y lleguen a ser, incluso, muy maleducados con los agentes que, simplemente, quieren dejar publicidad o folletos de la agencia en los buzones", asegura un bróker de una de las grandes agencias de lujo de la capital.

Foto: Foto: E.S.

"Siempre he pensado que es un oficio a desaparecer, ya que no aportan valor y encarecen las comunidades, si bien es cierto que para comunidades grandes, el coste se diluye y en comunidades pequeñas, suelen ser propietarios con un poder adquisitivo alto que valoran la presencia de un portero o concierge en el edificio".

De hecho, los grandes proyectos de lujo que han salido al mercado en los últimos años en Madrid cuentan, precisamente, con un servicio concierge -una figura similar a la del portero pero que atiende el edificio sin que se le facilite una vivienda dentro del mismo- para facilitar el día a día de sus propietarios y seguridad las 24 horas.

Es el caso de Pablo Aranda, la promoción de Gran Roque Capital o las residences del Four Seasons. De hecho, la del conserje es una figura especialmente valorada por los clientes extranjeros y sobre todo latinoamericanos, que buscan seguridad y servicio de conserjería, ya que muchas veces Madrid no es su primera residencia y necesitan este tipo de servicios.

Foto: Lagasca 99.

"El miedo a poner carteles tanto de venta como de alquiler por miedo a los okupas ha provocado que los porteros tengan un gran poder. No solo porque se enteran antes que nadie que un piso se vende o se alquila, sino porque, incluso aunque un propietario dé en exclusiva un mandato a una agencia, al final dependes del portero en muchas ocasiones para que te enseñen el piso, porque son quienes suelen tener una llave de la vivienda.No obstante, también es cierto que cuando el propietario te contrata, el portero no tiene margen apenas de maniora", explica un inversor que compra edificios de lujo para reformar. Reconoce que tiene una buena relación con los porteros y la calica como una "ayuda mutua".

"Siempre que hay una obra suele haber problemas con los vecinos, y en estos casos los porteros son de gran ayuda. Por lo que al terminar la obra solemos tener un detalle de agradeicmiento con ellos. Una pequeña cesta de Navidad, o unos 100 euros. No más", asegura.

En el mercado de lujo del centro de Madrid se vive una guerra sin cuartel. Una guerra con dos frentes. Por un lado, el de los porteros que actúan como guardianes de las grandes fincas señoriales del centro de la ciudad y, por otro, el de los agentes inmobiliarios que cada día salen a la caza de la mejor presa inmobiliaria, un piso (en alquiler o en venta) en alguno de los barrios más codiciados, y caros, de Madrid: Salamanca, Chamberí, Justicia, Almagro... Pero en este juego de millonarios, hay una humilde figura que juega un papel clave: los porteros.

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