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El enemigo, en casa: el independentismo radical pone la cruz a Puigdemont tras "consumar la traición"
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"HACE FALTA FUEGO NUEVO"

El enemigo, en casa: el independentismo radical pone la cruz a Puigdemont tras "consumar la traición"

Los círculos radicales rechazan el pacto, empezando por Ponsatí (Junts), que lo ve como un "menosprecio". La ANC se presentará a las elecciones y los más duros de la CUP llaman a "articular un movimiento popular de resistencia"

Foto: Carles Puigdemont durante una sesión plenaria en Bruselas. (EFE/Olivier Matthys)
Carles Puigdemont durante una sesión plenaria en Bruselas. (EFE/Olivier Matthys)

"Puigdemont ha pasado de héroe a nada en cuestión de pocos días. Ahora no podrá volver jamás ni tendrá a una buena parte de la gente a su lado. El poder judicial lo tumbará todo. De momento, el PSOE ha neutralizado el principal activo del independentismo. Hace falta fuego nuevo". La frase condensa la decepción que despierta el pacto entre PSOE y JxCAT entre los círculos más radicales del independentismo, que los últimos días habían comenzado una ácida campaña de presión contra el expresident Carles Puigdemont para que no diese su brazo a torcer y boicotease la investidura. La consigna de Foc Nou (Fuego Nuevo) comenzó a correr como la pólvora desde el pasado miércoles a última hora, cuando algunos activistas críticos empezaron a advertir que el pacto estaba prácticamente cerrado.

Significa que quieren a otro líder. Los extremistas están muy dolidos con el acuerdo, que consideran una traición de Carles Puigdemont. El expresident ha pasado a ser un muñeco roto para este extremismo, que busca ahora un nuevo timonel que los guíe hacia la independencia. Nombres como Pep Fort, exmiembro del secretariado de la ANC, Carles Santacruz, impulsor de la plataforma Catalans per la Independència o el empresario Jordi Roset, que a través de su firma Petrolis Independents era uno de los cotizantes fuertes del Consell de la República, han dejado constancia de su malestar mediante críticos mensajes a través de las redes sociales.

La más explícita, sin embargo, ha sido la eurodiputada de Junts Clara Ponsatí, que ha valorado el acuerdo como "un menosprecio a la gente que ha confiado y ha protegido" a Puigdemont. "Es una humillación para el país que costará remontar", ha clamado Ponsatí. "Del acuerdo no me gustan ni la letra ni la música. Tampoco los resultados ni las expectativas", ha lamentado Josep Costa, uno de los hombres fuertes del sector más radical y que en época de Puigdemont fue vicepresidente del Parlament.

Foto: Clara Ponsatí en el Parlamento Europeo, en Bruselas. (EFE/Olivier Hoslet)

"Se ha consumado la traición. Políticamente, Puigdemont está muerto", dice a El Confidencial un conocido activista que quiere mantener el anonimato. "Puigdemont ha malogrado todo lo que ha tocado. Nunca nada le ha salido bien. Desde el PDeCAT hasta la Crida pasando por Junts y por el Consell de la República", critica. "Lo malo es que no tiene estrategia, aunque al final siempre ha podido salir airoso sin que los fracasos le afectasen personalmente. El otro gran defecto que tiene es que es muy dròpol ['vago'], aparte de ser un mal negociador, porque no sabe nunca qué tiene que hacer", añade la fuente.

Un aniversario señalado

Pese a todo, este dirigente considera que "ahora tenemos una gran oportunidad para rehacer el independentismo. Puigdemont no logrará nada, porque el Estado nunca ha cumplido los compromisos que había firmado. Y es el momento de hacer borrón y cuenta nueva". E ironiza: "Al final, los independentistas aún deberemos agradecer a Pedro Sánchez el haber acabado con Puigdemont y Junqueras". También Josep Guía, uno de los dirigentes críticos del Consell de la República, opina que, "una vez conseguida la investidura, el PSOE comenzará de nuevo a pactar las políticas de Estado con la derecha, como está haciendo desde diciembre de 1976. Y ya sabemos qué caerá".

"La escenificación y el psicodrama de la violencia ultra del martes pasado fue el último empujón que el poli bueno, Sánchez, y los policías provocadores de Grande-Marlaska dieron a Puigdemont para abandonar la posición y acabar de devolverlo a la jaula del autonomismo que, en realidad, nunca abandonó", dice Jaume Sastre, el factótum del Consell de la República en las Baleares. "El perro sigue lamiendo la mano áspera que lo ha sujetado tanto tiempo", se quejaba Albert Donaire, cara visible de los mossos independentistas. Y Víctor Terradellas, exresponsable de Relaciones Internacionales de la antigua Convergència, resume la decepción: "Los cargos, la cobardía y las nóminas de nuestra clase política están por encima del mandato del 1-O".

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. (Reuters/Jon Nazca)

La Asamblea Nacional Catalana (ANC) recordaba, tras conocerse el pacto, que "hoy hace nueve años de la consulta del 9-N. Fue posible gracias a la organización y la presión de la sociedad civil. Hace nueve años, el independentismo catalán se empoderaba para emprender el camino hacia la libertad, no para investir presidentes unionistas", clamaba, al tiempo que convocaba una concentración ante el Parlament aprovechando el pleno de la Cámara. Varias plataformas, como Acord per la Independència (xI) se sumaron a esa convocatoria. Esta última ha comenzado ya una estrategia de apertura de delegaciones territoriales con el fin de suplantar a los consejos locales del Consell de la República.

Algunos recuerdan que la fecha del pacto coincide con el del primer intento de realizar un referéndum de independencia: el 9 de noviembre de 2014. El entonces presidente catalán, Artur Mas, organizó una consulta que acabó mal y cuyos resultados jamás fueron tenidos en cuenta por el independentismo debido a la absoluta falta de garantías con que se organizó. Pese a todo, los principales responsables de la Generalitat fueron condenados por desobediencia por "pervertir los principios democráticos". Junto a Artur Mas fueron condenados Francesc Homs, Irene Rigau y Joana Ortega.

Descontento de ANC y la CUP

La ANC ha mostrado ya su rechazo al pacto, hasta el punto de que tiene casi ultimado su proyecto de confeccionar una lista alternativa a la de los partidos parlamentarios. Pero quien ha puesto el grito en el cielo ha sido la CUP, que ya intentó capitalizar el pleno parlamentario de la semana. El núcleo duro de la formación anticapitalista se ha puesto las pilas tras los pactos y ha formalizado un manifiesto, que aún no es público, al que ha tenido acceso El Confidencial, y en el que aseguran que "el acuerdo significará la renuncia tácita al ejercicio del derecho de autodeterminación y de la independencia", y que la amnistía acordada "equipara tanto a víctimas como a verdugos", porque "eximirá de responsabilidad penal a los policías represores y a aquellos que elaboraron una operación de Estado contra el Principado [nombre que los radicales dan a Cataluña]". También afirma el manifiesto que "este pacto servirá para relegitimar y reforzar el régimen (...). La amnistía será utilizada como un elemento de pacificación y desmovilización de la lucha de la sociedad catalana por la autodeterminación y la independencia".

Los más duros de la CUP argumentan que "el acuerdo entre JxCAT, ERC, el PSOE y Sumar no se ha planteado en clave de hacer avanzar el proceso de liberación nacional y social de los Països Catalans, sino como cierre definitivo de un ciclo de conflicto. Es un remiendo que no solucionará el conflicto político con el Estado, no garantizará el ejercicio del derecho de autodeterminación ni evitará que se acabe la represión contra todos aquellos que continuarán luchando por el derecho a la independencia".

Por ello, debido a que "renuncia al legado del 1 y el 3 de octubre [de 2017] y a una movilización propia y de masas por la independencia, alimentando el engaño de que un referéndum de autodeterminación pactado es posible en el Reino de España", denuncia "este pacto, con la amnistía como mecanismo principal, para encubrir la renuncia de los partidos que lo firman a la lucha por la autodeterminación y la independencia aquí y ahora. Emplazamos a articular un movimiento popular de resistencia para continuar con la lucha por la independencia. Llamamos a la movilización popular para mostrar el rechazo a este pacto contra la autodeterminación".

"Puigdemont ha pasado de héroe a nada en cuestión de pocos días. Ahora no podrá volver jamás ni tendrá a una buena parte de la gente a su lado. El poder judicial lo tumbará todo. De momento, el PSOE ha neutralizado el principal activo del independentismo. Hace falta fuego nuevo". La frase condensa la decepción que despierta el pacto entre PSOE y JxCAT entre los círculos más radicales del independentismo, que los últimos días habían comenzado una ácida campaña de presión contra el expresident Carles Puigdemont para que no diese su brazo a torcer y boicotease la investidura. La consigna de Foc Nou (Fuego Nuevo) comenzó a correr como la pólvora desde el pasado miércoles a última hora, cuando algunos activistas críticos empezaron a advertir que el pacto estaba prácticamente cerrado.

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