En el 'backstage' del Teatro Real: así se prepara la gran ópera de Madrid antes de Navidad

Madrid espera hacer caja en puentes y vacaciones navideñas. Para lograrlo, hará uso de uno de sus principales reclamos turístico: la cultura. La última apuesta de la ciudad han sido los musicales y el teatro, que esperan potenciar para colocar a la capital española como un referente mundial de estas actividades y para atraer al "turista de calidad" –con poder adquisitivo, que consume y suele venir en familia– para que el gasto medio por visitante continúe aumentando. Así que el Ayuntamiento centra buena parte de sus esfuerzos en la gran joya de la corona que se alza en pleno centro: el Teatro Real.

La primera piedra se colocó en 1818, pero aún hoy es referencia de la ópera nacional y goza de gran prestigio en Europa. La concejala delegada de Turismo, Almudena Maíllo, ha visitado este miércoles junto a los medios de comunicación el interior del teatro, lleno de recovecos y curiosidades por descubrir. Era la forma de dar el pistoletazo de salida a la campaña que han llamado "Ven al teatro, vive Madrid" para que tanto el próximo puente (al día siguiente es festivo) como en el de diciembre o las Navidades se llenen las salas y los palcos de visitantes nacionales y extranjeros. "Es ahora cuando la gente comienza a hacer planes para las fiestas", señala Maíllo, que justifica así el inicio de esta campaña.

En el último puente estimaron una ocupación hotelera del 82% y en el mes de octubre se incrementaron en un 15% las reservas respecto al mismo mes del año anterior, según datos que maneja el Ayuntamiento. Para el puente que ahora se avecina aún no hay estimaciones –estos datos suelen ofrecerse a posteriori–, pero la consejera augura buenos resultados: "Si el turismo sigue creciendo a este ritmo, estoy segura de que se superarán los niveles prepandemia". Con idea de lograrlo, el Teatro Real Exhibe en los días más señalados clásicos como Rigoletto, ópera musicalizada por Giussepe Verdi, o espectáculos protagonizados por la soprano española Ruth Iniesta; pero también alberga otras opciones más familiares, como El Barbero de Sevilla o los conciertos de Navidad.

Las entrañas del teatro

Pero, ¿cómo se prepara un gran teatro como El Real para una campaña que promete ser intensa? ¿Es tan sencillo como aprenderse unas estrofas, abrir el telón y actuar durante unas horas? La respuesta la dan sus propios miembros: "Ni hablar del peluquín", bromea Isabel Sánchez, una de las guías turísticas que mejor conocen los recovecos y secretos de uno de los edificios más emblemáticos de Madrid. De hecho, una de las salas que muestra durante la visita es, precisamente, en la que se guardan y elaboran las pelucas. Mar es el nombre de la caracterizadora que muestra cómo las hacen. "Este es el único teatro del mundo que aún utiliza pelo real para crearlas", explican otros responsables que la acompañan.

El proceso es minucioso, lento –pueden tardar "hasta ocho días" en tener una lista– y, además, bastante caro. Se están planteando cambiar de método porque ahora existen fibras muy parecidas y que simulan el pelaje real, pero a menor precio. No es lo único que sorprende en las entrañas del teatro. La platea y los palcos son la parte más conocida, pero no suponen ni una décima parte de todo el conjunto. Fuera de los focos están las salas ocultas que lo dejan todo a punto. Una de las más importantes es la caja escénica, que separa el telón del lugar donde guardan los decorados. Lo más curioso es que estos elementos se transportan con una torre escénica, una especie de transportador vertical con 48 varas de acero que mueve con ligereza los ornamentos hasta el escenario.

Están hechos de acero y pueden transportar toneladas de peso, según los responsables del teatro. Disponen de decenas de vagones motorizados, con mangueras que se electrifican y permiten que el contenido –a veces objetos, a veces luces y a veces, actores o músicos– suba y baje por la torreta. Otra particularidad es que muchas de sus salas son subterráneas. Si todo el edificio consta de 22 plantas que se elevan, su parte más desconocida son sin duda las habitaciones bajo tierra. En ellas se ensaya, se prepara el atrezzo y se viste, maquilla o peina a quienes luego harán la magia sobre el escenario.

Más allá de El Real

Aunque las grandes expectativas se depositan en el Teatro Real, no es el único con producciones punteras. El Ayuntamiento ahonda en otras ofertas musicales en cartelera que podrán visitarse antes de acabar el año, y que se extienden desde la céntrica Gran Vía hasta nuevos puntos de la ciudad. Entre ellas, enumeran Aladdin (Teatro Coliseum); El fantasma de la ópera (Teatro Albéniz, Umusic Hotel); Pretty Woman (Teatro EDP Gran Vía); Chicago (Teatro Apolo); The Book Of Mormon (Teatro Calderón); Bailo Bailo, el musical de Raffaella Carrà (Teatro Capitol); Mamma Mía! (Teatro Rialto) o Malinche (IFEMA Madrid).

En lo que al teatro de toda la vida se refiere, sigue habiendo opciones más allá de El Real, como la exhibición de Poncia (Teatro Español); Muerte de un viajante (Teatro Infanta Isabel); La madre de Frankenstein (Teatro María Guerrero); Berlín, Berlín (Teatro Alcázar); Forever Van Gogh (Teatro Marquina) o, por último, La función que sale mal (Teatro Amaya).