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El PP pide a Feijóo asumir la oposición y acabar con la "ficción" de la investidura
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Cambios en la tricefalia

El PP pide a Feijóo asumir la oposición y acabar con la "ficción" de la investidura

El gallego ha hablado con Rajoy, que le aconsejó centrarse en una "difícil" abstención del PSOE y evitar el desgaste con el PNV y Junts. Inquietud en el partido por el silencio de Aznar

Foto: Feijóo y Ayuso, en un acto del PP en Collado Villalba. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Feijóo y Ayuso, en un acto del PP en Collado Villalba. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
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Al PP se le van a hacer muy largos los 22 días que quedan para la investidura de Alberto Núñez Feijóo. El gallego ha intentado construir un relato después de recibir el encargo del Rey basado en que solo está a cuatro escaños de la mayoría necesaria para llegar a la Moncloa. Lejos de esperanzar a sus filas, entre los populares se ha instalado el "desánimo", reconocen desde las baronías, donde instan al líder a pasar de "la ficción a la acción". El partido da por hecho que será imposible sumar esos votos y que el precio que se está pagando con los guiños al PNV, Junts e incluso a Pedro Sánchez "es demasiado alto".

Feijóo había convocado hoy en Génova la Junta Directiva Nacional, que finalmente ha sido aplazada por la DANA que ha afectado a prácticamente todo el país. El orden del día, no obstante, era escueto, como las expectativas de los asistentes. Los dirigentes populares tenían previsto acudir a la cita para que se les explicara en qué punto están las negociaciones de cara al 26 y 27 de septiembre y cuál es la hoja de ruta a partir de ahora. Hay preocupación por el mensaje que se está trasladando a los votantes validando el diálogo con Carles Puigdemont como interlocutor, y tampoco ha gustado que se "presuma" de la amistad con Iñigo Urkullu y a las 24 horas publique un artículo en defensa del "Estado plurinacional". "Hay que salir al ataque. Llevar la iniciativa y visualizar todos los días que Sánchez está negociando a espaldas de los españoles con los independentistas", afirman desde una de las federaciones más potentes.

Foto: Santiago Abascal, presidente de Vox. (EFE/Mariscal)

La consigna de los barones es cerrar filas en torno a Feijóo, pero también se le pide que ponga el partido en "modo oposición" y abandone un discurso "que desconcierta a los nuestros". En este punto, en la cúpula popular existe división entre los que consideran que hay que seguir apostando a la repetición electoral y los que optan por "pasar página" e, inmediatamente después de la investidura fallida, relanzar al líder y el partido fijando una convención nacional. Feijóo escucha a unos y a otros. En estos días, ha estado intercambiando opiniones con el expresidente Mariano Rajoy. Su relación es fluida y su apoyo "se mantiene intacto", apuntan desde el círculo del veterano dirigente.

Rajoy no esconde su "contrariedad" con los resultados del 23-J y la crítica a cómo se gestionó la última semana de campaña, pero, según ha podido saber El Confidencial, desde el primer momento le aconsejó poner todos los esfuerzos en buscar la abstención del PSOE, aunque las opciones fuesen remotas. La experiencia es un grado en política, y Rajoy advirtió de que el PNV en ningún caso les cederá sus votos. "Urkullu no es quien decide", advierten los que vivieron la "traición" en la moción de censura, que ponen el acento en que el lehendakari también debe marcar sus posiciones para repetir como candidato el próximo año.

Menos "colaborador" ven en el partido a José María Aznar. Su silencio estremece a los populares, que vaticinan "lo peor". Los que le conocen saben que se volcó con Feijóo, a pesar de que su favorita siempre ha sido Isabel Díaz Ayuso. En privado, no lo esconde. Tampoco su desacuerdo con la relación con Vox y los pactos en las comunidades autónomas. El último caso, el de Murcia, donde Fernando López Miras ha cedido para dejar entrar a Vox en el Gobierno por miedo a la repetición electoral. Aznar apela a un liderazgo de "mayorías" y en estos momentos son Ayuso y el andaluz Juanma Moreno quienes lo representan. No abrirá él ese melón. En el partido, hay cuórum sobre que Feijóo tendrá libertad para gestionar su futuro, pero recibirá "toques de atención", como en su día se vieron a Rajoy o a Pablo Casado.

Foto: López Miras (PP) y Antelo (Vox), en la reunión posterior al pacto de gobierno entre ambos partidos. (Vox)

Un ejemplo de lo que le espera al gallego, señalan fuentes populares, fue la referencia de la baronesa madrileña a lo "bisoño" de llamar a la puerta del PSOE en busca de desatascar la legislatura. Ayuso lo verbalizó en presencia de Feijóo y en público, pero ya lo había hecho en privado en la Junta Directiva Nacional que se convocó tras el 23-J. Fue la única que dio por hecho que Sánchez sería capaz de ahormar una mayoría para perpetuarse en la Moncloa. Ya en aquel momento, planteó una estrategia de "luces largas". La baronesa, a la que buena parte de la militancia señala como lideresa natural, no dará ahora la batalla, pero sí marcará posición. Ella ha crecido políticamente siendo el alter ego de Sánchez y no va a renunciar.

El otro barón de barones, Juanma Moreno, apuntalará con el poder de su federación a Feijóo. Su relación personal es muy estrecha. En lo político, le incomodan las alianzas con Vox y, como otros altos cargos del partido, teme que los de Santiago Abascal "desestabilicen" las instituciones con su política del ruido. "No podemos ser rehenes", lamenta un dirigente de la federación andaluza en relación con la polémica en Aragón con la directora de Justicia, que posó con una bandera de España preconstitucional. Vox sabe que Feijóo no puede permitirse llegar a la investidura sin sus 33 diputados y hará valer su posición de fuerza.

Foto: La polémica imagen de Esmeralda Pastor. (X)

En el PP andaluz, tampoco gustó la fotografía que Génova difundió con Javier Arenas, portavoz interino en el Senado, en la mesa del Comité de Dirección. Los asistentes, incluido el propio Feijóo, miraban deleitados al veterano político, que no cuenta con las simpatías de muchos de los que hoy ocupan puestos de relevancia en Andalucía. Feijóo, por el contrario, encontró en él un aliado en su desembarco en Madrid. Precisamente, hay un sector del PP que reclama que el gallego abandone "su búnker" y escuche más.

En Génova imperará el ver, oír y callar. No se dará munición al PSOE, que está intentando "liquidar" a Feijóo, pero en el ambiente flota la necesidad de "cambios importantes" cuando se aclare la legislatura. Como ya avanzó este medio, el partido quiere una secretaría general fuerte y acabar con la tricefalia que representan Cuca Gamarra, Elías Bendodo y Miguel Tellado. Este último ha quedado "muy tocado" en autoridad para las direcciones territoriales. "No tiene autoridad para llamar a determinados presidentes", apuntan.

Feijóo, en estos días, intentará insuflar ánimo y desgranar los acuerdos de gobierno que ofreció a Sánchez en asuntos de Estado. Se espera que detalle los ejes de lo que sería su Gobierno, como hará en la investidura, y contraponer su modelo al de Sánchez frente a los españoles. Un político que se ocupa de lo que preocupa a la mayoría, aunque no cuente con la suficiente para gobernar.

Al PP se le van a hacer muy largos los 22 días que quedan para la investidura de Alberto Núñez Feijóo. El gallego ha intentado construir un relato después de recibir el encargo del Rey basado en que solo está a cuatro escaños de la mayoría necesaria para llegar a la Moncloa. Lejos de esperanzar a sus filas, entre los populares se ha instalado el "desánimo", reconocen desde las baronías, donde instan al líder a pasar de "la ficción a la acción". El partido da por hecho que será imposible sumar esos votos y que el precio que se está pagando con los guiños al PNV, Junts e incluso a Pedro Sánchez "es demasiado alto".

Partido Popular (PP) Alberto Núñez Feijóo Pedro Sánchez
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