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Crisis de liderazgo y estrategia en ERC por la sangría electoral del 23-J
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Junqueras, señalado

Crisis de liderazgo y estrategia en ERC por la sangría electoral del 23-J

Los republicanos asumen los problemas internos generados por la pérdida de miles de votos, que se van a la abstención o incluso al PSC sin que puedan evitarlo

Foto: Mitin final de campaña de ERC. (EFE/Alejandro García)
Mitin final de campaña de ERC. (EFE/Alejandro García)

La crisis de liderazgo y estrategia en ERC se hace cada vez más patente. En las elecciones municipales perdió 300.000 votos y en las generales se dejó por el camino otros 400.000. Hay, además, otros signos inquietantes, como que Ernest Maragall sacase 115.000 sufragios más que Gabriel Rufián este 23-J. El hermano menor de Pasqual Maragall se presentaba como número dos para el Senado y no ha salido escogido. Rufián, en cambio, sí ha conseguido su escaño como cabeza de lista por la provincia de Barcelona. Cosas de la Ley Electoral. Sin embargo, los siete diputados logrados implican la pérdida de seis parlamentarios en comparación con 2019. Ese dato ya implica una complicación. Pero esa diferencia genera problemas de fondo más graves que afectan al poder de Oriol Junqueras.

ERC fue la cuarta fuerza en la provincia de Barcelona. La lista encabezada por Rufián obtuvo 326.388 votos. El diputado hizo una campaña completa, quizá la mejor de Cataluña, pero el electorado ya no compra un determinado producto. Maragall, por su parte, logró 442.155 sufragios, un 35% más. Estos apoyos no han sido suficientes para que salga escogido. Para el Senado, solo el jurista Joan Queralt ha logrado su asiento.

Foto: Oriol Junqueras. (EFE / Enric Fontcuberta)

Con esta situación, Esquerra celebró este viernes su consell nacional extraordinario, donde se analizará la situación del partido, que va perdiendo apoyo popular en cada convocatoria electoral, mientras que al mismo tiempo no había nunca ocupado tanto espacio institucional. En el consell, se desviaron las críticas pidiendo a las bases que las vehiculasen a través de las asambleas territoriales, una manera como otra cualquiera de ganar tiempo.

Junqueras marcó buena parte de la estrategia electoral tanto en las municipales como en las generales, hasta que a media campaña de estas últimas llegó del Palau de la Generalitat Sergi Sebrià para rectificar el tiro sobre la marcha. Pero solo ha habido algunas críticas a Junqueras por parte de algunos militantes de base y alcaldes de pequeñas localidades. Hasta ahora, nada que pueda considerarse estructural. De hecho, ha habido más reproches por entrar en el Gobierno de la Diputación de Barcelona por la puerta de atrás que por el mal resultado en los comicios.

placeholder Gabriel Rufián (i) se abraza con Oriol Junqueras (d). (EFE/Alejandro García)
Gabriel Rufián (i) se abraza con Oriol Junqueras (d). (EFE/Alejandro García)

Gabriel Rufián como número uno por Barcelona fue decisión de Oriol Junqueras. Igual que poner a Ernest Maragall de número dos para el Senado, como un modo de frenar la campaña del independentismo radical a favor de la abstención.

La diferencia entre candidatos al Senado que no logran el escaño no es extraña, pero sí es muy grande y muestra el poco tirón que tenían los candidatos en cuestión. También le ha pasado a Míriam Nogueras, cabeza de lista de JxCAT por Barcelona. Antoni Castellà, candidato por el Senado, también de número dos, sacó 42.000 votos más que ella. De nuevo, una diferencia demasiado abultada para unas elecciones como estas.

Retos de ERC

El principal reto de ERC es explicar la negociación que hay que abrir con el PSOE con motivo de una posible investidura de Pedro Sánchez. Los republicanos no quieren reconocer que, de facto, su planteamiento tiene poco que ver con el que mantiene JxCAT. Según ERC, no es que su partido renuncie a la autodeterminación, como está exigiendo JxCAT, sino que la entiende como "un proceso gradual" que se prolonga en el tiempo.

Nadie se atreve a cuestionar a Junqueras, por haber estado tres años en la cárcel

Por eso, ahora está centrada en exigir otras cosas, como una nueva financiación autonómica, principal moneda de cambio de los republicanos de cara a una posible investidura del líder del PSOE. En el consell nacional del viernes, se aprobó que en caso de acordar la investidura de Pedro Sánchez, esta fuese luego ratificada por las bases de los republicanos como concesión a una militancia insatisfecha y recelosa.

Falta de realismo

Desde el Palau, plantean que la nueva financiación se negocie de manera bilateral con el Gobierno español, algo poco realista, porque los sistemas de financiación se negocian de manera multilateral y pactándolo con el resto de comunidades autónomas, aunque es verdad que siempre que se han modificado ha sido porque el cambio ha sido liderado por Cataluña.

El problema de fondo es cómo cuestionar a Junqueras después de que haya estado tres años y medio en la cárcel. Nadie en el partido se atreve a hacerlo. Por eso escasean las voces críticas en el seno de ERC. Todo el mundo teme una repetición electoral en enero con Gabriel Rufián al frente, en este momento, el escenario más plausible. Pero nadie es capaz de asumir un movimiento de ese calado.

La crisis de liderazgo y estrategia en ERC se hace cada vez más patente. En las elecciones municipales perdió 300.000 votos y en las generales se dejó por el camino otros 400.000. Hay, además, otros signos inquietantes, como que Ernest Maragall sacase 115.000 sufragios más que Gabriel Rufián este 23-J. El hermano menor de Pasqual Maragall se presentaba como número dos para el Senado y no ha salido escogido. Rufián, en cambio, sí ha conseguido su escaño como cabeza de lista por la provincia de Barcelona. Cosas de la Ley Electoral. Sin embargo, los siete diputados logrados implican la pérdida de seis parlamentarios en comparación con 2019. Ese dato ya implica una complicación. Pero esa diferencia genera problemas de fondo más graves que afectan al poder de Oriol Junqueras.

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