La empresa familiar advierte del frenazo económico y reclama un pacto educativo
La mayoría prevé aumentar en ventas, pero menos que en 2017, y considera la política fiscal y la deuda pública como los grandes riesgos. Felipe VI defiende un mayor tamaño de las empresas
Optimismo moderado entre los principales responsables de la empresa familiar española sobre la situación económica del país. La confianza de este colectivo en la actual coyuntura productiva se ha reducido con respecto al año pasado, según la encuesta interactiva realizada en la mañana de este lunes entre los más de 700 participantes inscritos en el XXI Congreso de la Empresa Familiar (IEF) que se celebra en Valencia. Los empresarios siguen otorgando un aprobado la economía española (5,48 puntos), pero perciben síntomas de ralentización y menos confianza en el futuro en comparacion con el ejercicio de 2017, cuando la coyuntura económica se puntuaba con un 6,22.
El sondeo (consulte aquí el estudio completo) que anualmente realiza el IEF entre sus afiliados viene a confirmar los síntomas de desaceleración apuntados por el propio Gobierno o por servicios de estudios diversos, si bien el crecimiento, que rondará el 2,6% del PIB este año, seguirá situado por encima de la media europea. Del mismo modo, continúan siendo mayoría el número de empresarios familiares que contempla mantener o ampliar sus plantillas a corto y medio plazo, aunque con menores porcentajes que en encuestas anteriores. La confianza en la evolución económica sigue siendo alta, pues un elevado porcentaje, el 67%, contempla reinvertir los beneficios obtenidos en su propia compañía antes que repartir dividendos o disminuir su endeudamiento.
La consulta pone en evidencia la inquietud que existe entre los patronos. No llega a evidenciar miedo a un bloqueo económico, pero sí una cierta posición de vigilancia, si bien no quedan claras las causas de esa percepción, pues este año el Instituto no ha preguntado sobre la situación política. No obstante, varios son los retos a los que, según los encuestados, se enfrenta el país. El endeudamiento público y la política fiscal es el que más preocupa a los socios de una organización patronal en la que figuran algunas de las grandes compañías del país, como Mercadona, Acciona o el Grupo Barceló, pero también de forma perimetral un elevado número de empresas medianas. Esta precupación puede interpretarse, además, por la anunciada reforma fiscal del Gobierno de Pedro Sánchez, que prevé retocar el Impuestos de Sociedades para recortar bonificaciones. El Ejecutivo también tiene en mente elevar las cuotas sociales a los salarios más altos.
En cuanto a las prioridades, los empresarios creen necesario en primer lugar propiciar un gran pacto educativo y de formación. La necesidad de simplificar los trámites administrativos y burocráticos se citan por encima de otros problemas como las ineficiencias del modelo territorial o la negociación del futuro de las pensiones.
#CongresoIEF2018 @arturobris Debilidades de nuestro modelo de competitividad 1) Ineficiencia del sector público 2) Falta de mentalidad hacia la globalización 3) Sector público contaminante y 4) Educación pic.twitter.com/8RoWmuUJM3
— Diego Lorente (@_diegolorente) 29 de octubre de 2018
La convención empresarial, que cada año elige una ciudad para reunir a sus asociaciados, se celebra en esta ocasión en Valencia. El Rey Felipe VI recibióde nuevo el encargo de protagonizar el acto de inaguración, previos discursos de la ministra de Industria, Reyes Maroto, el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, y el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Francisco J. Riberas, CEO de Gestamp.
Felipe VI hizo especial hincapié en el tamaño de las empresas españolas. "Uno de los grandes retos de nuestra economía es, precisamente, la dimensión de las empresas españolas, más pequeñas de media que en otros países de nuestro entorno. Y este hecho condiciona ciertamente las relaciones laborales, los sueldos, la inversión en I+D+i, la apuesta por la formación durante toda la vida laboral, la captación de talento, las posibilidades de digitalización, aunque esto hoy en día ni siquiera es una opción", señaló el jefe del Estado.
Defensa del régimen del 78
El Rey indicó las posibilidades de desarrollar una carrera profesional son mayores en empresa de mayores dimensiones, que están más internacionalizadas y apuestan por el crecimiento. "Hay un claro margen de mejora", dijo en relación a "la imagen del empresario asociada a las grandes empresas".
Riberas, por su parte, reivindicó el actual régimen político-económico en España al señalar que "los efectos negativos de la crisis en la sociedad no deberían ser utilizados para deslegitimar y criticar este período de paz y prosperidad que se abrió hace 40 años". "No es justo atacar y destruir todo lo que nos ha traído hasta aquí", dijo el presidente del IEM.
La organización patronal agrupa a 1.200 empresas que generan el 28% del PIB y dan empleo a 1,2 millones de trabajadores, según sus propios datos. Por esta razón, Riberas defendió su aportación al tejido productivo y a la sociedad. "Es muy importante conseguir que la sociedad reconoza a las empresas familiares como un elemento positivo, algo que hay que defender y no atacar, y que el crecimiento de nuestras empresas es positivo para la sociedad, y no es a costa de nuestros trabajadores, como algunas voces parecen decir", reivindicó.
Optimismo moderado entre los principales responsables de la empresa familiar española sobre la situación económica del país. La confianza de este colectivo en la actual coyuntura productiva se ha reducido con respecto al año pasado, según la encuesta interactiva realizada en la mañana de este lunes entre los más de 700 participantes inscritos en el XXI Congreso de la Empresa Familiar (IEF) que se celebra en Valencia. Los empresarios siguen otorgando un aprobado la economía española (5,48 puntos), pero perciben síntomas de ralentización y menos confianza en el futuro en comparacion con el ejercicio de 2017, cuando la coyuntura económica se puntuaba con un 6,22.