Es noticia
El truco de la Generalitat para llevar agua desde Tarragona: recurrir a pozos sin tocar el Ebro
  1. España
  2. Cataluña
Estudio para el segundo barco

El truco de la Generalitat para llevar agua desde Tarragona: recurrir a pozos sin tocar el Ebro

El barco con agua desde Sagunto solo es uno de los dos diarios que llegarán a Barcelona en caso de sequía extrema. El segundo buque llevaría agua originaria de pozos tarraconenses

Foto: Protesta en Tarragona de las plataformas en defensa del Ebro. (EFE/Jaume Sellart)
Protesta en Tarragona de las plataformas en defensa del Ebro. (EFE/Jaume Sellart)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Sacar agua de Tarragona es uno de los grandes tabús políticos con los que ha de convivir la gestión de la sequía en Cataluña. Las reservas del Ebro están al 80% de su capacidad, mientras la cuenca del Ter, que abastece al área metropolitana de Barcelona, se encuentra en el 15,6%. La solución que propone la Agencia Catalana del Agua (ACA), organismo dependiente de la Generalitat, es llevar agua en barco desde este territorio, pero no del cauce del río, sino de los pozos que hay en esa provincia, que en este momento están infrautilizados.

El argumento es que extraer agua de los pozos no afecta a la cuenca del Ebro, lo que técnicamente es cierto. Así, no sería necesario que el Gobierno de Pedro Sánchez levantase la suspensión del Real Decreto Ley 3/2008, con el que se trajo agua en barco desde Tarragona durante la anterior sequía, en 2008, cuando en Cataluña gobernaba el tripartito. ERC teme que cualquier sombra de trasvase del Ebro les pase factura en las elecciones autonómicas.

Fuentes conocedoras de los debates en el seno de la Comisión interdepartamental del Plan especial de Sequía de la Generalitat explican que Tarragona es, en este momento, la opción más probable. Otras alternativas serían Palma de Mallorca o Marsella, si bien la ciudad francesa ha perdido fuerza en las últimas semanas. Palma, por su parte, supone un problema político por gobernar en Baleares el PP con Vox. Portavoces de la conselleria de Acció Climàtica han declinado hacer declaraciones a este periódico sobre esta cuestión.

El barco de Tarragona sería el segundo diario que llegaría en caso de que no lloviese en los próximos meses. El primero sería el procedente desde la desalinizadora de Sagunto, tal y como avanzó El Confidencial. La idea es que mientras un buque descarga agua en la capital catalana, proceso que tarda doce horas, el otro estaría cargando en el Puerto de Tarragona para dar el relevo.

Al recurrir a los pozos de Tarragona, la Generalitat está rebañando el fondo de los cajones de las reservas de agua en Cataluña

Al recurrir a los pozos de Tarragona, la Generalitat está rebañando de manera literal el fondo de los cajones de las reservas de agua en Cataluña. Técnicamente, no es un trasvase, pero se trata de reservas de la provincia. El impacto político en las bases y votantes de ERC puede ser explosivo, según explican fuentes del partido en esa provincia. Esa es una de las razones por las que ERC está retrasando la explicación del lugar de donde vendrá el segundo barco diario.

Los pozos de Tarragona suman una docena de fuentes de agua provenientes del subsuelo: Renau, Soler Bas, Boella, P. Park. Mina Puigpelat, Mina P-II, Bonaigua Vell, Bonaigua Nou, Cinc Estrelles, Miró II, Ferran y Franqués.

Reserva hídrica

De todos estos pozos se extrae cada año 1,2 millones de metros cúbicos de agua, según consta en la memoria de Sostenibilidad de Ematsa, empresa mixta de agua que tiene la concesión de explotación de todos esos pozos y da servicio a Tarragona. El Ayuntamiento de Tarragona tiene el 51% de Ematsa y el otro 49% pertenece a Sorea, filial de Agbar. El alcalde de Tarragona es Rubén Viñuales, del PSC. Con esta maniobra, el conseller de Acció Climàtica, David Mascort, desviaría una parte de la responsabilidad política de la decisión a los socialistas catalanes.

Recurrir al agua de los pozos en Tarragona tiene un punto de subterfugio técnico

Este mes de febrero arrancó la reparación de la tubería que une el Puerto de Tarragona con la red de la ciudad y que será clave para cargar los barcos. En todo caso, el recurso a los pozos tiene un punto de subterfugio porque, en la práctica, Ematsa y su red de agua en baja funcionan como un sistema de caja única: lo que los tarraconenses no reciban de sus pozos por ser enviada en barco a Barcelona se cubrirá con reservas de la cuenca del Ebro.

La barrera del precio

El agua no es cara. Lo que resulta caro es trasladarla. Y en barco el precio resulta prohibitivo. Fuentes del sector del flete calculan que cada buque tiene una capacidad de 20.000 m³ y que su coste puede ser de 350.000 euros por barco, aproximadamente. Dos barcos, 700.000 euros al día. A ese montante, en un mes habría que desembolsar 21 millones de euros. Y en tres meses, más de 60 millones si hubiese que cubrir de junio hasta agosto, los tres meses más secos.

La ACA cuenta con un remanente de tesorería de 259 millones de euros, según consta en su Plan Económico Financiero, a causa de todas las inversiones que en su día no llevó a cabo. Es decir, la operación de los barcos se comería una cuarta parte de todas esas reservas.

Traer agua en barco a Barcelona es una operación ruinosa y realmente solo es un parche

Y para nada. Estos dos buques cisternas apenas servirían para dar agua de boca a 330.000 personas, una quinta parte de la población de Barcelona. Pero el problema de la sequía se amplía a toda el área metropolitana: son más de cinco millones de personas las afectadas. Por tanto, los barcos representan solo de un parche que no evitaría los cortes en el servicio.

Traer agua en barco a Barcelona solo supone un plan B que apenas solventa nada. La única salvación para la Generalitat es que llueva esta primavera. Si no lo hace, se llegará a diciembre con severas restricciones, según prevén diversos expertos del sector abastecimiento. Y Pere Aragonès insiste en agotar la legislatura y convocar elecciones en febrero de 2025. Por tanto, la gestión de la sequía es el tema capital para ganar o perder las próximas elecciones catalanas. Mucho más que el independentismo.

Sacar agua de Tarragona es uno de los grandes tabús políticos con los que ha de convivir la gestión de la sequía en Cataluña. Las reservas del Ebro están al 80% de su capacidad, mientras la cuenca del Ter, que abastece al área metropolitana de Barcelona, se encuentra en el 15,6%. La solución que propone la Agencia Catalana del Agua (ACA), organismo dependiente de la Generalitat, es llevar agua en barco desde este territorio, pero no del cauce del río, sino de los pozos que hay en esa provincia, que en este momento están infrautilizados.

Agua Sequía Generalitat de Cataluña Cataluña Tarragona Río Ebro
El redactor recomienda