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La profesora del ala dura independentista que baja la nota a los alumnos que le hablan en castellano
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CRÍTICAS AL MODELO DESDE EUROPA

La profesora del ala dura independentista que baja la nota a los alumnos que le hablan en castellano

Esta mujer, docente en un instituto de Girona, llegó a denunciar a la Guardia Civil por hablarle en español cuando le dieron el alto junto a su marido en una autovía: "Solo en catalán"

Foto: Un alumno en un colegio de Barcelona. (EFE/Xavier Bertral)
Un alumno en un colegio de Barcelona. (EFE/Xavier Bertral)

Una profesora de Girona ha levantado una oleada de protestas tras amenazar a sus alumnos con bajarles la nota si se comunicaban en castellano. En un escrito en un foro, la profesora alardeaba: "Soy una profesora de un instituto de Secundaria de Girona. Este curso hago tercero de ESO y tengo a mis cinco clases asignadas absolutamente enfadadas conmigo. ¿Por qué? Porque les he dicho que si se dirigen a mí o me preguntan lo que sea en castellano, les bajaré la nota del trimestre".

La profesora, de nombre Àngels Alsina i Bosch, cuenta algunas de las reacciones de sus alumnos, que opinan que tienen derecho a utilizar el idioma que más les convenga y que dicen, según la versión de la profesora, que le seguirán hablando en castellano. "Si en los años 90 me dicen que ni en las clases de Lengua Catalana hablarían en catalán, de verdad que no me lo hubiese creído. Y ahora me está pasando… ¡y en Girona!". Lo cierto es que su clase de Lengua Catalana es para practicar ese idioma.

Pero la profesora va más allá en su reivindicación. "Ya no sé de qué sirve explicar la historia de Cataluña, de qué sirve explicar a los inmigrantes que nuestro país fue importantísimo en la Edad Media, de qué sirve explicarles la dictadura de 40 años que padecimos… De qué sirve si, cuando acabamos la clase, el catalanito de turno le dice al inmigrante que tiene a su lado: '¿Me dejas tu boli?'. Aquí no hay bilingüismo, aquí hay una diglosia como una casa de payés. Nuestro alumnado ha entendido que con el castellano hay suficiente y con eso se quedan. Y la culpa es nuestra, de los catalanohablantes: culpa por pasarnos al castellano a la primera de cambio, culpa por comer en un restaurante donde solo hay la carta en castellano y no pedir la hoja de reclamaciones, culpa por no valorar suficiente nuestra lengua ni nuestra tierra".

Foto: La eurodiputada Yana Toom, a finales de diciembre, cuando declaró ante los medios algunas conclusiones tras analizar la situación en Cataluña. (Europa Press/Kike Rincón)

Esta postura maximalista coincide con la mantenida por instituciones como la Plataforma per la Llengua u Òmnium Cultural, que instan a no hablar en castellano. Por otro lado, la afirmación de que Cataluña fue "un país importantísimo en la Edad Media" es una de las teorías del Institut Nova Història (INH), el organismo revisionista que inventa teorías catalanocentristas para disponer de pedigrí nacional. En realidad, en la Edad Media Cataluña no existía como país. La profesora acaba su arenga con una frase altisonante: "Esto raya el surrealismo. Si nuestros héroes levantasen la cabeza, la habrían de volver a bajar… de vergüenza".

Postura de la AEB

Ana Losada, presidenta de la plataforma Asociación por una Escuela Bilingüe (AEB), señala a El Confidencial que "si se trata de hablar catalán en una clase de Lengua Catalana, encuentro ajustado que exija al alumnado que le hable en catalán. Tampoco tendría sentido que en una clase de inglés, por poner un ejemplo, hablasen en otro idioma". Pero la queja de la profesora gerundense va más allá, ya que amplía el uso del catalán a toda actividad y relación. "Desde la asociación, no hemos planteado este tema, ya que podría ser que se refiriese solo a su clase de catalán. Si no es así, podría entenderse como una norma intolerable, ya que en la vida privada cada uno habla en el idioma que mejor le conviene", añade Ana Losada.

La AEB sí interpuso, en cambio, una denuncia contra una profesora de Barcelona que presionó y amenazó a sus alumnos, incluso abordándolos individualmente, para evitar que hablasen con un recién llegado sudamericano en castellano.

"Se trata de un niño que acaba de llegar y que no entiende nada de catalán. En consecuencia, pregunta a sus compañeros de clase por cosas que no entiende y estos le contestan en castellano. Pues bien, esta profesora les ha amenazado con bajarles la nota o castigarles si le contestan en castellano. Les dice que como está en Cataluña ha de hablar catalán y que debe responder a sus dudas en catalán en todo momento. Y se refiere también a las relaciones que tengan con el alumno fuera de clase, lo que queda fuera de su competencia. Aunque sea por humanidad y ante un niño recién llegado, debería de tener un poco más de condescendencia. Por eso, hemos denunciado su caso a la inspección y estamos a la espera de que digan algo", explica Losada.

Una predicción fallida

El caso de Àngels Alsina, no obstante, desborda también el ámbito de las aulas, como se desprende de sus comentarios en el escrito en cuestión. Su activismo por la lengua viene de lejos, de hace tres lustros. Ya en 2011 advertía que bajo la excusa de la defensa del bilingüismo, "todos sabemos que este concepto esconde otro: una disglosia como una casa de payés, es decir, que poco a poco el castellano irá relegando al catalán a ámbitos familiares y coloquiales. Nuestra lengua, minorizada y amenazada por tres siglos de persecuciones, está a punto de recibir su golpe de gracia".

Los argumentos de hace 13 años son exactamente los mismos que hoy y la profesora incluso repite la expresión que utilizaba entonces. Sin embargo, contrariamente a sus pronósticos, en este lapso de tiempo, la utilización del catalán y del castellano no ha cambiado. Ni el castellano se ha comido al catalán ni el catalán se reduce a ambientes familiares.

Además, ya en aquella época afirmaba que "el TC intenta imponer al Govern de la Generalitat cuál ha de ser su política lingüística en la enseñanza. En definitiva, el Tribunal Supremo desconoce el principio de separación de poderes como norma básica de un Estado democrático".

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, visita un aula de un colegio de Barcelona. (EFE/Quique García)

Más recientemente, el 3 de febrero de 2022, escribía en una carta al diario El Punt Avui: "Difícil papel el mío esta semana cuando, mientras buscábamos en un canal de pago una película para ver juntos, mi hijo de 8 años me hace la pregunta: 'Mama, ¿cómo es que, escoja lo que escoja, todas son en castellano?'. ¿Qué le respondo? ¿Que hay gente que no quiere que seamos una nación y que, por tanto, ver películas en catalán es romper un vínculo? ¿Que hay censura? ¿Que los políticos catalanes no han movido un dedo para evitarlo? ¿Que no hay una ley lo suficientemente fuerte como para blindar el catalán? ¿Qué le digo?... Me digo a mí misma que más vale que no busque más respuesta, sencillamente porque no hay ninguna lógica ni razón".

Luego, deja caer: "Le digo que no esconda el catalán. El catalán es para ti, para mí, para todos los que vivimos aquí (…) 'Tranquila, mamá —me responde—. Tú, tranquila. Yo siempre hablo en catalán, incluso con Diego, que acaba de llegar de Jaén y ahora se sienta a mi lado en clase. Y le diré que ha de hablar pronto en catalán porque si no nuestra lengua podría acabar muriendo. Mañana se lo digo'".

En 2021, denunció que en el peaje de la AP-7 de La Jonquera, la Guardia Civil la paró a ella y a su marido por llevar el CAT en la matrícula, lo que constituía una irregularidad y era motivo de multa. "Nos hacen salir del coche, nos piden el Documento Estatal (sic) y nos tienen casi dos horas de pie y arrinconados al lado de una valla de piedra que hay en la carretera (sic) bajo un sol de justicia", relataba en la denuncia pública que hizo. La Guardia Civil tomó nota de sus datos para la denuncia pertinente, pero el matrimonio se negó a hablar en castellano. "Perdonad, pero el catalán es lengua cooficial aquí. Solo os hablaremos en catalán", dijo su marido a los agentes.

Una profesora de Girona ha levantado una oleada de protestas tras amenazar a sus alumnos con bajarles la nota si se comunicaban en castellano. En un escrito en un foro, la profesora alardeaba: "Soy una profesora de un instituto de Secundaria de Girona. Este curso hago tercero de ESO y tengo a mis cinco clases asignadas absolutamente enfadadas conmigo. ¿Por qué? Porque les he dicho que si se dirigen a mí o me preguntan lo que sea en castellano, les bajaré la nota del trimestre".

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