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Miquel Iceta se ofrece "para lo que haga falta" y gana enteros para liderar el PSC
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Navarro se va acusando a los independentistas de haber roto el partido

Miquel Iceta se ofrece "para lo que haga falta" y gana enteros para liderar el PSC

El diputado autonómico y miembro histórico de la ejecutiva del PSC Miquel Iceta se ha ofrecido hoy al partido "para lo que haga falta"

Foto: Miquel Iceta (EFE)
Miquel Iceta (EFE)

Emotivo discurso de Pere Navarro, hasta ahora líder del PSC, ante el consejo nacional de su partido. Navarro se despidió poniendo los puntos sobre las íes, apuntando directamente al ala catalanista del PSC como la responsable de la fractura socialista. Fue inmisericorde con los críticos, como los críticos lo fueron con él durante los últimos dos años. No le dieron cuartel y ahora él apunta a las causas de la debacle socialista en Cataluña: el debate identitario primó sobre el debate social, que es el que tradicionalmente caracterizó a la izquierda.

Recordó unas palabras de Miquel Iceta, uno de los hombres con más peso dentro del socialismo no ya catalán, sino español, y que ahora suena con fuerza para tomar las riendas del partido: “El PSC fue diseñado para no tener que escoger entre el padre y la madre, entre Cataluña y España”. Hizo suya la frase y añadió algo más clarificador: “Reivindico con más fuerza que nunca este posicionamiento: el PSC ha de continuar siendo una fuerza política que sume diversidad, que haga bandera de la pluralidad y que no caiga en un debate simplista y peligroso del o conmigo o contra mi”.

La relativa sorpresa saltó poco antes de iniciarse el consejo nacional, cuando la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon, declinó postularse como sucesora. Su nombre había sonado oficialmente para sustituir a Navarro, descartado el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, y la alcaldesa de Hospitalet de Llobregat, Núria Marín. De hecho, coincidieron varias fuentes de la cúpula del PSC consultadas por El Confidencial, Parlon era “quien más consensos suscitaba” hasta este sábado.

Pero, ¿qué se debería esperar del sustituto de Pere Navarro?. “No hay unas condiciones fijadas, pero sí algunas directrices. Por ejemplo, que sea capaz de generar en torno suyo un consenso importante. De momento, Núria podría tenerlo, pero habrá que esperar hasta el último momento, porque siempre pueden pasar cosas” explicaba un alto dirigente la situación el mismo sábado a este diario. Horas después, la alcaldesa de Santa Coloma arrojaba la toalla, aduciendo falta de tiempo, al tener que compaginar la alcaldía, el escaño parlamentario y la primera secretaría del partido. Demasiados frentes abiertos. Y, especialmente, cuando los sectores críticos están en pie de guerra y envalentonado por la crisis abierta tras la dimisión de Navarro.

El nombre de Iceta, sobre la mesa

Las fuentes consultadas por este diario apuntan a que ahora se ha de entrar en un periodo de transición que ponga orden y haga volver las aguas a su cauce. En este sentido, Miquel Iceta, diputado en el Parlamento autonómico y hombre de peso del partido durante años, podría ser esa figura que pivotase esta transición. “Iceta es el único capaz de hacerle frente a los críticos y salir indemne del empeño. Esos sectores se hubiesen comido literalmente a Núria Parlon en un plis plas. En cambio, Iceta es un hueso duro de roer. Su peso entre los cuadros es grande y podría neutralizar cualquier intento de desestabilización”, dice a este diario una fuente de la dirección socialista.

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Durante esta semana, varios círculos del partido han estado celebrando reuniones y contactos para tratar de articular una candidatura de peso en torno a la figura de Iceta. “La intención -señala una de las fuentes consultadas- es volver a tener un solo discurso y proyectar una imagen única hacia los ciudadanos. Iceta tiene las suficientes tablas como para llevar a cabo esta operación”.

En su discurso esta mañana ante el consejo nacional, el veterano dirigente se puso a las órdenes de la formación “para lo que haga falta” y se mostró dispuesto a asumir el timón, aunque otra cosa será la candidatura a la presidencia de la Generalitat, que él no quiere asumir.

De momento, el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, presidirá una comisión gestora encargada de preparar un congreso extraordinario para el 19 de julio, fecha en que se elegirá el nuevo líder, con lo que éste sería ya el representante del socialismo catalán en el congreso del PSOE.

Acusaciones a los críticos

Pero a nadie debe pasar desapercibida la alocución de Navarro ante el consejo nacional de esta mañana. Sacó su artillería pesada y perfiló las líneas maestras de una radiografía que quería plasmar la salud de su partido. Se puede entender como un diagnóstico ante el que se han de tomar medidas urgentes, drásticas incluso. Las medidas que ha de tomar alguien que tenga verdaderamente peso dentro de la organización.

“Es preciso reconocer que la fractura en el seno del grupo parlamentario envió un pésimo mensaje a la sociedad: el PSC dejaba de estar unido en la diversidad para convertirse en un partido dividido. Los matices habían superado al proyecto”, explicó Navarro.

Fue un torpedo en la línea de flotación de los críticos, porque hace referencia al desmarque de tres diputados en enero pasado alineándose con el frente independentista y votando en contra de la consigna oficial del PSC. Son los tres diputados (Joan Ignasi Elena, Marina Geli y Núria Ventura) que amenazaban con pasarse al grupo mixto y dejar al PSC como cuarta fuerza política, por debajo del PP, para en el mes de julio crear el germen de un nuevo partido que se escindiría de la veterana formación hasta ahora liderada por Navarro.

Pere Navarro no escondió que, en el PSC, “antes, convivíamos con naturalidad todos los que compartíamos un proyecto de izquierdas, catalanista, con diversas sensibilidades nacionales. Digámoslo claro: la irrupción del debate independentista cambia el escenario político y el interés mediático”. Reconoció el dirigente socialista que “la crisis económica que padecemos en Cataluña pasa a un segundo plano y la actualidad se centra en un debate que divide y que obliga a todos los partidos a posicionarnos. En este proceso, el PSC padece más que ningún otro”.

Gracias a Rubalcaba

Navarro puso sobre la mesa los logros socialistas de su etapa, desde la generalización de elecciones primarias para elegir candidatos (incluido el cabeza de lista en las europeas o el alcaldable por Barcelona para el 2015) hasta la apuesta por el Estado federal. “Hemos conseguido que la reforma federal de la Constitución no sea sólo un objetivo del socialismo catalán, sino de todo el socialismo español”, subrayó. Y agradeció a Alfredo Pérez Rubalcaba su apoyo a esta aportación y pese a “no pocas resistencias”.

Así, pues, insistió en que “la reforma federal no es la tercera vía, es la primera; es la única vía de futuro para progresar, para mejorar nuestro autogobierno y nuestra financiación con seguridad y garantizando los niveles de bienestar y riqueza que hemos conquistado con mucho esfuerzo desde la recuperación de las libertades democráticas”.

Reivindicó, pues “trabajar conjuntamente con el partido hermano, el PSOE, para conseguir el reconocimiento nacional, económico y competencial que Cataluña se merece y la transformación que España necesita”. Y pidió también seguir trabajando “para que los ciudadanos de Cataluña puedan ser consultados democráticamente y con todas las garantías legales sobre el modelo de relación entre Cataluña y España”.

Navarro se va pidiendo también que el nuevo líder del PSC “sea escogido por sufragio universal de todos los militantes” y dejando la puerta abierta a realizar consultas internas a la militancia sobre cuestiones de interés general. “¿Porqué no someter el criterio de la dirección al conjunto de la militancia?”, dejó caer.

Emotivo discurso de Pere Navarro, hasta ahora líder del PSC, ante el consejo nacional de su partido. Navarro se despidió poniendo los puntos sobre las íes, apuntando directamente al ala catalanista del PSC como la responsable de la fractura socialista. Fue inmisericorde con los críticos, como los críticos lo fueron con él durante los últimos dos años. No le dieron cuartel y ahora él apunta a las causas de la debacle socialista en Cataluña: el debate identitario primó sobre el debate social, que es el que tradicionalmente caracterizó a la izquierda.

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