Rueda moviliza a Ayuso y Moreno en la campaña gallega para taponar el voto a Vox

No todos los barones del PP han recibido una llamada de Alfonso Rueda para que arrimen el hombro durante la campaña de las elecciones gallegas. De hecho, el presidente de la Xunta ha limitado el desembarco de dirigentes ajenos a la terminal gallega a dos de las figuras autonómicas más importantes del partido. Uno de ellos es Juanma Moreno, que viajará este sábado a la región para participar en un mitin junto al candidato popular. Una visita con dos factores clave: se produce justo en el ecuador de la campaña y tendrá lugar en Santiago, una ciudad gobernada por el BNG. La segunda invitación ha ido dirigida a Isabel Díaz Ayuso, que alargará su estancia dos días en la recta final de la campaña.

El 15 de febrero, a solo 72 horas de que se abran las urnas, la dirigente madrileña participará en un acto junto a Alfonso Rueda en Vigo, nada menos que la ciudad más poblada de Galicia. Al día siguiente, se prevé que participe en un desayuno en Sanxenxo (Pontevedra). En el equipo del candidato gallego contemplan también una visita de Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León, a la zona limítrofe con su comunidad autónoma.

Alfonso Rueda ha acotado el despliegue del resto del partido para no perjudicar la campaña en clave autonómica que ha diseñado y evitar, de paso, trasladar un mensaje de nerviosismo ante la necesidad de posibles refuerzos externos. Pero la presencia de Ayuso y Moreno no es casual. Aunque con modelos muy diferenciados, los dos presidentes autonómicos lograron reducir la influencia de Vox a cero y gobernar en sus respectivos territorios con mayoría absoluta.

En el PP miran con optimismo a la cita del próximo 18-F, aunque con una horquilla que les permitiría salvar la absoluta por la mínima, con entre 38 y 39 escaños. Pero Rueda sabe que no puede permitirse errores. El BNG compensa la fragmentación de la izquierda con un ascenso asegurado por los sondeos, y el PP tiene a su derecha otro competidor. Ningún sondeo da a Vox posibilidad alguna de lograr representación, pero todas las papeletas que se vayan al partido de Santiago Abascal dejarán de sumar para Alfonso Rueda.

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Taponar el voto a los de Santiago Abascal se ha convertido en una prioridad para un PP que busca afianzar su quinta mayoría absoluta en Galicia. Y la incursión de los dos barones populares que han logrado hacerlo en sus respectivos territorios con el mantra del voto útil es clave para afianzar ese mensaje en la recta final de la campaña gallega. Tanto Feijóo como Rueda intentaron, sin éxito, que Vox no participase en las elecciones gallegas para enmendar el "error histórico" de las generales.

El líder del PP ha culpado en varias ocasiones a Santiago Abascal de la derrota aritmética del 23-J por presentarse en circunscripciones donde no tenía opciones de lograr representante y regalar escaños a la izquierda. El punto de partida son los 42 diputados que el predecesor de Rueda logró en las últimas autonómicas, lo que da un margen de cuatro escaños al PP. Más allá de los votos improductivos a la cartera de los ultraconservadores, el titular de la Xunta juega también con la incógnita de cómo funcione Democracia Ourensana, que debuta el 18-F para tratar de conseguir representación en Ourense.

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Aunque no se prevé una ayuda excesiva del partido ajeno a Galicia, Alfonso Rueda sí pidió a Alberto Núñez Feijóo que se volcase en campaña para peinar todo el territorio gallego, convencido del tirón de quien conquistó hasta en cuatro ocasiones la mayoría absoluta en Galicia. Los dos dirigentes diseñaron un sistema de doble caravana, con Feijóo asentado en la Galicia más rural y el actual candidato prestando especial atención a las grandes plazas. El PP no se fía de los sondeos, sobre todo después del fiasco que las encuestadoras no vieron en las elecciones generales y que privó a Feijóo de la Moncloa.