Encarnación y Pepe, los fieles parroquianos de la mejor piscina de Madrid: "¡De aquí no me mueven!"

Encarnación y Pepe son los embajadores oficiales de la piscina de La Elipa. “Crie aquí a mis hijos y a mis nietos”, señala ella, de 84 años. La mujer, ahora en silla de ruedas, acude religiosamente a la piscina desde la apertura de puertas el 13 de mayo hasta su cierre a principios de septiembre. Todos los días. Desde hace más de 50 años. “Antes, todo esto era campo”, dice él. Para demostrarlo, enseña una fotografía de principios de los setenta, con el espacio municipal recién inaugurado y sin rastro del actual césped artificial: la superficie era completamente de tierra.

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A un lado de la fotografía se ve a una menor de apenas dos años. Esa misma niña tiene ahora 49 años, se llama Carolina y está tomando el sol sobre una toalla de la piscina. “Yo prácticamente he nacido aquí”, dice entre risas a este diario. “Este año no han querido ni irse a la playa”, confiesa refiriéndose a sus padres. Este matrimonio disfrutón guarda tal fidelidad a la piscina que renuncia a las vacaciones fuera de la ciudad. “¡De aquí no me mueven!”, continúa Encarnación, repleta de joyas y maquillada a la perfección, lista para una nueva jornada bajo el sol.

¿Qué secreto esconde esta pileta madrileña para que sea una actividad obligatoria para este matrimonio? “Mira, está en lo alto y corre el viento, todo el mundo es muy agradable, los trabajadores ya me conocen...”, continúa. Y aunque esta mujer es la parroquiana por excelencia, no es la única a la que le gusta este oasis veraniego de la capital. Según una encuesta municipal de 2022, La Elipa ha sido considerada la mejor piscina municipal de Madrid.

Las piscinas municipales de la capital son el refugio de muchos durante el verano. Espacios amplios donde darse un chapuzón en agosto supone un salvavidas para quienes aguantan en Madrid durante la época estival. Cada año, estos espacios públicos son también protagonistas de multitud de polémicas: manifestaciones vecinales por el cierre de algunas de ellas, quejas por los horarios partidos o la misión imposible para conseguir entradas suelen ser algunas de las controversias en que se ven envueltas. Paradójicamente, en La Elipa ocurre justo lo contrario.

Existen varios factores que le posicionan en el top. Una limpieza impecable, el acceso permitido de sillas de playa, baños amplios y un chiringuito con precios asequibles. Habla el grupo de amigos de Encarnación y Pepe: “¿Ves esos pinos?”, dice un hombre de avanzada edad señalando unos árboles, “¡yo los vi plantar!”, cuenta entusiasmado. “¡Antes había un trampolín!”, dice otra mujer. “Tiene un encanto especial”, exclama otra voz. “Nosotros somos de Moratalaz y elegimos venir a esta porque está mucho mejor”, comenta Jose, de 80 años, que descansa en una silla junto a su mujer, Cristina, y su hija. El único pero que se les ocurre es que, las tardes de los fines de semana, está a rebosar de gente, pero es algo que consideran comprensible. Junto a este matrimonio, también está su primogénita, residente en Las Rozas y con piscina privada. Lo curioso es que, aun así, decide desplazarse hasta La Elipa.

Los datos extraídos por la encuesta del consistorio hablan por sí solos. La muestra del cuestionario es de 1.803 personas de 21 piscinas municipales distintas, aunque excluyeron los datos de Vicente del Bosque del informe de resultados (pero estos pueden consultarse en el portal de datos abiertos del ayuntamiento). La Elipa gana en todas las preguntas excepto en una. En términos de calidad de la restauración, la mejor posicionada es la de Aluche. Además, la presencia femenina es mayoritaria en todas menos en La Masó, en el barrio de Mirasierra.

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Y empezando desde atrás, las que menos gustan a los usuarios son las de Peñuelas, Entrevías y Vicente del Bosque. La primera, en especial por la yincana que hay que hacer para conseguir acceso, tal y como reveló este reportaje de El Confidencial. El cártel de familias terminó cayendo, pero sus efectos todavía no han dado frutos en los datos.

Vicente del Bosque, por su parte, fue objeto de polémica el verano pasado. En 2021 echó el cierre y el año posterior habilitaron una piscina cubierta. Esto provocó que los vecinos se lanzaran a la calle para exigir un espacio al aire libre. Esto explica que sea la que menos guste a los usuarios. Este año, también cerró sus puertas.

Encarnación y Pepe sí tienen palabras buenas para esta última. “Cuando La Elipa estuvo en obras, tuvimos que ir a esa. Fue hace años, pero la recuerdo con buenas condiciones”, dice él. Antaño pasaban el día entero en el recinto —“¡de 11 a nueve!”—. Atravesaban el pinar bajo el sol con los tuppers llenos de comida y bebida para pasar las horas. Esto dejó de ser así durante casi tres años. Desde la pandemia, se implantó el horario partido (cerrando a mediodía) para desinfectar las instalaciones, pero la medida se mantuvo hasta el pasado 1 de agosto. Para acceder a ellas, se debía escoger entre la entrada de mañana o de tarde. Fue a principios de mes cuando se instaló de nuevo la jornada continuada para ofrecer “un servicio que se adapte mejor a las necesidades de los madrileños”, según declaró la concejala de Deportes, Sonia Cea.

Pero no todos los distritos cuentan con piscinas de verano disponibles. Mientras que en distritos como Moratalaz, Usera o Vallecas hay más de una, otros como Chamartín, Centro, Retiro, Salamanca y Barajas no cuentan con ninguna abierta este año. Los vecinos de Tetuán, eso sí, han podido disfrutar este año de la que llevaba tiempo cerrada, El Quijote, que, aunque pertenece al área de Moncloa-Aravaca, es la más cercana a su zona.

Pero ninguna nueva inauguración por parte del ayuntamiento conseguirá mover a Encarnación y Pepe. Entre otras cosas, porque hace 10 años que ni siquiera viven en La Elipa. Se mudaron a Villaverde hace una década y aun así no han perdonado sus deberes de verano. “Aquí está la silla adaptada donde puedo nadar”, comenta ella, refiriéndose a la silla del recinto para las personas con problemas de movilidad. "¡Y dentro de poco es la fiesta!", señala su hija Carolina. ¿La fiesta?, pregunta este diario. Cada año, Encarnación organiza un evento de despedida del verano con todo el personal de la instalación. La piscina más valorada de Madrid tiene muchas cosas buenas, pero la mejor son sus portavoces.