Puigdemont y Aragonès escenifican moderación con los fichajes de sus listas para las elecciones

El independentismo catalán dispone sus peones en el tablero político para afrontar una larga campaña electoral hasta el 12 de mayo. Una de las principales batallas es la de conseguir el título de candidatura transversal. El candidato de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, presentó hace pocos días su propuesta e hizo público que contaba con el apoyo de hasta ocho fuerzas políticas. Algo que aparentaba una variedad poco usual. Pero ERC no se queda atrás. Pere Aragonès ha incluido a personas que provienen de otras sensibilidades políticas. La estrategia es mostrar una imagen de moderación y diversidad ideológica.

En Barcelona, por ejemplo, ERC cuenta en puestos destacados con dos dirigentes que en su día estuvieron dentro del PSC, Joan Ignasi Elena y Ester Capella, que van de cinco y de seis. Elena llegó a ser candidato a primer secretario de los socialistas y se mantuvo en la cúpula de la formación hasta que la abandonó en 2014, cuando era la cabeza visible de la corriente interna Avancem. Entre 2005 y 2011, fue alcalde de Vilanova i la Geltrú.

Capella, por su parte, había estado cercana al PSC, puesto que era de la corriente Ciutadans pel Canvi, una plataforma que apoyaba a Pasqual Maragall. En 2007, fue fichada como concejala independiente en Barcelona por Jordi Portabella. En el número 21 de Barcelona figura también el exsocialista José Rodríguez, más conocido como Trinitro, miembro de la dirección entre 2000 y 2013 y diputado de ERC la última legislatura, aunque no tiene asegurada la reelección, puesto que en los últimos comicios los republicanos obtuvieron por esta provincia 19 escaños.

La lista de esta demarcación la cierra Ernest Maragall, otro exsocialista destacado. En Girona, la lista la cierra el exlíder del PSC en aquella provincia, Quim Nadal, 'exconseller' con Pasqual Maragall y que en su día fue candidato a la Generalitat. La transversalidad de la lista de ERC se reconoce también en la inclusión como número 7 por Barcelona de Carles Campuzano, histórico dirigente de Convergència, luego en Junts per Catalunya y finalmente seducido por Esquerra. Campuzano integra la lista como independiente, mientras que los exsocialistas ya militan en el partido de Aragonès. La número 8, la consejera de Igualdades, Tània Verge, tampoco tiene carnet.

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La lista de Barcelona cuenta, asimismo, con Joan Josep Nuet, exlíder de Esquerra Unida i Alternativa (la rama catalana del PCE), con lo que se nutre de todo el espectro político, de derecha a izquierda, pasando por el centro. La papeleta de ERC, no obstante, han sido tocadas por la maldición del Parlament: El que fuera presidente de la Cámara y actual consejero de Empresa, Roger Torrent, se queda sin puesto en las listas, pese a ser uno de los referentes del partido en los últimos años. Tampoco repite Alba Vergès, la presidenta del Parlament que sustituyó durante varios meses como interina a la condenada Laura Borràs hasta el nombramiento de Anna Erra.

La diversidad de Puigdemont

En las listas de Puigdemont, el 'expresident' presume de haber incluido a representantes de hasta ocho partidos distintos. En realidad, son los mismos grupos que ya se habían presentado dentro de las listas de Junts en las elecciones de 2021 e incluso de 2017. No se trata, pues, de nuevas incorporaciones, sino de componendas con las mismas plataformas: ahí están representantes de Acció per la República, Demòcrates de Catalunya o Reagrupament.

Sí que incorpora como novedad al exalcalde de Montblanc, Josep Andreu, que militaba antes en ERC. Para las pasadas elecciones abandonó a los republicanos tras pactar con Puigdemont y perdió la mayoría absoluta que tenía con Esquerra. En la actualidad es la cabeza visible de Independentistes d’Esquerra, una plataforma política que ha acercado a Junts.

La incorporación de Anna Navarro como número 2 (ejecutiva de Women in Technology y vicepresidenta de ProCore) quiere dar una imagen de profesionalización y capacidad de gestión a su candidatura. “Habrá más perfiles similares en los primeros puestos. Pero eso no quiere decir que haya transversalidad. De hecho, lo que se trata es de recuperar la imagen de seriedad que tenía CiU en su día. Por eso lo importante es la estrategia que luego adopte el partido en su trabajo parlamentario”, advierten desde algunos círculos de Junts.

La transversalidad de la lista de Puigdemont, sin embargo, se rompe en parte y apunta únicamente al espectro independentista, donde hay muchos grupúsculos, pero poca diversidad ideológica. El común denominador de la mayoría de los partidos o plataformas que conforman el universo de Junts se caracteriza por sus posicionamientos extremos y por la apuesta por la unilateralidad. “Puigdemont no puede presumir de ello porque las listas de su partido no se han movido desde hace años. No tiene más diversidad ni menos que en las anteriores elecciones o las anteriores. Está vendiendo humo haciendo ver que la suya es la candidatura del independentismo plural”, explica un crítico de Junts.

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Fuentes cercanas a los neoconvergentes señalan a El Confidencial que las listas serán aprobadas este fin de semana por la cúpula del partido, aunque de momento solo Puigdemont sabe quién será incluido, ya que los nombres que se barajan solo se conocen en Waterloo. No obstante, la intención “es incluir a figuras de perfil moderado en lugares preferentes para no dar la imagen de partido escorado al extremismo y así atraer a los posibles votantes del antiguo espacio convergente”.

La labor en ese campo es enorme, puesto que no es fácil trasmitir una imagen de serenidad, buena gestión y de vuelta a tomar las riendas de la economía (como en su día había hecho CiU) con el posicionamiento de algunos sectores con un peso específico en la cúpula del partido, entre ellos el propio Puigdemont apoyado por plataformas extremistas o el círculo que rodea a la presidenta Laura Borràs.