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Un tercio de provincias ha recuperado ya el turismo previo a la pandemia
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Datos de junio

Un tercio de provincias ha recuperado ya el turismo previo a la pandemia

La recuperación ha sido muy intensa en los archipiélagos y en destinos de costa. El interior y las grandes ciudades siguen en una situación complicada. Los viajes son ahora más cortos

Foto: Baleares es uno de los destinos preferidos. (EFE/Cati Cladera)
Baleares es uno de los destinos preferidos. (EFE/Cati Cladera)
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El año 2022 será recordado como el del gran 'boom' turístico a las puertas de una nueva crisis económica. Los economistas y los mercados llevan semanas 'teorizando' sobre la llegada de una nueva recesión económica por la incertidumbre, la inflación y la subida de los tipos de interés. Sin embargo, a la espera de la 'gota fría', los europeos han optado por disfrutar del calor del verano. 'Carpe diem', aunque sea por unos días.

Los registros apuntan a una recuperación casi vertical del turismo desde que se terminaron las restricciones del covid. Y el apogeo ha llegado este verano con muchos destinos nacionales ya abarrotados de viajeros. Se están cumpliendo dos fenómenos incluso en una intensidad superior a la esperada inicialmente. El primero, la existencia de una demanda embalsada durante la pandemia de servicios turísticos. Dicho de otro modo, ganas de viajar acumuladas. El segundo, la existencia de un ahorro durante la pandemia consecuencia de las restricciones y de la precaución de las familias. Ambos factores hacen que el verano esté siendo muy positivo para el turismo, incluso a pesar de los malos augurios de lo que está por venir en otoño.

Foto: Playa de la Malvarrosa, en Valencia. (EFE/Juan Carlos Cárdenas)

La recuperación ha sido tan intensa que un tercio de las provincias recuperaron ya en junio los niveles del turismo hotelero previos a la pandemia. Así lo muestran los datos de la Encuesta de Coyuntura Hotelera recién publicada por el INE. En concreto, 18 de las 52 provincias españolas recuperaron el número de turistas que tenían en junio de 2019, el último verano previo a la pandemia. El total nacional todavía seguía un 3,3% por debajo como consecuencia de la recuperación más lenta de la llegada de extranjeros.

La vuelta de los turistas se ha centrado en destinos de costa, especialmente del Atlántico, y los archipiélagos. Baleares es uno de los casos paradigmáticos, ya que en junio no solo recuperó los huéspedes nacionales que recibía antes de la pandemia, también los extranjeros. En concreto, recibió casi un 3% más de turistas extranjeros y un 28% de turistas españoles, provocando la práctica saturación del archipiélago ya en el mes de junio.

Lo mismo ocurre con Santa Cruz de Tenerife, que tiene ya un 2% más de turistas foráneos y los mismos nacionales que en 2019. Y en Las Palmas son un 11% más nacionales y un 2% menos extranjeros. En cuanto al territorio peninsular, muchas son las provincias que ya están en niveles prepandemia. Destaca A Coruña, con un crecimiento de doble dígito tanto en la llegada de nacionales como de extranjeros. Los destinos elegidos por los viajeros están tanto en el norte —Guipúzcoa, Vizcaya o Tarragona— como en el sur —Cádiz o Huelva—.

Los peores registros se concentran en el interior de España. De hecho, no solo no han recuperado su turismo extranjero, es que también pinchan en el nacional. En Ávila, por ejemplo, la llegada de viajeros fue casi un 20% inferior a la del mismo mes previo a la pandemia. Destinos populares como Salamanca, Zaragoza o Córdoba registran también caídas próximas al 15%. Estos datos confirman que el turismo cultural está todavía muy lejos de recuperarse y la demanda embalsada se concentra básicamente en lugares de playa.

Las provincias de Madrid y Barcelona también sufren el problema de la recuperación más lenta del turismo urbano. Ambas provincias registran caídas de doble dígito en la llegada de turistas, especialmente en el caso de los viajeros foráneos.

Menos noches

Una de las particularidades de este verano es que el turista nacional está optando principalmente por quedarse dentro de España. Esto explica que ya en junio los hoteles recibieran un 4,4% más de turistas residentes en España que antes de la pandemia. Sin embargo, la llegada de extranjeros todavía está lejos de recuperarse, con una caída de casi el 10%.

Una de las consecuencias de este cambio en el perfil del turista es que los viajes son algo más cortos, ya que el turista nacional pernocta menos noches. Es comprensible que así sea, ya que los extranjeros hacen estancias más largas para amortizar el coste del viaje (tanto en precio como en tiempo). Esto explica que en junio el número de viajeros fuese un 3% inferior al de antes de la pandemia, sin embargo, el número de pernoctaciones cayese algo más de un 5%.

Foto: Una lupa enfocando diagramas. (Cedida)

El auge del turista nacional ha provocado dos tendencias en el tipo de alojamiento demandado. Por una parte, está el viajero nacional que solía ir al extranjero, pero que ahora prefiere un destino doméstico y que busca hoteles más confortables, lo que provoca que la ocupación de hoteles de cuatro estrellas haya crecido un 9% respecto al año 2019, tanto en número de viajeros como de pernoctaciones. Por otra parte, están los turistas que buscan precios baratos para escapadas cortas. Esto explica que en los hoteles de gama más baja (categoría de una estrella de plata), el número de viajeros nacionales se haya disparado un 15%, pero las pernoctaciones sean las mismas que en 2019.

En cuanto al mercado extranjero, la recuperación del turismo prémium ha sido mucho más intensa, lo que explica que los hoteles de cinco estrellas estén ya con niveles de ocupación foránea similares a los de 2019. Por el contrario, los alojamientos más económicos registran todavía caídas de doble dígito.

En cuanto al precio de las habitaciones, los hoteles están trasladando rápidamente los costes a las tarifas. De hecho, es probable que muchas empresas estén ensanchando sus márgenes para recuperar las pérdidas acumuladas durante los largos meses de la pandemia. Los ingresos por habitación son ahora un 9% superiores a los existentes antes de la pandemia. Una parte de esta mejoría puede ser consecuencia del efecto composición: los destinos más caros se han recuperado más rápidamente, por lo que es probable que en muchas zonas de interior aún el número de camas sea todavía inferior al de antes de la pandemia.

La mayor alza se ha producido en los alojamientos más baratos, que son los que trabajan con márgenes más estrechos y repercuten todos los costes al cliente. En los hoteles de una estrella de oro, los ingresos por habitación han subido más de un 30% respecto a los niveles prepandemia. En el extremo opuesto, los hoteles de categoría media/alta (tres y cuatro estrellas) apenas ingresan un 4% más que antes de la pandemia. Está por ver cómo evolucionan las tendencias durante la temporada alta, pero todo apunta a que la llegada de viajeros foráneos seguirá mejorando.

El año 2022 será recordado como el del gran 'boom' turístico a las puertas de una nueva crisis económica. Los economistas y los mercados llevan semanas 'teorizando' sobre la llegada de una nueva recesión económica por la incertidumbre, la inflación y la subida de los tipos de interés. Sin embargo, a la espera de la 'gota fría', los europeos han optado por disfrutar del calor del verano. 'Carpe diem', aunque sea por unos días.

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