Las encuestas y la amenaza de escisión en el PSC fuerzan la dimisión de Pere Navarro
Entre todos lo mataron y él solito se murió. La dimisión del líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, tiene múltiples lecturas pero también causas
Entre todos lo mataron y él solito se murió. La repentina dimisión del líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro (que el sábado la presentará oficialmente al consejo nacional de su partido), tiene múltiples lecturas pero también múltiples causas. Una de las más importantes es el intento de evitar una escisión que debilitaría aún más al Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC).
Las corrientes críticas (todas del ala catalanista) pensaban dar un golpe de gracia la próxima semana, con la fuga de tres diputados críticos (Joan Ignasi Elena, Marina Geli y Núria Ventura, alineados con el frente soberanista) al Grupo Mixto, por lo que dejarían al PSC con sólo 17 diputados y siendo el cuarto partido de la Cámara, por debajo incluso del PP.
Además, los diferentes sectores críticos pensaban organizar un frente común en el mes de julio que podría ser el paso previo para provocar una escisión. Ello dejaría desangrado y seriamente tocado al partido de cara a la opinión pública, aunque en la realidad los militantes que se marcharan fuesen muy pocos, como cuando se escindió Ernest Maragall. En un primer momento, la corriente Avancem, liderada por Joan Ignasi Elena, se mantuvo al margen del frente común, pero ese tema entrará en el orden del día de la reunión que Avancem tiene el próximo 27 de junio, por lo que no se descarta que, al final, todos se unan para dar la batalla a la dirección oficialista.
Esta circunstancia ha sido crucial para que el líder de los socialistas catalanes decidiese dar un golpe de efecto presentando su renuncia. “Los críticos del PSC han sido absolutamente desleales. Desde que Pere tomó las riendas en 2011, sólo han puesto palos en las ruedas, han vulnerado todos los acuerdos tomados democráticamente por la dirección y han conspirado para imponer las tesis minoritarias en la estrategia del partido”, se queja un alto dirigente del PSC a El Confidencial.
Con su renuncia, Navarro aboca al PSC a un congreso, donde aprobará su estrategia futura. “Y los críticos, si son demócratas, han de aceptar lo que vote la mayoría”, subrayan las fuentes consultadas. Pero estos ya hablan de que el relevo puede “facilitar la renovación”. Lo malo es que esa renovación se traduzca, en el próximo congreso, en una reafirmación de las tesis mantenidas hasta ahora por el propio Navarro y la dirección oficialista. En ese caso, la historia se repetiría y volverían las tiranteces que ya existen ahora.
Aun así, la exconsejera Marina Geli ha sido la que más se ha distanciado de las tesis oficialistas, reclamando una “refundación del PSC”. Pero desde la cúpula de la organización le advierten que, si alguien quiere algo, que presente su candidatura y su proyecto y los someta a la votación de los militantes. Todo un órdago y un desafío a los díscolos que reclaman una mayor implicación del partido en el tema del nacionalismo y el soberanismo.
Los resultados electorales, decisivos
La presión de los críticos es el primero de los tres motivos que motivaron a Navarro a tomar la sorprendente determinación. El segundo motivo fueron los resultados electorales del 25 de mayo, donde el PSC obtuvo unos discretos resultados y se mantuvo como tercera fuerza, aunque perdiendo 350.000 votos respecto a los comicios del año 2009. La cuestión, sin embargo, también es que en las autonómicas pasó a ser la tercera fuerza y los vaticinios de las encuestas lo mantienen como tercera fuerza pero a la baja.
Un miembro de la cúpula socialista asegura a este diario que “para mí, esta es la principal causa de su renuncia. Tras los resultados de las europeas, ya había anunciado una ronda de consultas y ahí se encontró con la petición de cambios profundos. Entonces, calibró que no tenía capacidad suficiente para acometerlos y para responder a lo que se le pedía, por lo que la mejor manera de contribuir era presentando su renuncia”. Esta fuente asegura también que decidió hacer pública su intención ayer para que el partido pueda preparar el consejo nacional del sábado sabiendo lo que hay “y no sumirlo en un periodo de interinidad todavía mayor”.
En su comunicado oficial de despedida, el líder socialista matizaba que, “después de los resultados europeos, es preciso dar una señal fuerte a la sociedad catalana: que el PSC es consciente de la necesidad de introducir cambios y, después de hablar y escuchar a mucha gente, he llegado a la conclusión de que la mejor manera de contribuir a estos cambios es renunciar a la primera secretaría del partido durante el consejo nacional que se celebrará el 14 de junio”. De esta manera, espera iniciar “un proceso sólido, de cambios profundos que se han de producir en un clima de libertad, radicalidad democrática y responsabilidad”.
El tercer motivo es ya personal. “Está harto de recibir golpes desde todos los lados, tanto de dentro como de fuera. En estos momentos, tiene la sensación de que está destrozado y además, a la convulsa situación política, hay que añadir las presiones familiares para que lo deje”, explica a El Confidencial una fuente muy cercana a Pere Navarro.
Intentaron que desistiera
Pero no es verdad que la decisión de dejarlo fuese una improvisación, aunque sí es cierto que sólo un puñado de incondicionales estaban al corriente de sus intenciones. “Durante toda la semana hemos estado intentando que no tomase esta determinación, pero las presiones han sido brutales”, explica a este diario otra fuente socialista. Varios dirigentes consultados coinciden en que hace días que Navarro rumiaba su renuncia. “Podía haberse quedado sentado viéndolas venir, pero ha preferido dar un impulso al tema porque el escenario que tiene entre manos necesita un revulsivo. Con su decisión, afronta su relevo al frente del PSC de una manera ordenada”, explica uno de sus colaboradores.
Otro integrante de la dirección del PSC se queja de que en los últimos meses “lo han desmontado. Tanto desde la Generalitat como desde dentro del propio PSC. Lo que ha pasado Pere durante los últimos meses es muy duro. Pero lo que viene en el futuro próximo también lo es. De ahí que meditase en profundidad lo que iba a hacer. Y su decisión no es consecuencia de ningún hecho puntual, sino la conclusión a la que ha llegado y que es lo que más puede beneficiar al partido”.
Entre todos lo mataron y él solito se murió. La repentina dimisión del líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro (que el sábado la presentará oficialmente al consejo nacional de su partido), tiene múltiples lecturas pero también múltiples causas. Una de las más importantes es el intento de evitar una escisión que debilitaría aún más al Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC).