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Benidorm, territorio hostil para los fondos de inversión: el 'lobby' hotelero no vende
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Sólo hay un par de cadenas internacionales

Benidorm, territorio hostil para los fondos de inversión: el 'lobby' hotelero no vende

Las familias propietarias han conseguido sortear la pandemia sin desprenderse de sus establecimientos. Sólo un hotel de la ciudad está en manos de un fondo y fue adquirido antes de la crisis sanitaria

Foto: Vista de Benidorm. (EFE/Morell)
Vista de Benidorm. (EFE/Morell)

Benidorm es una plaza hotelera suculenta no solo para los turistas, sino también para los inversores que vieron en la pandemia la oportunidad de abrirse hueco en un negocio que históricamente se reparten unas pocas familias locales. La ciudad tiene la particularidad de, a pesar de contar con la planta hotelera más importante de toda la Comunidad Valenciana, no tener apenas establecimientos de cadenas internacionales ni en manos de fondos de inversión. Los ejemplos que hay son anecdóticos. Y no será porque no lo hayan intentado.

placeholder Detalle de la puerta de entrada de un hotel de Benidorm cerrado durante la pandemia. (EFE/Morell)
Detalle de la puerta de entrada de un hotel de Benidorm cerrado durante la pandemia. (EFE/Morell)

El lobby hotelero es fuerte pero cerrado, acotado a unos pocos apellidos, y actúa como una familia. Cada uno compite con su establecimiento pero, cuando alguien intenta tocar el negocio, actúan todos a una como Fuenteovejuna. No en vano la asociación de hoteleros Hosbec con apenas 310 socios representa más de 100.000 plazas y es una de las más potentes a nivel nacional.

La crisis del coronavirus, el confinamiento y la paralización del turismo hicieron que los fondos de inversión pensaran que, por fin, iban a poder hacerse con un pedazo del pastel turístico de Benidorm. Solo había que esperar a que alguna de esas familias de toda la vida no resistiera el cierre y, sin el amparo de una gran cadena internacional, no tuviera más remedio que poner sus hoteles a la venta. Y cuando cayera el primero, podría generarse un efecto dominó.

Foto: Baleares es uno de los destinos preferidos. (EFE/Cati Cladera)

Los fondos de inversión “llamaban todas las semanas”, cuenta la secretaria general de Hosbec, Nuria Montes, para ver si la última ola, la siguiente restricción o la enésima reclamación por falta de ayudas precipitaba la venta. “Pero aquí no se vendía nada, ni nadie estaba tan apurado económicamente como para vender y menos a los precios que los fondos estaban dispuestos a pagar”, prosigue.

La ansiada “ganga” nunca llegó. Superada la pandemia, los fondos de inversión no han podido hacerse ni con una sola cama de la capital turística. Los apellidos hoteleros siguen siendo los mismos.

Heridos, pero no de muerte

¿Cómo lo han hecho? Pues, según Montes, tirando de fondos propios y gracias a instrumentos como los créditos ICO que les han permitido subsistir hasta el momento. “Son empresas muy poco apalancadas, con poca deuda y muy saneadas económicamente, por lo que los bancos no ven riesgo en la industria y han sido tremendamente flexibles al crédito. Esto nos ha permitido disponer de la liquidez necesaria para poder sobrellevar la pandemia, porque un hotel cerrado es un hotel que cuesta muchísimo dinero de poder mantener, con cero ingresos. Hemos salido dañados de esta crisis, pero no hemos salido heridos de muerte”, añade.

placeholder Vista general de un hotel de Benidorm cerrado durante la pandemia. (EFE/Morell)
Vista general de un hotel de Benidorm cerrado durante la pandemia. (EFE/Morell)

A los fondos de inversión les toca seguir sobrevolando la ciudad de los rascacielos a ver si alguno de esos apellidos hoteleros abandona el barco y son lo suficientemente rápidos como para hacerse con la presa. Algo muy improbable por otra parte porque, en los pocos casos de venta de hoteles que se han registrado en Benidorm en los últimos tiempos, los miembros del lobby se los han comprado entre ellos. “No llegan ni siquiera a salir al mercado internacional porque, antes siquiera de salir, ya ha habido venta directa aquí”, relatan desde Hosbec.

Las últimas transacciones producidas así lo confirman. La venta de los hoteles Royal y Victoria de la empresa Nouhotel, propiedad de la familia Moncho, fueron adquiridos por la cadena local Hoteles RH. El Hotel Belroy, a la muerte de su propietario, fue comprado por la cadena GF Hoteles de Fede Fuster, actual vicepresidente de Hosbec. Su grupo también se hizo con el Hotel Benidorm Plaza o los apartamentos 2Sleep. Cuando la cadena nacional Barceló vendió su Hotel Pueblo, lo compró Servigroup propiedad de la familia Caballé, de origen catalán pero con sede en la ciudad alicantina.

Las excepciones

Es un circuito cerrado en el que ha habido muy pocas excepciones. Dos para ser exactos. Quizá la más llamativa fue la venta del Hotel Palm Beach, antes en manos del grupo empresarial Aqualandia, que gestiona parques temáticos como Terra Mítica, y ahora en la cartera de Pierre Vacances como empresa gestora y explotadora del establecimiento.

Foto: Fachada actual del Benilux Park, que será reformada para el nuevo Mercure Benidorm.

El otro caso es el del Hotel Selomar, propiedad de las familias Almodóbar Barceló. Estuvo cerrado durante mucho tiempo y casi en estado ruinoso por desavenencias entre los propietarios, pero finalmente ha ido a parar a manos de HIPartners. El único caso de un hotel adquirido por un fondo de inversión, en una operación anterior a la pandemia. Actualmente, el hotel está en reforma y prevé reabrir sus puertas en 2023.

Aun así, Hosbec recalca la particularidad del caso. “Ellos no buscan un producto de derribo o una ganga de donde sacar dinero para revenderlo después”. El fondo propietario del Selomar está “centrado y especializado en la industria hotelera y es propietario de muchos hoteles en España y a nivel internacional y buscan productos para, bien explotarlos como propietarios o bien ceder su explotación a empresas de solvencia como, en este caso, es Barceló”.

Mismo propietario, mismo explotador

Una operación muy habitual en otros destinos turísticos como Mallorca, donde los fondos de inversión han tenido un acceso más fácil para la adquisición de activos, pero muy poco frecuente en Benidorm, donde la figura habitual es que el propietario y el explotador sean la misma familia o sociedad.

placeholder Turistas ingleses toman algo en una terraza en Benidorm. (EFE/Manuel Lorenzo)
Turistas ingleses toman algo en una terraza en Benidorm. (EFE/Manuel Lorenzo)

Incluso cuando una cadena hotelera internacional, como es el Grupo Accor, de origen francés, consigue poner un pie en Benidorm, la propiedad del hotel sigue en manos locales. El antiguo Hotel Benilux es ahora el moderno Mercure Benidorm, primer hotel de la ciudad gestionado por una cadena hotelera internacional, pero cuyos propietarios siguen siendo una familia local.

Sí existen casos de grandes cadenas hoteleras como Meliá o Barceló, pero siempre son empresas de origen nacional.

Foto: Varios turistas toman algo en una terraza de Benidorm. (EFE/Manuel Lorenzo)

El motivo de esta endogámica gestión del sector lo explica Montes. “Aquí se conoce muy bien el mercado y sabemos las posibilidades y situación de cada uno de los hoteles”, por ello “nunca ha habido un mercadeo o venta de activos y, cuando ha habido venta han sido los propios empresarios locales los que se han dedicado a comprar”, aclara.

Reformar en pandemia

La otra particularidad de la pandemia en el sector hotelero de Benidorm, además de la nula venta de activos, ha sido la reacción de los empresarios. Han aprovechado el cierre de hoteles para realizar inversiones en reforma y mejorar la planta hotelera.

Foto: Consulta de datos. (Invat.tur)

Es el caso de establecimientos como el Ambassador, el Rosamar o el Primavera Park, entre muchos otros. A pesar de la incertidumbre que trajo consigo la crisis sanitaria, los propietarios proyectaron incrementar el número de habitaciones premium o subir de categoría. “Muchos empresarios supieron ver que, si había que hacer obras, había que hacerlas en el momento del cierre y no tener que cerrar ahora que se puede recuperar el mercado. Así hubiéramos perdido un año más de explotación”, señala Montes.

Además de esas reformas para reposicionar el producto entre los turistas, muchos establecimientos las han aprovechado para abrirse al residente y ofrecerse al local como una alternativa de ocio y gastronomía.

placeholder Varios turistas cumplen el confinamiento en su hotel de Benidorm. (EFE/Manuel Lorenzo)
Varios turistas cumplen el confinamiento en su hotel de Benidorm. (EFE/Manuel Lorenzo)

Es el caso del Primavera Park o Los Arcos que, a partir de una determinada hora, abren sus terrazas panorámicas al público ajeno al hotel y funcionan como un establecimiento de ocio. E Mercure Benidorm, por su parte, ha habilitado dos accesos a su restaurante, uno para los clientes del hotel y otro directamente desde la calle, para ampliar el número de comensales. También permite disfrutar de sus experiencias gastronómicas y camas balinesas aunque no se esté alojado en el hotel.

Benidorm es una plaza hotelera suculenta no solo para los turistas, sino también para los inversores que vieron en la pandemia la oportunidad de abrirse hueco en un negocio que históricamente se reparten unas pocas familias locales. La ciudad tiene la particularidad de, a pesar de contar con la planta hotelera más importante de toda la Comunidad Valenciana, no tener apenas establecimientos de cadenas internacionales ni en manos de fondos de inversión. Los ejemplos que hay son anecdóticos. Y no será porque no lo hayan intentado.

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