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Lo que pasa en McDonald's, se queda en McDonald's: tras la pista de la convención más misteriosa de Barcelona
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TIENEN GANAS DE FIESTA

Lo que pasa en McDonald's, se queda en McDonald's: tras la pista de la convención más misteriosa de Barcelona

Una legión de 14.000 empleados de la firma de comida rápida deambulan estos días por la capital catalana. Eso sí, nadie quiere dar ningún detalle de lo que hacen o van a hacer: "Se supone que no sabemos nada"

Foto: El cartel que orienta en la entrada de la Fira de Barcelona a los congresistas de McDonald's. (C.B.)
El cartel que orienta en la entrada de la Fira de Barcelona a los congresistas de McDonald's. (C.B.)
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El lunes, 14.000 empleados, directivos, franquiciados y proveedores de McDonald’s tomaron la Fira de Barcelona. La convención mundial de la multinacional de comida rápida aterrizó en la capital catalana para celebrar la primera gran reunión fuera de Norteamérica. Un evento que reúne a trabajadores y directivos de los 40.000 locales que tiene McDonald’s en más de un centenar de países para unirlos a todos bajo el "espíritu" de la que en un momento fue la marca del payaso Ronald McDonald.

La gran feria del "sentimiento McDonald’s", como lo llaman algunos visitantes, se anunció en septiembre de 2022, pero la gran multinacional ha mantenido un secretismo sorprendente sobre los detalles del encuentro. No ha permitido que la prensa entre al recinto alegando que es un "evento privado". Nadie sabe qué pasa dentro y los que lo saben, tampoco lo quiere contar.

A la salida del recinto, los visitantes hacen una larguísima cola esperando a que llegue su turno para coger un taxi. Durante la espera hablan sobre lo que han visto dentro y enseñan sus atiborradas bolsas de objetos y comida conseguidos dentro de la feria. Nadie quiere hablar de lo que ha visto más allá de los tornos. Un gran secretismo envuelve a esta convención. Solo algunos se atreven a valorar superficialmente el plan de actos o las actividades realizadas. "Estamos muy emocionados de conocer las novedades", dice un trabajador americano, que rompe la tendencia y atiende a este medio.

Eso sí, ante la pregunta de cuáles son esas esperadas novedades a las que alude, silencio. Mutis para, según dicen, reforzar el sentimiento de pertenencia de los trabajadores vinculados a la enorme multinacional. Ni siquiera los trabajadores externos a McDonald’s que estos días están subcontratados para hacerse cargo de la logística y atender a los congresistas durante la feria quieren hablar. "Se supone que no sabemos nada", dice una de estas personas, que prefiere identificarse únicamente como B. Advierte que no quiere figurar con el nombre completo y el apellido porque les han pedido que no digan nada. Lo que pasa en McDonald’s se queda en McDonald’s.

Secretismo y extravagancia

La gran reunión del gigante de la comida rápida lleva el nombre de Worldwide 24, y así lo indica el gran despliegue de carteles amarillos que rodean la feria. La de este año es la trigésima edición de la convención global del grupo McDonald’s que se celebra cada dos años. A la salida del recinto, un franquiciado que asegura llamarse Günther y que regenta un local en una ciudad alemana, ha insistido en que él y sus compañeros están "encantados de que se celebre en Barcelona", no solo por la brevedad del desplazamiento en comparación con América, que le permite asistir con su familia, sino por el "buen tiempo".

El evento supone una alta ocupación, tanto para los hoteles como para los bares, restaurantes y discotecas. Aunque los directivos acuden a la cita con los gastos pagados, los franquiciados deben poner de su bolsillo el dinero de los vuelos y el alojamiento. Pero esto no les quita el sueño. Todos ellos han aterrizado en la Ciudad Condal, eufóricos con la gran fiesta del gigante de la comida rápida y con ganas de fiesta.

Foto: Dos turistas se fotografían junto a la Sagrada Familia. (Europa Press/David Zorrakino)

Además, McDonald’s se ha ocupado de tener a sus trabajadores contentos, con una agenda de eventos que tendrá el colofón con un concierto en el Palau Sant Jordi con un cartel de primer nivel. La multinacional anunciaba el mismo día de la inauguración del evento que la artista británica Dua Lipa y el grupo norteamericano The Killers actuarían en exclusiva para los congresistas en un espectáculo privado a modo de clausura de la gran convención.

Exaltación del "sentimiento"

Ver muchos extranjeros en la Fira de Barcelona no es extraño, lo verdaderamente sorprendente es el nivel de visibilidad que le dan a la marca. Sin ir más lejos, el día de la inauguración, miles de personas amanecieron en la capital catalana, caracterizados de pies a cabeza con piezas de ropa de McDonald’s, desde sombreros hasta chaquetas con brillantes e incluso deportivas blancas, con la característica M de la marca.

El fanatismo de las vestimentas se ha ido reduciendo durante los días de congreso. Los conjuntos estrambóticos han dado paso a elecciones más sutiles, como chaquetas con pequeñas insignias o el propio merchandising del evento. La que más triunfa, una camiseta amarilla con la frase "ba ba ba ba Barcelona"; haciendo referencia a la famosa canción que usa la cadena de comida rápida para sus anuncios.

Foto: El loto tipo de CosMc's (leído 'cosmos') con el anillo derivado de la M. (Scott Fredrickson/X)

La implicación de los congresistas es realmente sorprendente, incluso aquellos que a simple vista no han optado por los enormes logotipos de McDonald’s deciden hacer su propio guiño. Una visitante austriaca explica que el jersey amarillo mostaza y la camiseta a rayas azules y blancas es su "pequeño homenaje" a la marca. Muchos de los franquiciados y trabajadores del mismo país han decidió, incluso, ir vestidos a conjunto para reconocerse. Un ejemplo es un grupo de trabajadores que salen del recinto con chalecos verdes con dos círculos sobre el corazón, uno con la bandera de Portugal y el otro, con el logotipo de McDonald’s.

"Publicidad subliminal"

Tan solo en Barcelona hay 18 locales de esta cadena de comida rápida. Según datos de la multinacional, en la provincia de Barcelona la suma global asciende a más de 60 y da la casualidad de que uno de ellos se encuentra a poco más de diez minutos del pabellón en el que se celebra la gran convención de McDonald’s. A la entrada, un grupo de congresistas extranjeros con la camiseta amarilla del WorldWide 24 y bolsas de comida características de la empresa pasan por delante. Ríen y hacen bromas, pero no entran. Probablemente, están saturados de tanta actividad corporativa. Pero no todos opinan lo mismo. Mientras unos prefieren buscar opciones gastronómicas locales, otros visitantes deciden seguir con su idilio y volver a consumir sus queridas hamburguesas.

Algunos optan por comida, otros simplemente quieren algo de beber. Lo que más llama la atención es la diferencia entre los europeos y los americanos, que piden más comida y bromean con el tamaño de las cantidades europeas. En la cola, esperando a recoger sus pedidos, un grupo de chicas comenta que con tanta gente en la zona con insignias de McDonald’s "es casi imposible no caer en la tentación". Una de ellas es Anna Sabé, una joven que trabaja por la zona que dice no consumir este tipo de comida habitualmente, pero que no ha podido resistirse ante esta "publicidad subliminal constante".

Foto: Vista de una hamburguesa. (iStock)

Pau Martín, en cambio, es un cliente habitual de este local en concreto. No diría que va cada día, pero por lo menos una vez a la semana para a comer lo mismo: un menú con hamburguesa de ternera, patatas, bebida y un helado. Pau defiende que este restaurante siempre "funciona muy bien", en comparación con otros de la misma cadena, que mantiene un aspecto “limpio” y que le atienden rápido.

Para garantizar este buen funcionamiento, durante estos días, en esta frecuentada hamburguesería de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) ha aparecido una nueva figura. Un hombre trajeado que recorre compulsivamente los rincones del restaurante revisando cada milímetro para asegurarse de dar una buena imagen ante los visitantes de todo el mundo.

A Pau también le ha sorprendido cuando ha ido a hacer su comida semanal la actitud "especialmente benevolente" de los trabajadores que, incluso, interceptan a los clientes antes de que estos se levanten a tirar los papeles a la basura para hacerlo ellos mismos. Actitudes especialmente atentas cuando se dirigen a una de las personas que acuden al local sin haberse quitado la tarjeta del congreso o que llevan algún tipo de guiño a la marca en su vestimenta.

El lunes, 14.000 empleados, directivos, franquiciados y proveedores de McDonald’s tomaron la Fira de Barcelona. La convención mundial de la multinacional de comida rápida aterrizó en la capital catalana para celebrar la primera gran reunión fuera de Norteamérica. Un evento que reúne a trabajadores y directivos de los 40.000 locales que tiene McDonald’s en más de un centenar de países para unirlos a todos bajo el "espíritu" de la que en un momento fue la marca del payaso Ronald McDonald.

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