Dos años y 2,7 millones para remodelar dos de las plazas más obsoletas de Madrid: "Es algo que necesitábamos"

Es una mañana cualquiera en la plaza de Tirso de Molina. Pero pocos viandantes de los que pasean por allí saben que al enclave le espera un lavado de cara. El Gobierno municipal de José Luis Martínez-Almeida ha consignado en los Presupuestos una inversión de 2,7 millones de euros para adecentar zonas como Tirso o, a escasos metros, la plaza de Jacinto Benavente. Las denuncias o quejas por la inseguridad o la obsolescencia de estas y otras plazuelas han ido in crescendo en los últimos años, hasta que el Ayuntamiento ha decidido dar un golpe de timón.

El ajetreo habitual en este céntrico lugar se hace notar desde primera hora. Gente que entra y sale de los bares, o va a comprar alguna cosa en las tiendas, a coger un autobús... Nadie diría que hace apenas unos meses hubo en Tirso de Molina un asesinato a plena luz del día que conmocionó a sus vecinos. Murió la dueña de un comercio de uniformes profesionales, Vistebien, y los vecinos, trabajadores o transeúntes consultados coinciden en algo: es hora de actuar.

¿Cuál es el problema?

La plaza de Jacinto Benavente se inauguró hace prácticamente un siglo. El tiempo pasa, y hace bastante que espera una reforma de peso para curar su erosión. Más que tratarse de una cuestión de mantenimiento o desgaste, el de este enclave es un caso de un diseño que antes podía funcionar, aunque hoy ha quedado obsoleto. Se trata, más que de una plaza al uso, de un cruce de carreteras y aceras que resulta poco práctico y accesible. Además, carece de bancos o zonas para sentarse.

La reforma de este lugar, junto con la de la plaza de Tirso de Molina, fueron recogidas por Almeida como una promesa electoral. En mayo no solo resultó victorioso, sino que lo hizo con mayoría absoluta y sin deber favores a nadie. Así que no había por qué postergarlo. En ese sentido, la Concejalía de Obras y Equipamiento concreta que al proyecto ya existente de reforma de Tirso se le ha añadido el de la citada plaza de Jacinto Benavente.

La partida para "rematar" este plan, como indican fuentes de este departamento, es de casi 3 millones de euros y los plazos están más o menos definidos. La idea inicial es licitar las obras este año que entra, en 2024, y que su ejecución se extienda hasta al menos 2025. Pero, ¿qué es lo que va a hacerse exactamente? "Aún no podemos dar detalles", añaden estas mismas fuentes, que explican cómo aún quedan asuntos que pulir –no especifican cuáles– aunque ya adelantan que el proyecto "irá en el sentido de otras reformas" del estilo. Es decir, se buscará una mejora de la accesibilidad, eliminar obstáculos, renovar mobiliario...

Sin noticias de momento

Rafa y Felipe limpian unas mamparas en el ascensor que queda en medio de Jacinto Benavente. Son operarios y trabajan para el Ayuntamiento de Madrid, aunque en su caso no han sido informados de que se acometerán obras en la plaza. Al no estar aprobado aún el proyecto final y ser "meros peones", dicen, suelen avisarles en el momento en el que hay que plantear los trabajos. Aunque el segundo de ellos sí había oído algo sobre la reforma en Tirso, admite. Y también tiene alguna idea de quién podría saber algo más.

"Allí abajo podrán ayudarte", dice el operario, que señala hacia el suelo. Se refiere al aparcamiento, al que lleva el ascensor que hay tras ellos y al que también puede accederse por unas escaleras, ubicadas en uno de los laterales. Peldaños abajo, el encargado no oculta su alegría por la noticia: "¡Pues ya tocaba, digo yo!". Al otro lado del mostrador, este hombre (que prefiere no dar su nombre) cuenta que hace años que trabaja en esta plaza y cada vez nota más su "degradación". Habla de dejadez, pero también del "jaleo" que se forma siempre con "esos de ahí arriba".

Se refiere a los manteros. Estas personas exponen sus productos en medio de la plaza sobre amplias telas que recogen corriendo cuando suena la sirena policial. Es una actividad irregular, y al responsable del parking parece enfadarle. "No solo eso, sino también los chavales que viene día sí y día también a dar el cantazo. Y cada vez son más jóvenes y más violentos, te lo digo yo", expone. De vuelta al centro del espacio, ya de nuevo bajo el sol, una camarera se preocupa al oír la noticia de la remodelación. "¡No puede ser!", "¿desde cuándo?" o "¿qué haremos?" son algunas de las preguntas que se le venían a la cabeza.

Sus dudas se amontonan por una sencilla razón: el bar en el que trabaja está en mitad de la plaza, con mesas, sillas e incluso una estructura entera con licencia para ocupar ese espacio. Dado que en este tipo de proyectos, como ya ocurrió en Sol, suele ser habitual levantar todo el pavimento y estar durante meses puliendo la zona, teme lo que pueda pasar con el negocio en ese tiempo, aunque sea algo temporal. Lo mismo sucede en otro restaurante en Tirso de Molina. Esta vez está en una de las calles contiguas, por lo que creen tener menos problemas, pero son conscientes de que algo así "atraerá menos clientela durante un tiempo".

Sin embargo, se alegran. "La degradación es muy real aquí y un lavado de cara con la reforma es justo lo que necesitamos", añaden desde este segundo comercio, que dice esperar con ansias ver la plaza "como nueva". Aunque para eso haya que esperar, en principio, hasta 2025. Otro de sus compañeros, Antonio, entra en la conversación para advertir que estas cosas "suelen tardar". Antes de ser hostelero, ha trabajado en la obra y cuenta que ha participado en faenas muy parecidas: "Siempre hay imprevistos, toca cuadrar presupuestos, esperar a que llegue el material... Un lío".

¿Concurso de ideas?

Sin conocer el proyecto y preguntado por sus recomendaciones, el decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y antes concejal del Ayuntamiento de Madrid –entre 1991 y 2005, con José María Álvarez del Manzano–, Sigfrido Herráez, tiene algo muy claro: "Lo único que pedimos es que se haga un concurso de ideas".

Pero, en principio, no será así. El equipo de Almeida ya ha confirmado que el proyecto correrá a cargo de los técnicos municipales, ya que convocar este tipo de tanteos puede prolongar el proceso de adjudicación. Cosa que Herráez niega tajantemente, e insiste en su postura. "Ni será más caro, ni llevará más tiempo", sentencia el experto. Pone el ejemplo de otras capitales europeas que, según indica, ya casi no funcionan sin estos concursos a la hora de plantear edificios públicos. "Creo que podríamos tomar ejemplo", considera.

Sin embargo, aún queda camino y faltan conocer muchos detalles sobre cómo se plantea esta remodelación. Por lo pronto, los vecinos y trabajadores de ambas plazas se dividen entre la alegría y la incertidumbre.