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Telecinco indigna a un barrio obrero: "Entrevías es un ecosistema de mierda"
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ABUSO CONTRA ENTREVÍAS EN TELECINCO

Telecinco indigna a un barrio obrero: "Entrevías es un ecosistema de mierda"

Cabreo generalizado entre los vecinos de Entrevías, que acusan a Telecinco de extender el estigma sobre el barrio y de haberles evitado para no dar explicaciones

Foto: El cartel de la serie 'Entrevías', de Telecinco. (Telecinco)
El cartel de la serie 'Entrevías', de Telecinco. (Telecinco)

Se abre el telón. En escena se ve a José Coronado durmiendo. Le despiertan unos gritos que proceden de la calle, seguidos de un golpe y un disparo de pistola. Coronado pasa la noche llamando a la policía, pero a las autoridades no les importa lo que suceda en ese barrio. El protagonista toma su arma reglamentaria —es un exmilitar— y se echa a las calles a imponer justicia.

En la siguiente escena, ya de día, Coronado va a trabajar a su ferretería. En la puerta, unos jóvenes latinos escuchan música en su coche. Se puede ver cómo Coronado va envenenándose con el asunto hasta que cierra el negocio, se sube en su vehículo y los embiste en dos ocasiones.

Después, Coronado se reúne para comer con sus hijos. Pronto se descubre que el evento se ha montado para convencer al padre de que venda su casa. "Papá, tienes que dejar el barrio. Últimamente, está peor, están vendiendo droga en el parque, delante de los niños", dice una de las hijas. "El otro día se pelearon ahí enfrente a machetazos, cada día hay más yonkis", le replica otro.

Coronado se niega a abandonar su casa, pero esa misma noche tendrá que rescatar a su nieta de la casa del narco del barrio.

***

Este es un resumen de los primeros diez minutos de 'Entrevías', la gran apuesta de ficción de Telecinco para este año. La serie debutó el pasado martes con un 21% de 'share' y dos millones de espectadores, un éxito de tal magnitud que está haciendo replantearse al sector la estrategia de emitir contenidos en abierto.

'Entrevías' es la historia de un hombre recto, José Coronado, que lucha por mantener sus principios en un entorno hostil, el barrio. También la de la 'influencer' Nena Sobo, que hace de su nieta, una adolescente con buen fondo que a menudo se ve en situaciones peligrosas por culpa del barrio. Y por último la de Luis Zahera, un policía heterodoxo cuya única función es "evitar que este ecosistema de mierda no se desmorone".

Como habrá intuido, el barrio es un personaje más. No solo aporta un escenario a la trama, sino que también acción, violencia, y envuelve en una constante sensación de peligro a los personajes. En pantalla se ven narcotraficantes, prostitutas, bandas latinas y, en definitiva, una comunidad marginal en la que se ha instalado el sálvese quien pueda hasta para bajar a por el pan.

Nada de esto sería reseñable de no ser porque Entrevías es un barrio real de Vallecas, en Madrid, y sus vecinos llevan toda la semana alucinando con la serie de moda. No comprenden por qué no se ha utilizado un nombre ficticio, como suele hacerse en estos casos, en lugar de ponerle el foco a un barrio obrero que tiene problemas de seguridad, pero ni se parece al escenario apocalíptico de la serie. Además, la producción es durísima en el uso de los términos para referirse al barrio. Solo en el primer capítulo pueden escucharse expresiones como lugar "podrido", "donde acaban todos los hijos de puta de Madrid", "barrio de mierda", "ecosistema de mierda" o lugar "de gentuza que vende drogas, okupa nuestros pisos y destroza nuestros negocios".

Desde Telecinco señalan que 'Entrevías' es un nombre ficticio, fruto del cruce de caminos entre los personajes, si bien el cartel y buena parte del metraje se han obtenido en el barrio homónimo.

"Me senté a ver la serie con miedo y a la media hora ya estaba indignado. No solo por la exhibición de prostitutas, yonkis y delincuentes que hace, sino porque tiene frases que te matan. Una de ellas dice: 'Hijos de puta los hay de todos los colores, pero todos acaban en Entrevías'", dice Manuel Martínez, que llegó al barrio hace 40 años y no ha captado la sutileza del nombre ficticio. Como tantos otros vecinos, Manuel se sentó frente a la televisión el pasado martes solo para ver como estaban una hora vejando el lugar donde vive. "Aquí se han grabado películas duras como 'La estanquera de Vallecas', el cine quinqui o documentales que muestran los problemas del barrio, pero nunca nos habíamos enfrentado a una ficción que fomenta hasta el extremo el estigma de Entrevías", lamenta.

Este tipo de producciones socavan el precio de las viviendas del barrio

Por estigma, Martínez se refiere a la endémica mala fama de los barrios del sur de Madrid. El estigma nació en los años 60, cuando eran poblados de casas bajas y autoconstruidas y alcanzó su cenit en los 80 con la epidemia de heroína. Desde entonces, y hace más de treinta años, Vallecas, Usera, Carabanchel y Villaverde luchan por demostrar al resto que sus barrios son tan seguros como cualquiera. De hecho, a menudo distritos nobles como Centro y Salamanca les superan en tasa de criminalidad, pero el estigma no termina de borrarse. Y es con series como esta cuando los vecinos comprenden que, durante unos cuantos años más, mencionar "Entrevías" va a seguir generando preguntas en las conversaciones.

Telecinco no se ha conformado con el barrio y hay exteriores en otras zonas de Madrid. Es más, si descontamos los interiores, las imágenes de Entrevías se limitan al paso del Cercanías y la pasarela elevada. Se reconoce en las imágenes la Avenida de Monte Igueldo, en Puente de Vallecas, el entorno del vertedero de Valdemingómez o una colonia de casas bajas en Valdezarza. Todos ellos espacios degenerados, llenos de grafitis, desconchones y suciedad, que se le atribuyen a Entrevías por el bien de la trama. "Es que tiene cojones, como si no tuviéramos aquí suficiente, nos cargan con todos los poblados de yonkis de Madrid", dice Julián Abril, un taxista del barrio. "Que esto no es La Moraleja, que aquí hay muchos compañeros (taxistas) que no quieren traer a los clientes, pero tampoco es normal que nos presenten como la Colonia Marconi, con la calle llena de prostitutas", explica.

Foto: Un contenedor calcinado, junto a un coche quemado este lunes, en la calle Beasaín, en Orcasitas. (C. B.)

El golpe les llega en un momento raro. Si los barrios del cinturón sur de Madrid fuesen una persona, esta nació en los años 50, pasó una adolescencia difícil en los 80 y en estos momentos su preocupación es que haya rampas de acceso a su portal y que los servicios sociales se pasen de vez en cuando a echarles una mano. Son, a grandes rasgos, lugares tranquilos donde ancianos conviven con la inmigración latina en mayor o menor armonía. "Cuando yo llegué, en el año 90, aún se veían ramalazos de la heroína, no dejaba a mi hija sin vigilar en el parque porque había jeringuillas", dice el vecino Paco Carazo, "pero desde entonces esto es muy tranquilo. Mi hija salió por el barrio en su adolescencia, fue a un colegio y a un instituto de Entrevías y ahora es médico. Y no ha pasado por esas situaciones traumáticas que se ven en la serie".

Más allá de la ofensa, la mala fama incide también en aspectos mesurables, como el precio de la vivienda. Muchas inmobiliarias publican en sus páginas web las tasas de criminalidad de los distritos como orientación para sus clientes. Al respecto, el daño a Entrevías está ligado al éxito de una ficción que ha arrancado como un tiro: "Depende mucho de la fama que alcance esa serie. Si sigue ganando audiencia y la gente empieza a hablar de 'Entrevías' como un lugar de perdición, desde luego que incidirá en los precios de la vivienda", aseguran desde un RedPiso del barrio. "Pero también te lo pueden poner de moda, estas cosas nunca se saben". Manuel Martínez no tiene la misma opinión: "Claro que va a afectar a los pisos. Si tienes en Madrid una infinidad de barrios, ¿por qué te vas a ir al de la droga y las prostitutas? Alguno querrá vender el piso y no podrá".

placeholder El barrio de Entrevías. (Pedro Jesús Escobar/Flickr)
El barrio de Entrevías. (Pedro Jesús Escobar/Flickr)

Con todo, lo que más les duele a los vecinos es la alevosía. Saben que, cuando el nombre de su barrio sale en los medios, siempre es para algo malo. Por eso en febrero del año pasado, cuando supieron que Telecinco estaba haciendo algo llamado 'Entrevías', las asociaciones vecinales le pidieron a la productora información del proyecto. "Nosotros solo queríamos sentarnos con ellos y ofrecerles toda nuestra ayuda por el bien del barrio y de la producción, pero ni siquiera nos han contestado", sostiene Paco Carazo. En ese momento supieron que sus sospechan iban bien encaminadas: "Cuando no quieren ni ver a los vecinos, malo. Así que, el martes pasado, cuando vi los primeros minutos de la serie, me dije 'me cago en diez, aquí está. Todo lo que no queríamos es lo que es'".

"Yo creo en el arte, y también creo que el arte debe estar amparado por la máxima libertad de expresión", remacha Carazo, "pero debe haber unos mínimos de respeto. Lo que no puede ser es que alguien quiera hacer una serie de policías y droga, y use el nombre de un barrio obrero que lucha cada día por salir adelante. Es desesperante intentar avanzar y que siempre te machaquen con el estigma".

Se abre el telón. En escena se ve a José Coronado durmiendo. Le despiertan unos gritos que proceden de la calle, seguidos de un golpe y un disparo de pistola. Coronado pasa la noche llamando a la policía, pero a las autoridades no les importa lo que suceda en ese barrio. El protagonista toma su arma reglamentaria —es un exmilitar— y se echa a las calles a imponer justicia.

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