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Clases a 34 grados sin aire acondicionado y alumnos con lipotimias: por qué cierran las aulas en Canarias
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Clases a 34 grados sin aire acondicionado y alumnos con lipotimias: por qué cierran las aulas en Canarias

El calor insufrible ha venido para quedarse. Esa es la conclusión a la que ha llegado el consejero de Educación y por la que anunció que no habrá clase en lo que queda de semana. El Gobierno insular trabaja en un protocolo

Foto: Una madre refresca a su hija con botellas de agua. (EFE/Salas)
Una madre refresca a su hija con botellas de agua. (EFE/Salas)

Sabía que un anuncio como ese era algo insólito. El consejero de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes, Poli Suárez, vio cómo las aulas entraban en alerta amarilla y con temperaturas de hasta 34 grados centígrados. Lo más sorprendente es que esto ocurría en un mes que habitúa a ser fresco, como octubre. Así que ordenó parar las clases para lo que queda de semana: dos días, el miércoles y el viernes. El jueves es festivo. Para más inri, el lunes les avisaron de una alerta por riesgo de incendio, especialmente en las islas del sur, donde la calima es más intensa. Pero es que la situación era "absolutamente insostenible", como reconocen desde el propio Gobierno canario, preguntado por este diario por esta cuestión. En estos momentos trabajan en un protocolo de emergencias que activar a futuro en las clases, que quieren tener a punto en días o semanas.

En los últimos días, se han visto ambulancias acudiendo a centros para socorrer a alumnos con lipotimia, o a docentes dando clase a 34 grados dentro del aula en uno de los muchos centros de las islas, como denuncia el sindicato mayoritario del profesorado, ANPE, en declaraciones a este periódico. La situación, sin embargo, poco tiene que ver con la crisis energética que abruma al archipiélago, y que ha encarecido la electricidad indispensable para poner el aire, en verano, o la calefacción, en invierno. Por lo menos, eso sostienen desde la Consejería de Educación, que reconoce que la medida se tomó en tiempo récord y se comunicó el mismo martes, tras una reunión de coordinación con los principales sindicatos: CCOO, ANPE, STEC-IC (trabajadores de la enseñanza) e Insucan (docentes de Canarias).

Foto: Imagen de archivo de niños en una fuente. (EFE/Paco Pareces)

Aunque aún está muy verde y queda por perfilar, circulan ideas como la apertura de nuevas zonas de sombra y corriente, techumbres en los patios o la instalación de dispositivos de aire en algunos centros, los más abrasadores. Estos se concentran principalmente en las áreas sur y sureste de las islas, y en esto coinciden tanto representantes estudiantiles o del profesorado como las propias autoridades autonómicas. Gran Canaria, por ejemplo, concentra casi todos los edificios educativos que remitieron una petición formal al Gobierno de Clavijo para tomar cartas en el asunto. Las temperaturas en pleno octubre seguían siendo extremas —tienen alerta amarilla— y esta misma semana recibieron otro aviso por riesgo de incendios.

El verano no ha dado tregua al archipiélago, ni por la parte de la calima ni la de las hectáreas convertidas en cenizas. La solución actual es temporal, ya que parar dos días las clases no acabará con el sofoco. Tampoco está entre los planes de la Consejería de Poli Suárez el paralizar las clases cada vez que haya quejas o contratiempos graves relacionados con las altas temperaturas. Menos aún cuando, como ellos mismos asumen, "este infierno parece haber venido para quedarse". El invierno se acerca, así que lo más probable es que este calor desaparezca en cuestión de semanas. Pero llegará otro verano y puede que venga cargado de situaciones iguales o peores. ¿Y entonces, qué?

Vientos de cambio

Las esperanzas están puestas en el próximo plan de emergencias. Aunque Canarias ya contaba con protocolos generales para las altas temperaturas, como el resto de comunidades autónomas, no existía una hoja de ruta específica para los problemas que deriva en los colegios e institutos. Como el clima insular siempre fue tropical, no acostumbran a calores como los que se aprecian en los últimos tiempos. Muchos centros —reconoce Educación— sencillamente "no están correctamente equipados" porque "hasta ahora no existía esa necesidad". Allí donde las temperaturas fueron siempre más intensas había aulas que sí tenían aire acondicionado, apuntaron fuentes de la Consejería. Pero las circunstancias han cambiado.

Cada vez está más generalizado el tiempo extremo, y la situación de emergencia por altas temperaturas parece prolongarse en el tiempo. "Hay quienes antes no se planteaban tener un ventilador en casa porque en Canarias siempre ha hecho buen clima, pero ahora empiezan a comprarlo porque no saben qué hacer", ejemplifican las mismas fuentes. Así que creen que ahora toca elaborar un mecanismo específico para las aulas, que determine cómo actuar y qué medidas han de tomarse ante olas de calor que impidan dar clase con normalidad. Recuerdan que planteamientos como este ya existen en otras comunidades, como Andalucía, en la que se fijan para coger ideas.

placeholder El patio del colegio Millares Carló, en el termino municipal de Puerto del Rosario, en plena ola de calor. (EFE/Carlos de Saá)
El patio del colegio Millares Carló, en el termino municipal de Puerto del Rosario, en plena ola de calor. (EFE/Carlos de Saá)

Toca adaptarse. Canarias ronda el millar de centros educativos públicos, unos 240.000 alumnos y hasta 20.000 docentes, según los datos aporta la Consejería de Educación. Las situaciones más críticas son las que se viven, por norma general, en zonas del sur como Gran Canaria, Tenerife, Lanzarote o Fuerteventura. Especialmente en las dos primeras, donde el calor realmente abruma. Ante el sorprendente anuncio del Ejecutivo insular —sorprendente, porque ni ellos mismos tomaron la decisión hasta hace apenas un día, cuando les pareció evidente que el calor no amainaría y se cronificaron las alertas—, muchos se preguntan lo evidente. ¿No había otra forma de contrarrestar el calor más que parar las clases?

Y si la situación se repite en el futuro, como el mismo Gobierno autonómico ya prevé, ¿seguirán cerrándose aulas una y otra vez, sin más remedio? Por lo menos, de momento, hacerlo más veces no está entre los planes de las instituciones autonómicas, insulares o locales. Sin embargo, responden que esta vez lo hicieron a demanda popular. En los últimos días, aseguran haber recibido peticiones formales de hasta seis centros educativos para realizar clases telemáticas ante un calor desbordante, pocas veces visto en las islas.

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Fátima M. Del Toro. Las Palmas de Gran Canaria

Todos eran de Gran Canaria: tres en el municipio de Mogán (dos colegios y un instituto), y otros dos centros en Las Palmas, uno de Infantil y Primaria y el otro, de Secundaria. En Tenerife, donde también hubo problemas por las temperaturas, representantes del profesorado cuentan casos en hasta en cuatro IES (Adeje, Alcalá, Magallanes y Las Galletas) y tres colegios (también en Adeje, el Juan García Pérez o Las Américas). Entonces, las autoridades de la Consejería comenzaron a plantear alternativas que fueron rechazadas por la Inspección de Educación, que vela por el cumplimiento de la ley en las aulas. Finalmente, esta unidad administrativa aceptó la parálisis temporal de las clases.

¿Cómo sentó la noticia?

En la comunidad educativa reciben la noticia con cierto alivio. No es exactamente lo que querían todas las partes, pero al menos esta semana no habrá peligro en colegios e institutos por altas temperaturas. Tampoco en los concertados y privados, a los que también se extiende el parón impulsado desde el Gobierno regional. El portavoz canario de ANPE, Pedro Crespo, matiza que lo que planteó su sindicato en la mesa de coordinación con responsables institucionales fue parar las clases, sí, pero solo en algunos centros y no en todos. Estaban escandalizados, sobre todo al ver que había alumnos con lipotimia que tenían que ser trasladados de urgencia al hospital por el incesante calor.

La respuesta que les dieron desde el Ejecutivo de Clavijo, y la que mantienen al ser preguntados por ella, es que eso les dejaría en una situación "muy compleja" dado que no es sencillo establecer (y, sobre todo, justificar públicamente) por qué se decide cerrar unos edificios y, en cambio, mantener abiertos otros. Pero aceptan el argumento. "En estos casos, mejor pecar por exceso que por defecto", sentencia el portavoz de ANPE, sobre la decisión de clausurar todos los centros en los próximos días. Algo parecido opinan desde el otro lado, el del alumnado.

Foto: Llevaba sin suceder 70 años: así es el dato histórico del que advierte la AEMET (EFE/Quique Curbelo)

En Udeca, la Unión de Estudiantes Canarios, valoran "muy positivamente" la noticia. Aunque le ponen un gran pero. "Debería haber llegado antes", resume el representante de la organización en el Consejo Escolar del archipiélago, Daniel Rodríguez, de 18 años. Acaba de entrar a la universidad, que queda fuera del plan de cierre temporal de Clavijo, pero de momento mantiene su actividad en Udeca. Los casos más severos que han llegado a sus oídos han sido "los desmayos en plena lección", o aquella gente que directamente prefirió "no ir a clase" antes que someterse al calor.

"No somos expertos, pero esto antes no pasaba y el origen parece muy claro: la crisis climática está aquí", advierte el joven. Las medidas de raíz no llegarán de hoy para mañana, augura. Pero, de momento, "sí que se pueden preparar de cara al próximo verano unas instalaciones que sin duda no están preparadas para lo que viene", opina el representante estudiantil. Vendrán más olas de calor, durarán más y arrasarán con fuerza, así que considera indispensable, como plantearon desde otros frentes, el instalar canchas techadas en los patios, zonas arboladas, mejores aislamientos en colegios e instituto o aire acondicionado allá donde prescindir de él no sea una opción segura. "Sabemos que habrá que hacer una gran inversión, pero no es de recibo tenernos dando clase en estas condiciones", sentencia.

Sabía que un anuncio como ese era algo insólito. El consejero de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes, Poli Suárez, vio cómo las aulas entraban en alerta amarilla y con temperaturas de hasta 34 grados centígrados. Lo más sorprendente es que esto ocurría en un mes que habitúa a ser fresco, como octubre. Así que ordenó parar las clases para lo que queda de semana: dos días, el miércoles y el viernes. El jueves es festivo. Para más inri, el lunes les avisaron de una alerta por riesgo de incendio, especialmente en las islas del sur, donde la calima es más intensa. Pero es que la situación era "absolutamente insostenible", como reconocen desde el propio Gobierno canario, preguntado por este diario por esta cuestión. En estos momentos trabajan en un protocolo de emergencias que activar a futuro en las clases, que quieren tener a punto en días o semanas.

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