Cs prepara su manual de supervivencia y una reconstrucción tras las elecciones del 4-M

Ciudadanos no se rinde y seguirá peleando por la autonomía política de su proyecto. Lo confirmó Inés Arrimadas este miércoles, en plena resaca electoral, tras reunir de nuevo a su ejecutiva nacional. "Este proyecto merece la pena y, sobre todo, España merece la pena". Pasada la medianoche, la ejecutiva permanente naranja seguía reunida en la sede nacional. Y este miércoles por la mañana programó una nueva reunión para seguir analizando la catástrofe de este 4 de mayo. "El resultado ha sido malo y solo puedo felicitar a Isabel Díaz Ayuso, con la que hablé anoche. También lo hice con Pablo Casado", inició la presidenta del partido naranja.

Como publicó este diario, una parte importante de dirigentes insiste en defender la continuidad del partido y apuesta por seguir luchando por un espacio de centro a pesar de la debacle madrileña. También en la cúpula más cercana a Arrimadas, muchos dirigentes sostienen esta tesis y siguen respaldando al cien por cien su liderazgo. Pero el golpe de quedarse fuera de la Asamblea de Madrid ha sido demasiado duro. La líder naranja aprovechó para hacer dos anuncios, concretando de alguna manera su manual de supervivencia. Por un lado, la ejecutiva nacional se trasladará a las 17 comunidades autónomas para reconstruir el partido desde la base. Una operación que tenía pendiente desde su nombramiento, hace poco más de un año, que se vio eclipsado por la pandemia.

En segundo lugar, Arrimadas ya ha decidido quiénes serán sus nuevos pesos pesados tras apartar a Carlos Cuadrado y José María Espejo: nombra vicesecretarios generales a Edmundo Bal (candidato madrileño y diputado en el Congreso) y Daniel Pérez (portavoz en las Cortes de Aragón y nuevo secretario de Comunicación y que cuenta con la confianza de la presidenta).

La descomposición del partido

Tras el desastre madrileño, el partido naranja se debate entre ser o no ser. Vida o muerte. Hace solo dos meses, sufrieron su peor experiencia en Cataluña después de una victoria histórica en 2017. Y ahora, en Madrid (territorio clave para su expansión nacional), se han dejado por el camino más de 500.000 votos en solo dos años. La formación naranja obtuvo 129.216 papeletas (el 3,5% del voto) frente a las 630.000 de 2019 (cuando recabaron el 19% de los apoyos). Una caída de casi 16 puntos que los expulsa de la Asamblea regional y que da alas al PP y su ambición de consumar una absorción que ya ha iniciado.

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El cambio de candidatura de Ignacio Aguado por la del diputado Edmundo Bal, siguen insistiendo en el partido, fue “el mayor acierto”. En el partido, no hay contestación al planteamiento de la campaña y al mensaje elegido: defender el centro político para ahuyentar los extremos, especialmente a Vox, después de haber manifestado como única opción reeditar un pacto con Isabel Díaz Ayuso. “A diferencia de otras campañas y otros momentos, no hay críticas internas. Hemos hecho lo correcto. Y con estos resultados es muy difícil decirlo, pero es lo que pensamos”, aseguran algunas personas con silla en la ejecutiva nacional.

Este miércoles, se volverán a ver las caras los principales dirigentes del partido y la idea es que salgan a defender el mensaje los grandes líderes territoriales: el vicepresidente andaluz, Juan Marín; la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, e incluso el vicepresidente de Castilla y León, Paco Igea, a pesar de que no pertenece al núcleo duro de Arrimadas.

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El debate será intenso y hay voces que reconocen que probablemente deberán abrir en canal el partido, aunque sea más adelante. La convicción de los principales dirigentes es luchar por el espacio político que se siguen arrogando, aunque en todos los territorios han perdido apoyo de manera contundente. La cuestión es que las listas conjuntas o un entendimiento con el PP ya son imposibles. Después de la moción de censura en Murcia y el adelanto electoral en Madrid, los puentes a nivel nacional quedaron rotos y los populares, de hecho, no tienen más interés que ‘acabar’ con Ciudadanos en una operación que ya no es una fusión, sino una absorción en toda regla.

El partido naranja es consciente de que aún gobierna en coalición territorios tan relevantes como las comunidades autónomas de Andalucía y Castilla y León, y ayuntamientos como el de Madrid. En el caso de la primera comunidad, la cita electoral está fijada para finales del próximo año, si no hay adelanto. Las otras dos, como el resto de autonómicas y municipales, tendrán lugar justo en dos años. Ciudadanos entiende que hasta ese momento tiene tiempo de recomponerse, también en el Congreso de los Diputados, con sus 10 escaños, hasta decidir las opciones de supervivencia que tiene. Hay dirigentes que ponen en duda la capacidad de llegar a ese punto.

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