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El extraño caso de los cinco kilos de explosivo plástico incautados en la Costa del Sol
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DOS AÑOS DE INVESTIGACIÓN

El extraño caso de los cinco kilos de explosivo plástico incautados en la Costa del Sol

La Policía Nacional obtuvo datos que condujeron a un grupo de delincuentes en posesión de una mochila en la que se encontraba la peligrosa sustancia. Hubo nueve detenidos, pero el caso, sorprendentemente, ha sido archivado

Foto: Paquete explosivo detonado en Marbella en 2015. (EFE/Marcial Guillen)
Paquete explosivo detonado en Marbella en 2015. (EFE/Marcial Guillen)

Málaga enfilaba aquel verano de 2019 con la expectativa de batir todos los récords turísticos. Más de 13 millones de personas, según Turismo Costa del Sol, eligieron la provincia como destino de sus vacaciones para reventar todos los indicadores del sector. Sin embargo, también por esas fechas se escribía una curiosa historia con sorprendente desenlace. ¿Los ingredientes? Un grupo de presuntos delincuentes, una mochila cargada de explosivos y un cambiazo.

El relato de este caso con extraño final se inició en un punto de la Costa del Sol occidental, cuando agentes de la Policía Nacional recibieron datos que apuntaban a que un grupo de individuos supuestamente vinculado con el tráfico de drogas se podía haber hecho con una partida de explosivos. No era la primera vez que el narco colocaba artefactos detonadores para llevar a cabo algún ajuste de cuentas en la provincia, pero los antecedentes del 11-M abrían el abanico de trágicas posibilidades.

Los investigadores recopilaron datos y se activó un dispositivo en el que participaron agentes desplazados de otros puntos del país. Las pesquisas permitieron localizar a los sospechosos y, lo más importante, ubicar dónde podía estar el material explosivo.

Foto: Agentes en el lugar del primer atentado que los condenados perpetraron en Benahavís. (EC)

Fuentes judiciales consultadas por El Confidencial señalaron que el epicentro de la investigación fue un pequeño inmueble —un trastero o un garaje— en el que los investigados supuestamente habían ocultado una mochila que escondía en torno a cinco kilos de explosivo plástico de procedencia desconocida.

Una vez confirmada la autenticidad de este material, lo primero que acordaron los mandos policiales fue quitarlo de en medio. No se sabía muy bien por qué lo tenían, ni cuál era su destino. Los elementos investigados no parecían tener conexiones con grupos terroristas, ni grandes cárteles, y quién sabe si eran conscientes de lo que tenían en su poder, pero en estos casos no se debe dejar nada a la suposición y había que valorar todos los escenarios. Así que se estableció un operativo discreto y, sin que los sospechosos se percataran en ningún momento, se les dio un cambiazo y se logró arrebatarles la sustancia explosiva.

Los agentes quitaron de en medio los explosivos dándole un cambiazo a los investigados

La operación continuó después con la identificación de las distintas personas implicadas en estos hechos y determinando el papel que cada uno jugaba. Cuando se consideró oportuno, fueron detenidos uno detrás de otro. Hasta un total de nueve que pasaron a disposición judicial. Mientras que los explosivos quedaron a disposición de los Técnicos en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) y paulatinamente fueron siendo destruidos en una cantera del área metropolitana de la capital malagueña.

Lo lógico es que, una vez encauzado judicialmente el caso, se abriesen líneas de investigación para conocer el origen de esos explosivos —si habían sido introducidos en el país, si salieron de un polvorín, si fueron robados...—, pero tras más de dos años de instrucción, el caso se ha cerrado, para sorpresa de los agentes.

Las fuentes consultadas explicaron que el juzgado de Instrucción número 2 de Fuengirola acordó el archivo del asunto el pasado 7 de abril, después de que la Fiscalía solicitase el 3 de febrero el sobreseimiento de las actuaciones. El Ministerio Público "entendió que no había indicios suficientes que vincularan a los [nueve] investigados con los explosivos", apuntaron, para añadir que "el archivo es firme".

Foto: Jamal Zougam, Rachid Aglif, Rafá Zouhier y Abdelilah El Fadual, durante el juicio del 11-M. (EFE)

Esta resolución de la Fiscalía ha generado cierta incomprensión porque, según otras fuentes consultadas, el hecho de arrebatárselo dejaba constancia de su relación con el material detonador.

Al ser la Fiscalía la única acusación personada en la causa —ya que no había ciudadanos afectados—, la investigación ha muerto sin que judicialmente se despejen incógnitas claves para reconstruir los hechos como: ¿De dónde procedía el explosivo plástico? ¿Cómo llegó a su poder? ¿Para qué se iba a emplear?

Málaga enfilaba aquel verano de 2019 con la expectativa de batir todos los récords turísticos. Más de 13 millones de personas, según Turismo Costa del Sol, eligieron la provincia como destino de sus vacaciones para reventar todos los indicadores del sector. Sin embargo, también por esas fechas se escribía una curiosa historia con sorprendente desenlace. ¿Los ingredientes? Un grupo de presuntos delincuentes, una mochila cargada de explosivos y un cambiazo.

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