Sin formación y con material barato: el auge de montañeros 'amateur' dispara los rescates

Cataluña cerró un verano marcado por los rescates de montaña. Durante los meses de junio, julio y agosto, los bomberos han tenido que intervenir en un total de 722 ocasiones. Tan solo en el mes de agosto, pese a los incendios forestales y las restricciones en el medio natural, el Grupo de Actuaciones de los Bomberos (GRAE) efectuó un total de 297 servicios de búsqueda, rescates, guías o acompañamientos. De media, casi 10 al día.

Las alertas saltaron ya la primera semana de agosto, cuando en pocos días, la cifra de intervenciones ascendía a 40. El subinspector de bomberos y responsable del GRAE, Oriol Villalba, explica que esperaban un agosto más tranquilo por las altas temperaturas y, sobre todo, por las amplias restricciones para acceder a la montaña e impedir los incendios: "El problema es que, aunque hubo días en que estuvimos casi parados, la gran mayoría de los incidentes se acabaron concentrando en los mismos días".

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La preocupación de los GRAE es que esta dinámica sigue en aumento y el año 2023 va camino de registrar el número más alto de rescates en doce meses. Hasta el 31 de agosto ha habido 1.540 salvamentos en el medio natural. En 2021, cifra récord de los rescates en Cataluña, se registraron un total de 1.954 en todo el año.

Las actuaciones que lleva a cabo el GRAE son principalmente para atender traumatismos óseos, como podrían ser una rotura en el brazo o la pierna, un esguince grave de tobillo o incluso algún infarto. Desde el cuerpo de bomberos mantienen que no se puede hacer un perfil concreto de los excursionistas, pero en la mayoría de los casos suelen ser adultos mayores de 30 años. Por el contrario, pocas veces hay servicios en los que estén implicadas personas menores de edad.

Empezó tras la pandemia

Los expertos coinciden en que a partir del 2019-2020, tras la pandemia, vieron un cambio de tendencia en los rescates. El representante de la Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña (FEEC), Quim Pons, explica que, tras el levantamiento de las restricciones del confinamiento, un gran volumen de personas "descubrió el medio natural como respuesta al bienestar físico y emocional".

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Quim Pons añade que falta "cultura de montaña" y que la gente sale sin formación a hacer actividades, lo que es un gran factor de riesgo. La FEEC calcula que entre un millón y un millón y medio de personas hacen actividades en el medio natural anualmente y solo 44.553 están federados. Si tenemos en cuenta la gente que ha pasado por grupos excursionistas para recibir algo de formación, podemos hablar de un colectivo de unas 81.000 personas. Es decir, solo una de cada 15 personas sube a la montaña con algo de conocimiento del medio. "Hay mucho margen de mejora, es uno de los valores de antes que se ha de recuperar", expone Pons.

El material de montaña a un precio bajo y las escasas limitaciones a la hora de acceder a los montes y parques naturales han dado un empujón a estas actividades. Antes del boom del montañismo aficionado, la gente que quería acercarse a este deporte se apuntaba a un centro excursionista en el que progresivamente iban descubriendo sus limitaciones y preparaban cada salida de manera segura para minimizar los riesgos.

Ahora cualquier persona puede acercarse a una gran superficie de equipamiento deportivo y por menos de 30 euros tener lo que consideran un equipo adecuado para afrontar un reto de montaña. El responsable de la GRAE, Oriol Vilalba, mantiene que este nuevo tipo de usuario "no ha seguido la tendencia excursionista de personas con más experiencia". En su experta opinión, "si sabes renunciar a un reto, el año que viene o la semana que viene podrás volver a intentarlo, si la situación se complica, quizás no vuelvas nunca más".

La Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña y la GRAE coinciden en que una buena preparación antes de las salidas es básica e insisten en la importancia de la meteorología. "En la montaña hay que reevaluar continuamente todos los parámetros y saber cuándo se debe abandonar", sostiene el responsable.

Más trabajo para los bomberos en verano

El aumento de rescates ha llevado al cuerpo de bomberos a replantearse la distribución de las tareas. Dentro del Plan de Bomberos 2025 se ha acordado incrementar el número de rescatadores en plantilla que tiene la GRAE. Estas actuaciones empezaron el 1 de enero de este año, cuando se abrió una base del grupo de actuaciones especiales en el parque de bomberos de Valls (Tarragona) para dar mejor cobertura a la zona de Tarragona y Lleida.

"Tenemos que acabar de mejorar la ratio de incorporaciones de rescatistas para que los salvamentos en zonas complicadas los ejecuten únicamente los bomberos GRAE que tienen más conocimiento y material para afrontar estos retos", explica Vilalba, y añade que, de esta manera, "los bomberos generalistas pueden quedarse en el parque para otras emergencias".

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Como consecuencia del aumento de búsquedas y rescates, el GRAE ha intentado "mejorar los protocolos internos del cuerpo de bomberos"; explica Vilalba. El cuerpo ha puesto en marcha nuevos tipos de respuesta a las llamadas al 112. En primer lugar, la guía a distancia cuando la persona está desorientada pero tranquila y dialogante. En este caso, se le pide la localización y mediante indicaciones vía telefónica la persona puede llegar a su vehículo. Si las personas no pueden utilizar esta opción, ya sea por cansancio, por ansiedad o cualquier otro motivo, la respuesta pasa a ser un acompañamiento por parte de los bomberos más cercanos en un coche 4x4, que se encarga de localizar a los individuos y acompañarlos hasta un sitio seguro. "De esta manera, evitamos movilizar un rescate total en el que es necesaria la participación de helicópteros", añade Villalba.