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El 'garbanzo negro' de una familia conservadora rompe el socialismo catalán
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Elena quiere una coalición para 'barrer' al PSC

El 'garbanzo negro' de una familia conservadora rompe el socialismo catalán

Joan Ignasi Elena negocia una gran plataforma conjunta con Ernest Maragall para crear un gran partido socialista de estricta obediencia catalana.

Foto: Joan Ignasi Elena, líder de Avancem, deja el PSC. (Efe)
Joan Ignasi Elena, líder de Avancem, deja el PSC. (Efe)

Joan Ignasi Elena, líder de la corriente crítica Avancem que esta semana protagonizó la segunda escisión en el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) negocia una gran plataforma conjunta con el primero de los escindidos, Ernest Maragall, para crearun gran partido socialista "de estricta obediencia catalana". Ambos creen que hay un espacio “vacío” que no llena ni el PSC ni ningún otro partido y que sólo se puede llenar de dos maneras: o con la refundacióndel PSC o con la creación de un nuevo partido ad hoc. Y a esa tarea dedicarán las próximas semanas: a buscar puntos de encuentro para formar un gran Partit Socialista Català que haga frente al PSOE, al PSC y al "nacionalismo de derechas".

Según fuentes de los sectores críticos, Elena ya ha mantenido varios contactos con Maragall para hablar del futuro. Pero también ha lanzado mensajes hacia Iniciativa per Catalunya (ICV), partido a algunos de cuyos actos públicos asistieron dirigentes de la corriente Avancem incluso durante la pasada campaña electoral. Es más: Elena se ha vanagloriado en alguna ocasión de la amistad que le une con Joan Herrera, líder de ICV, que en algunas ocasiones ha estado comiendo en su casa de Vilanova. Algunos cuadros ecosocialistas, sin embargo, ya se han puesto en alerta para oponerse al desembarco del ya exdirigente socialista en sus filas.

Pero los pasos de Joan Ignasi Elena son muy medidos. Cuando decidió romper el carnet del PSC y desligarse del que hasta ahora ha sido su partido lo había pensado mucho. No fue una decisión precipitada, repentina, fruto de un acaloramiento, sino que durante varios días fue madurando la idea y diseñando una hoja de ruta que hiciese visible el alejamiento de las posiciones oficialistas y de "obligada"espantá. También lo había hablado con sus compañeras díscolas, Marina Geli y Núria Ventura. Los tres rompieron la disciplina de voto del PSC el pasado mes de enero y votaron en contra de las consignas oficiales y a favor del frente soberanista del Parlamento.

En las últimas semanas, tanto Geli como Ventura le habían seguido la corriente y secundaban sus aspavientos a la hora de reclamar que se les levantase el castigo por haber votado diferente. De ellas, Marina Geli podía ser su enlace con el ala catalanista y la que convenciese a otros dirigentes para protagonizar una espectacular fuga si la dirección oficialista no les hacía caso. Uno de los compañeros de Geli llegó a comentar incluso que la diputada estaba, en esos momentos, "descontrolada". Políticamente hablando, claro. Pero, a la hora de la verdad y cuando Elena se decidió a dar el paso de la escisión, sus compañeras, más cautas, declinaron seguir su camino.

Las horas antes de presentar públicamente su decisión, el crítico socialista mantuvo una apretada agenda. Incluso se presentó en la sede de Òmnium Cultural para afiliarse a esta organización junto a su mano derecha, Fabián Mohedano. Hubo firma de acta y foto oficial con Muriel Casals, presidenta de Òmnium. Y, sobre todo, el mensaje de que todo se hacía por "el país". A esas horas, la escisión ya estaba decidida.

El primero de los escindidos del PSC, Ernest Maragall. (Efe)Fan de Rocío Jurado

Pero, ¿quién se maneja por la política catalana llamando a tantas y tan diversas puertas? Sólo hay que ver su trayectoria: Joan Ignasi Elena es un veterano militante que antes de arribar a las estructuras del PSC lideró la Juventud Socialista de Cataluña (JSC) de 1991 a 1993. Desde entonces, su carrera fue una montaña rusa, una sucesión de iniciativas y apuestas que la hicieron balancearse arriba y abajo hasta desembocar en el descarrilamiento de esta semana, cuando anunció que abandonaba el partido. Esa trayectoria fue “como una ola”, parafraseando a la diva Rocío Jurado, por quien Elena siente profunda admiración. Porque, catalanismo al margen, una de sus debilidades es precisamente la copla y la canción española.

"Natius [apodo por el que se le conoce] es, ante todo, una buena persona y un político de raza", asegura a El Confidencial un amigo personal suyo. Este amigo le califica también como un "sentimental".

Proveniente de una familia bien de Barcelona, muy católica y conservadora, Joan Ignasi Elena siempre ha presumido de ser el "garbanzo negro"de la familia por sus posiciones de izquierdas. Por si fuera poco, se casó con una hija de un dirigente territorial del PSC, Jaume Casanovas, quien tuteló su carrera política desde finales de los 90. Tras su matrimonio con Mireia (con la que tiene 3 hijas), recaló en la localidad de Vilanova i la Geltrú, localidad natal de su esposa y donde su suegro fue alcalde desde 1979 a 1991. Casanovas fue, posteriormente, gobernador civil de Lérida de 1992 a 1993 y de Barcelona hasta 1996, donde llegó para sustituir a Ferran Cardenal, enviado a Madrid para dirigir la Guardia Civil.

Un alto dirigente del PSC explica a El Confidencial que "fue su suegro quien le metió en la política y quien lo hizo entrar en las listas. De hecho, aunque en el 92 Elena integró la candidatura de las elecciones autonómicas, no fue hasta 1999 cuando oficializósu desembarco en la política en mayúsculas". Ese año, su nombre estaba en la lista de las municipales, lo mismo que en el 2003.

Pero en el 2005, el alcalde socialista de la localidad cesó y su sustituto fue ya el alumno aventajado de Jaume Casanovas. Como alcalde, se presentó en las municipales del 2007 y volvió a ganar. Pero en el 2011 perdió la alcaldía. ¿El motivo? Durante la última legislatura, había arrinconado paulatinamente a uno de los dirigentes locales, Joan Carles Duran, que había militado en el PSAN y en Nacionalistes d’Esquerra.

Su enfrentamiento con Elena le llevó a escindirse del PSC y a crear una pequeña plataforma con la que se presentó a las municipales del 2011. En estos comicios, CiU obtuvo 7.039 votos, el PSC 6.952 y el PP se quedó con 2.854. Pero el Compromís amb Vilanova y la Geltrú de Duran acaparó 321 votos. No tuvo concejal alguno, pero esos votos fastidiaron a Elena y le hicieron perder la alcaldía, porque por la Ley de Hont, a los convergentes le correspondieron 9 concejales y a los socialistas, 8. Si Elena no se hubiera peleado con su compañero, los socialistas habrían sido la fuerza más votada y podrían seguir gobernando la ciudad.

El salto al Parlamento

Fue entonces, según afirman en el PSC, cuando decidió que su futuro no pasaba por el pueblo donde había ejercido de alcalde, sino por la política catalana, el Parlamento autonómico y la cúpula del partido. De ahí que articulase una plataforma propia donde daba cabida a las voces más nacionalistas y con un claro mensaje de izquierdas: la corriente crítica Avancem.

En los años 90, Elena se había alineado claramente con el que había sido líder de los socialistas catalanes, Raimon Obiols, a quien siguió en la década pasada por su corriente crítica Nou Cicle. De hecho, se convirtió en el delfín de Obiols, que ahora, tanto pública como privadamente, trata de mantener la distancia con Elena.

Pero en los últimos años, con un sector catalanista que no estaba articulado en ninguna corriente y con Raimon Obiols centrado en temas europeos (era eurodiputado), Elena supo aprovechar el momento para consolidar Avancem, que quiso ser la gran corriente alternativa del socialismo catalanista o nacionalista. Pero se quedó en el intento, porque los pesos pesados del catalanismo, como el alcalde de Lérida, Àngel Ros, o exconsejeros como Montserrat Tura, Marina Geli, Antoni Castells o Joaquim Nadal no se sumaron a este movimiento crítico. Ni siquiera Ernest Maragall, que prefirió crear su propio partido hace unos meses y abandonar el PSC.

El futuro de Elena es ahora incierto. El próximo 28 de junio, los integrantes de su plataforma celebrarán una reunión vital, en la que decidirán si los miembros de Avancem dejan los cargos públicos para los que fueron elegidos. Se sabrási, por ejemplo, el propio Elena entrega las actas de diputado y de concejal. Algunos de sus compañeros incluso le han aconsejado que lo haga, mientras otros consideran que es positivo para su futuro político el seguir teniendo el escaño parlamentario y el puesto de concejal, que le suponen un altavoz mediático que de otra manera no tendría.

Joan Ignasi Elena, líder de la corriente crítica Avancem que esta semana protagonizó la segunda escisión en el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) negocia una gran plataforma conjunta con el primero de los escindidos, Ernest Maragall, para crearun gran partido socialista "de estricta obediencia catalana". Ambos creen que hay un espacio “vacío” que no llena ni el PSC ni ningún otro partido y que sólo se puede llenar de dos maneras: o con la refundacióndel PSC o con la creación de un nuevo partido ad hoc. Y a esa tarea dedicarán las próximas semanas: a buscar puntos de encuentro para formar un gran Partit Socialista Català que haga frente al PSOE, al PSC y al "nacionalismo de derechas".

PSC Joan Herrera
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