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La Banda del Moco quema y aterroriza Orcasitas: "Siento miedo al pasar por allí"
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CHAVALES DE ENTRE 14 Y 17 AÑOS

La Banda del Moco quema y aterroriza Orcasitas: "Siento miedo al pasar por allí"

En los últimos meses, el barrio de Orcasitas está viviendo un preocupante aumento de actos vandálicos, muchos de ellos perpetrados por un grupo de adolescentes que actúan con impunidad

Foto: Un contenedor calcinado, junto a un coche quemado este lunes, en la calle Beasaín, en Orcasitas. (C. B.)
Un contenedor calcinado, junto a un coche quemado este lunes, en la calle Beasaín, en Orcasitas. (C. B.)

Un grupo de 15 adolescentes se ha hecho con el control de Orcasitas. Tienen entre 14 y 17 años y en los últimos meses han lanzado piedras a autobuses y tiendas, incendiado contenedores, coches e instalaciones públicas, y, lo que es peor, se enfrentan y amenazan a todo aquel que les planta cara. La gota que colmó el vaso fue el espectacular incendio intencionado a principios de mes de un parque infantil cuyo montaje costó 325.000 euros y que era la joya dotacional del barrio. Para los vecinos, aquella gigantesca pira ardiendo en mitad de la noche es símbolo de la impunidad de los jóvenes, bautizados en el barrio como La Banda del Moco, a los que la policía no parece poner freno.

Los vecinos aseguran que estos actos de gamberrismo se vienen produciendo desde hace un par de años, pero que desde noviembre el asunto se les ha ido de las manos a las autoridades. Este lunes, por ejemplo, los vecinos se despertaron con un contenedor y un coche en llamas. “Las travesuras están tomando un cariz cada vez más serio: cada vez son menos travesuras y más actividades que rayan el delito”, destaca Rafael Cabañas, vicepresidente de la Asociación de Vecinos del Poblado Dirigido de Orcasitas.

El relato común de los vecinos fecha el 30 de noviembre del año pasado, la noche de Halloween, cuando los altercados pasaron a un nuevo nivel. Se trata de una noche en la que niños y adolescentes pasean de puerta en puerta pidiendo caramelos, aunque también los hay que se hacen con docenas de huevos para castigar a quienes no les hacen caso. "Ya estábamos acostumbrados a los huevos, pero el pasado Halloween empezaron a lanzar piedras. Desde entonces, me han reventado las lunas de la tienda dos veces y otras tantas he tenido que cerrar porque estaban en la puerta amenazándome", dice un tendero de la zona.

Se teme que los vecinos empiecen a tomarse la justicia por su cuenta si no actúa la Policía

Entre los habitantes de Orcasitas, uno de los enclaves más humildes de Madrid, ya circula por WhatsApp una lista de las fechorías que atribuyen a La Banda del Moco. En ella, se describen constantes roturas de lunas y retrovisores de coches, petardos a altas horas de la madrugada, furgonetas de trabajo calcinadas, carreras de 'quads' por las avenidas en pleno día, un nuevo césped artificial reducido a cenizas, buzones reventados, lanzamiento de huevos a personas y piedras a autobuses y, en algún caso, intento de robo de bicicletas a niños.

"Llevo 23 años conduciendo la línea 6 de autobús por el barrio y nunca había visto algo así", dice Fran, conductor de la EMT y vecino del Poblado Dirigido. "A mí me han lanzado piedras dos veces, con el bus lleno de pasajeros, con la suerte de que pegaron en la chapa y no hubo que lamentar víctimas. Sonó un estruendo terrible y di instintivamente un frenazo, lo que es una situación muy peligrosa que puede acabar con una persona mayor en el Samur", continúa. Fran admite que tiene miedo al pasar por la zona en la que fue atracado, en el cruce entre las calles Guetaria y Ordicia, sobre todo cuando le avisan por la consola del vehículo de que están lanzando piedras: "No lo comprendo. He trabajado en otras líneas de la ciudad y esto no sucede casi nunca, pero en Orcasitas es habitual. Todavía puedo considerarme afortunado, porque tengo compañeros que conducen las líneas 60 y 131, que también pasan por el barrio, y han terminado con las lunas rotas", dice.

 Imágenes tomadas por el personal de la EMT después de distintos ataques.

El punto de no retorno para los vecinos de Orcasitas llegó la madrugada del 2 de mayo, cuando un incendio arrasó el parque infantil situado entre las calles Segura y Beasaín. Ese mismo día, la imagen del parque ardiendo se compartió por todos los grupos de padres, que buscan ahora desesperadamente poner fin a estos actos vandálicos. "¿Hasta cuándo vamos a tener que seguir soportando este abandono? ¿No merecemos acaso en la zona sur la misma atención, seguridad, vigilancia, iluminación, etc. que en otros distritos?", escribió en un comunicado la Asociación de Padres y Madres del colegio Puerto Rico.

Los padres, más aún que el resto de vecinos, se sienten desprotegidos sabiendo que sus hijos comparten calle con esta jauría de gamberros. “El vandalismo es continuo. Actúan con total impunidad, y atrévete tú a decirles algo”, explica Paloma, otra vecina, a través del telefonillo de su casa. “Necesitamos ponerles cara y que Servicios Sociales haga algo, porque la Policía ya nos ha dejado claro que se van a quedar de brazos cruzados”.

La justicia por su cuenta

Para colmo, algunos vecinos apuntan que La Banda del Moco podría no ser un solo grupo, sino dos, de dispar condición económica, unidos en la causa criminal. Según estas versiones, estos dos grupos habrían confluido a lo largo del invierno para sus gamberradas, si bien en los últimos tiempos habrían llegado al punto de incluso enfrentarse entre ellos en plena calle.

La mayoría de los vecinos se sienten impotentes cada vez que los adolescentes destrozan algo, les amenazan o simplemente montan bulla durante toda la noche. “He ido varias veces a la comisaría y me han dicho que, como son menores, no denuncie porque no pueden hacer nada”, dice Marta, otra vecina que se llegó a enfrentar verbalmente con ellos y poco después encontró la luna de su coche rota.

Los jóvenes organizan carreras de 'quads' por las avenidas en pleno día

La situación de desgobierno podría, advierte algún vecino, llegar a que alguno se termine tomando la justicia por su cuenta. "Están actuando, sobre todo, en Orcasitas y el Poblado Dirigido, porque aquí, digamos, son zonas más tranquilas, pero el día que le quemen la furgoneta a uno de Orcasur... Ahí van a ver lo que es un problema, por muy chavales que sean".

Félix López-Rey es lo más parecido a un padre de la patria de Orcasitas. Llegó en 1956 a este descampado, se montó una chabola de madrugada y no se ha movido del barrio desde entonces. No se considera político, pero es concejal por Más Madrid, y no cualquier concejal: fue el único que ganó a Díaz Ayuso en toda la ciudad, si exceptuamos los endémicos Lavapiés y Malasaña. Félix es de izquierdas, pero consiguió que Esperanza Aguirre desfilase como modelo en el barrio para recaudar fondos. Félix es ateo, pero cuenta que uno de sus mejores amigos y aliados en el barrio es el cura. Félix es republicano, pero metió al emérito en el poblado marginal de La Celsa para que le echase una mano con todo aquello.

placeholder Félix López-Rey, concejal de Más Madrid. (A. P.)
Félix López-Rey, concejal de Más Madrid. (A. P.)

"Yo me he peleado por cada cosa que tiene este barrio", dice López-Rey, que a sus 72 años sigue con la agenda repleta a diario, a menudo con causas superpuestas. Ahora está luchando para que retiren el amianto de los cuatro colegios de la zona mientras organiza concentraciones para exigir que se reduzcan las listas de espera en la sanidad pública y supervisa la instalación de unos tejados que sirven para acoger nidos de vencejos.

A Félix le conocen y le respetan todos los vecinos. Durante un par de horas de entrevista con un café, le saludan más de 50 personas, algunas de las cuales se paran a pedirle algo. El concejal se acuerda de todo: el que no tiene para los libros de texto, al que le duele la espalda y el señor que tiene a la mujer pachucha en casa.

Sin embargo, se lo piensa antes de hablar de la banda de vándalos que tiene aterrorizado el barrio. "En la izquierda, siempre hay mucho debate en torno a esto, porque no sabemos si denunciarlo públicamente va a servir para criminalizar aún más los barrios pobres, a los inmigrantes... Todas estas cosas que suelen ir de la mano en los medios", explica. "Lo que pasa es que hay un momento en el que hay que decir basta, porque no es normal que sucedan estas cosas durante meses y la Policía no le ponga solución. ¿Tú crees que esto podría estar pasando en el barrio de Salamanca? No, claro, ahí a la primera que líen, van todos a comisaría, pero a nosotros nos tienen abandonados".

En los barrios del sur de Madrid estamos acostumbrados a los 'veranos calientes'

Continúa el concejal con los orígenes del vandalismo: "Los barrios del sur, en general, siempre tenemos este tipo de problemas cuando llega el calor, lo que llamamos los 'veranos calientes'. Hay un montón de chavales que no se pueden ir de vacaciones y se pasan el día en la calle, haciendo... lo que su cultura y su educación les permite, que muchas veces es hacer el cafre, destrozar todo por lo que hemos luchado los vecinos".

Félix, que también regenta una administración de lotería, dice que siente pena cada vez que un vecino le dice que, si le toca la Primitiva, no vuelve a aparecer por el barrio. "Me duele mucho, porque yo me siento de Orcasitas, hemos montado esto piedra por piedra... Pero es normal que muchos se quieran ir, porque el abandono que sufrimos los barrios del sur es palpable, no le importamos nada a la Administración. Mira, en esa escuela dormí yo cinco días en el suelo para que se inaugurase, y ahora es un gueto en el que nadie quiere estudiar. Los padres del barrio se llevan al niño a estudiar a Leganés, pero Educación no hace nada, dice que son cosas que pasan. Y así se degradan los barrios como Orcasitas, así surgen bandas de gamberros y hacen lo que les da la gana. Así que a los pobres que sufrimos todo esto solo nos queda denunciarlo en la prensa, a ver si de verlo en el periódico se les pone la cara colorada y nos hacen caso".

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Un grupo de 15 adolescentes se ha hecho con el control de Orcasitas. Tienen entre 14 y 17 años y en los últimos meses han lanzado piedras a autobuses y tiendas, incendiado contenedores, coches e instalaciones públicas, y, lo que es peor, se enfrentan y amenazan a todo aquel que les planta cara. La gota que colmó el vaso fue el espectacular incendio intencionado a principios de mes de un parque infantil cuyo montaje costó 325.000 euros y que era la joya dotacional del barrio. Para los vecinos, aquella gigantesca pira ardiendo en mitad de la noche es símbolo de la impunidad de los jóvenes, bautizados en el barrio como La Banda del Moco, a los que la policía no parece poner freno.

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