Pajarracus, el CDR repudiado por los suyos que tenía un arsenal y explosivos en su casa

El activista Alexis Codina, a quien la caja de resistencia del independentismo denegó la provisión de fondos para pagar a sus abogados, tenía en su poder un auténtico arsenal cuando fue detenido por la Guardia Civil el 23 de septiembre de 2019. La operación policial se produjo tras tener conocimiento de que extremistas soberanistas de los comités de defensa de la república (CDR) habían creado un comando operativo para fabricar explosivos caseros con el objetivo de atentar contra instalaciones oficiales y de diversas empresas de comunicaciones.

La actuación policial fue conocida como operación Judas y se saldó con el arresto de una docena de activistas listos para operar. Alexis Codina fue uno de ellos. En medios independentistas, aún se asegura que todo fue un montaje y que algunos de los detenidos guardaban bengalas para participar en los pasacalles de fiestas populares disfrazados de diables y de ahí que tuviesen explosivos. Pero la realidad que se ocultaba en sus domicilios era mucho más inquietante.

Las inofensivas bengalas nada tenían que ver con el material que manejaban, con los manuales que habían conseguido en internet y con el material prohibido que habían conseguido comprar en el mercado utilizando empresas con licencia, puesto que está prohibida su venta a particulares.

Codina, según el relato del fiscal, era algo más que un extremista: era un ultra que dejaba patente su odio en las redes sociales. "De marcado activismo radical, no ya desde su pertenencia al CDR de Mollet del Vallès, sino anteriormente, presuntamente participó en actos violentos del independentismo catalán, como los destrozos causados a la fachada de la sede del PSOE en mayo de 2019", dice la acusación del Ministerio Público.

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En las redes, proclama "su odio inmenso a las fuerzas y cuerpos de seguridad". Y decía, en cuanto al nacionalismo, que "es todo bastante una mierda, y teniendo en casa lo que tengo y viendo cómo son el 90% de los independentistas, me pregunto para quién quiero un país mejor y para quién vale la pena ponerse en riesgo". En otro mensaje, aseguraba que lleva "41 años deseando la libertad respecto a España".

De hecho, bajo el alias Pajarracus, el 18 de abril de 2019 publicó un mensaje en Twitter en el que aseguraba que su "odio inmenso" a las fuerzas de seguridad fue provocado por las declaraciones de los agentes durante la causa judicial contra los líderes del proceso independentista. Los informes policiales son rotundos al definirlo: las variables emocionales citadas "conllevan una idealización del uso de la violencia y del terrorismo y sirven de motivación necesaria para impulsar al investigado a llevar a cabo acciones terroristas". El 21 de abril de 2019, creó el grupo de Signal GaarRapata (los GAAR son minicomandos creados en aquella época bajo el nombre de grupos autónomos de acción rápida, de ahí esas iniciales), con el que se comunicaba con un reducido número de colegas, todos ellos del comando desarticulado.

Contacto del Doctor Chemical

Según el fiscal, Codina "desarrollaba un papel fundamental en la organización desarticulada, en el ámbito de la elaboración y fabricación de sustancias explosivas y/o incendiarias, en su domicilio ubicado en Sant Fost de Campsentelles (Barcelona), el cual era uno de los dos laboratorios clandestinos en los que la organización llevaba a cabo sus actividades de elaboración de sustancias explosivas y/o incendiarias". Según descubrió la Guardia Civil, la zona de garaje de su casa "era utilizada como depósito y almacén de sustancias necesarias para las actividades referidas, así como para la realización de prácticas con las sustancias incendiarias, deflagrantes y explosivas sintetizadas con otros artefactos".

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En su casa, se realizaron las pruebas de fabricación del explosivo denominado termita, utilizado en atentados terroristas. Algunos miembros del comando acudían a su domicilio por las noches, mientras la Guardia Civil grababa los potentes destellos seguidos de grandes humaredas provocados por las deflagraciones. Durante esos encuentros, "los acusados, amén de dedicarse a la producción de elementos componentes del agente incendiario termita, realizaban experimentos para la síntesis de otro tipo de sustancias incendiarias y/o explosivas, así como pruebas de lanzamiento de artefactos o de ignición de la propia termita. Dicha vivienda hacía las funciones de campo de pruebas para las sustancias sintetizadas por los mismos. Para ello, guardaban importantes medidas de seguridad en sus desplazamientos al citado domicilio, como desconectar su teléfono móvil durante sus estancias en la vivienda, no reactivando el mismo, de forma habitual, hasta haber regresado".

Codina, además, era el enlace del grupo con un experto en química al que apodaban Doctor Chemical, que les asesoraba "sobre la fabricación y elaboración de la termita". Entre el material que se le intervino, destaca un vídeo "visionado por Alexis Codina y Jordi Ros el día 12 de septiembre de 2019 en el exterior de la vivienda de Sant Fost. Dicho vídeo explica posibles teorías alternativas a los ataques terroristas realizados el 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center de Nueva York. En la grabación de dicho momento, se observa cómo los dos acusados muestran especial interés en lo relativo a la posibilidad de que dicha sustancia pudiera haber sido empleada en la demolición de las Torres Gemelas y de la aplicación que esta tendría para su empleo contra infraestructuras. Al terminar el vídeo, se escucha a ambos acusados realizando exclamaciones de júbilo, probablemente al vislumbrar los catastróficos efectos que la termita puede llegar a tener".

Un auténtico arsenal

Codina fue uno de los miembros más activos del comando. "Realizó la compra y la búsqueda de las sustancias o elementos necesarios para su fabricación". Los investigadores descubrieron que el 5 de septiembre de 2019 Alexis compró un kilo de aluminio en polvo, con un 99,9% de pureza, "siendo este uno de los elementos necesarios para la elaboración de la sustancia denominada termita”. El 14 de septiembre de ese año, adquirió 25 gramos "de cinta de magnesio para laboratorio, al 99,5% de pureza, siendo la referida sustancia uno de los elementos empleados para la ignición de la termita".

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Al ser detenido, en su casa fue hallada termita ya elaborada y dispuesta para su uso, además de pólvora cloratada, nitrato potásico, óxido de hierro, aluminio, nitrato de amonio, ácido sulfúrico, ácido nítrico, ácido clorhídrico, amoniaco, gasóleo, carbón, lantano y cerio. Tanto estos dos últimos metales como las cerillas de fósforo rojo y las bengalas luminosas "son capaces de iniciar la termita, como se indica en uno de los manuales que estaban en posesión del señor Alexis Codina".

En el laboratorio clandestino que había montado en su casa para fabricar los explosivos de la banda, la Guardia Civil halló mezcla de óxido de hierro y polvo de aluminio, "compatible con el agente incendiario termita"; "varios contenedores conteniendo óxido de hierro y virutas de aluminio. Dispuestas de forma separada y en las proporciones adecuadas a disposición para su empleo una vez realizada la mezcla, constituyéndose así el agente termita"; virutas metálicas con aluminio, entre otros, un combustible metálico para fabricar amona o amosal; cationes de amonio, empleados en la elaboración de explosivos de base nitrada tipo amonal, amosal o nagolita; gasóleo que en combinación con nitrato amónico forma el explosivo tipo Anfo; diversas soluciones ácidas que forman parte del combustible no metálico primario en la elaboración de la pólvora negra, y evidencias de la realización de un proceso de electrólisis para la obtención de óxido de hierro.

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Según el fiscal, Codina se había pertrechado con material de laboratorio, elementos de ignición eléctrica o pirotécnica y propulsores de explosivo. También disponía de una granada de mortero Valero de 50 mm (sin espoleta, carga explosiva ni cartucho de proyección), "considerada munición de guerra, estando prohibida su adquisición y tenencia por particulares". El comando había fabricado, incluso, artefactos como bloques de tornillos conocidos como miguelitos o caltrops, que son "cuatro tornillos soldados de tal manera que al tirarlos en el suelo, uno de los tronillos siempre apunta hacia arriba". Sembrando la calle de esos tornillos, provocan que los coches policiales que les persigan pinchen.

En su poder se encontró una exposición detallada de cómo fabricar termita y otra sobre cómo fabricar bombas de humo, "con la mezcla de nitrato potásico y azúcar, con la posibilidad de ser lacrimógena si se añade además pimienta a las anteriores sustancias". También disponía de un bidón de 25 litros de ácido nítrico, una sustancia incluida como precursor de explosivos y de uso restringido en Europa. En otras anotaciones, había descrito los compuestos y porcentajes necesarios "para la síntesis del explosivo que denominan Goma 2 (…) En la misma anotación manuscrita, se describe el proceso de elaboración de lo que denominan explosivo plástico a través de los siguientes componentes: clorato potásico, cera fundida, vaselina y gasolina".

Unos manuales acusatorios

En los reactivos químicos que atesoraba el activista, había eliminado de las etiquetas los datos de trazabilidad del fabricante y del distribuidor "para impedir el seguimiento de dichas sustancias. Por tanto, el acusado tenía en su poder los precursores explosivos necesarios para la elaboración de los explosivos denominados Amonal y Amosal, disponiendo por tanto de los precursores explosivos y de los conocimientos necesarios para la fabricación ilícita de sustancias explosivas, incendiarias-fundentes y/o deflagrantes descritas".

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Codina había descargado de internet dos manuales: uno trataba sobre la termita y contenía dos fórmulas para fabricarla. El segundo manual era sobre "el explosivo ultra-rompedor RDX". Asimismo, otro manual versaba sobre "el permanganato de potasio (componente de las mezclas de encendido para termita) y del explosivo RDX" y un cuarto libreto era sobre el ácido nítrico y el formaldehído. El activista escondía en su casa también cuatro vídeos de las pruebas físicas del comando con las sustancias y el encendido de artefactos caseros elaborados por ellos. En los filmes, se evidenciaban los cohetes con explosivos dispuestos para lanzarse sobre un objetivo, así como las plataformas base de su lanzamiento.

"A la vista de las evidencias recogidas, los manuales intervenidos, las anotaciones manuscritas, así como la observación del entorno en donde fueron halladas, se puede deducir que la acción perseguida por los acusados era la implementación de un laboratorio casero e ilegal para la génesis casera de sustancias explosivas, incendiarias y/o deflagrantes", dice el escrito de la Fiscalía.

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Por si fuera poco, la Fiscalía acusa a Codina de inspeccionar los días 10 y 14 de junio de 2019 un centro logístico de Amazon como objetivo de un futuro sabotaje. También vigiló las principales vías de comunicación en las cercanías de su domicilio, así como gasolineras de la empresa Repsol y de Cepsa, y los depósitos de Repsol Butano de Montornés del Vallès. Por último, fue el encargado de hacerse con una imagen del cuartel de la Guardia Civil de Canovelles y también realizó un croquis a mano alzada del polígono industrial Can Baliarda, en su localidad de Sant Fost de Campsentelles.

Pese a todo ese historial, Codina dice que es inocente. Las plataformas extremistas insisten en que era un pobre diable a la espera de actuar en pasacalles. Y la entidad Via Independència le ha ofrecido su ayuda para afrontar el juicio pendiente. Más de 150 ciudadanos han contribuido a sufragar su defensa, que ascendía a 28.700 euros (porteriormente rebajados a 18.700). Uno de ellos es Alexis Sarri, el principal asesor de Carles Puigdemont en Bruselas. Es de los que más apoquinaron, 100 euros, empatado en cabeza con otros cuatro generosos contribuyentes. Pero tras dos jornadas de gran recaudación, los donativos se ralentizaron y en los últimos siete días solo logró unos 600 euros: en total, solo ha conseguido 4.666 euros para pagar a sus abogados.