Feijóo busca ministro catalán con la vista puesta en el mundo empresarial

Alberto Núñez Feijóo afronta sus deberes para el día después de las elecciones con la tarea pendiente de buscar un ministro catalán. El líder del PP asume la labor en un clima de orfandad tras la muerte de Josep Piqué, que era su verdadero faro y guía para afrontar el problema catalán. Fuentes empresariales y del partido dan por hecho que habrá un ministro catalán en el nuevo Gobierno, pero enfocan de manera diferente su importancia, alcance y perfil. Y todos coinciden en un diagnóstico: un nuevo Josep Piqué no es replicable, el perfil de un hombre de empresa que desde fuera aplique su visión y reorganice el partido a su imagen y semejanza.

Núñez Feijóo no ha desvelado quiénes serían los posibles miembros de su gabinete, pero todas las fuentes consultadas apuntan a que habrá un ministro catalán, presumiblemente procedente del mundo empresarial, un ámbito donde el candidato del PP se ha movido en los últimos meses en sus múltiples visitas a Barcelona. Génova apunta que, en caso de que haya un perfil catalán en su eventual Ejecutivo, el líder popular priorizará la "experiencia" o "solvencia" del candidato escogido. Feijóo tiene ya decidido quién será su ministro de Economía, y ha resuelto ya los nombres de "dos o tres" más, como el de Justicia. El gallego se abre a más de una vicepresidencia, y apunta a un Consejo de Ministros con no más de 14 carteras.

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En todo caso, la figura de Piqué es clave. En su participación en la última jornada del Cercle d’Economia, Núñez Feijóo arrancó así su discurso: "No me gustaría dejar de recordar que en la anterior edición tuve el inmenso honor de que me acompañase uno de los mejores amigos que me ha regalado la política. Piqué no solo fue un gran amigo y un servidor público excepcional, de los mejores que me he encontrado. Fue un catalanista, español y europeo, militante de la libertad y de la concordia". Según el candidato popular, Piqué le enseñó "a creer y admirar" Cataluña y "por eso, siempre que vuelvo a esta tierra, me acuerdo de él". Por último, añadió de manera enigmática: "Le trasladaré mi admiración y mi cariño cuando nos volvamos a ver".

En sus numerosos viajes a Cataluña desde que se hizo con las riendas del PP, Feijóo se ha movido en el entorno muy cercano al Grupo Godó, en concreto a su presidente, Javier Godó, aunque el editor no forma parte del círculo íntimo de catalanes que frecuenta el candidato, como sí lo era Piqué. En cambio, sí que integra ese entorno el presidente de Hotusa, Amancio López. López quedaría descartado para dejar su empresa hotelera y ser ministro, pero mide el nivel de las relaciones de Núñez Feijóo en Barcelona, con mayor atención al mundo empresarial que al político.

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Otro de los enlaces constantes de Núñez Feijóo es Josep Sánchez Llibre, presidente de la patronal Fomento del Trabajo. Sin embargo, Sánchez Llibre viene de Unió y su edad, 74 años, le descartan para un encargo de esas características. Aún quedaría otro de sus contactos de máxima confianza en Barcelona, el economista Antón Costas, presidente del Consejo Económico Social, expresidente del Círculo de Economía y, como Amancio López, gallego de origen pero catalán de adopción.

Costas y Amancio López también forman parte del Foro La Toja. Sin embargo, el perfil de Antón Costas es demasiado socialdemócrata para ser ministro de un Gobierno del PP, en caso de que Núñez Feijóo gane las elecciones con suficiente margen. Costas, además, ha rechazado un par de veces estar en gobiernos socialistas. De manera que para escoger a su ministro catalán, Núñez Feijóo puede pivotar entre dos caladeros: o la patronal Fomento o el Cercle d'Economia.

La cuestión del partido

Las fuentes consultadas no acaban de definir qué tipo de ministro catalán habrá dentro de un eventual Gobierno del PP. Unos abogan por un ministro del partido en Cataluña, que está en fase de redefinición. El PP aspira el 23-J a ser la segunda fuerza más votada en Cataluña después del PSC. Y eso también obligaría a Feijóo a tener un guiño de este calibre con un territorio que el líder popular ha situado como prioridad máxima en su agenda. Todos los gobiernos de la democracia han tenido algún miembro catalán entre sus filas.

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En el último mitin que celebró en Barcelona este lunes, el presidente de los populares se presentó a sí mismo como "presidente de los catalanes". Y verbalizó el compromiso de que, si logra llegar a la Moncloa, el Gobierno se ocupará "de los intereses de todos los catalanes" y "no de los de sus políticos". En una conversación informal con los periodistas, Feijóo aseguró atisbar un cambio sociológico en Cataluña, con una ciudadanía más preocupada por su bolsillo que por pugnas ideológicas, lo que también alimentaría la búsqueda de ese perfil gestor por encima de un cargo más político. En cada intervención pública en este territorio, el candidato popular apuesta por revertir la "mala gestión de las finanzas de los catalanes", su política fiscal, o el problema de la vivienda y la okupación. "Cataluña debe volver a liderar el crecimiento económico de España", incidía el pasado lunes.

Otra posible solución sería un ministro de perfil bajo en carteras como la de Sanidad o Administraciones Públicas, con un hombre del PP catalán que muestre cómo la formación está ganando peso específico. Para eso haría falta un alto cargo del partido, con experiencia parlamentaria y que jugase el rol que en su día jugaban ministros como Ana Birulés, también persona muy cercana al fallecido Piqué.

La otra opción es un ministro catalán con alto nivel político, como lo fueron el propio Piqué —Exteriores– o Jorge Fernández Díaz en Interior. Hay algunas fuentes que apuestan por que Feijóo se decantaría por esta opción, tal vez un ministro de Industria, con control de los fondos europeos. Ese tipo de perfil encajaría con las conexiones del candidato con el mundo empresarial catalán, pero no con la ambición de darle otro aire al partido en Cataluña. En todo caso, todas las fuentes consultadas prevén que Núñez Feijóo seguirá gestionando de forma directa las relaciones con el empresariado catalán, sin intermediarios, independientemente de la alternativa que escoja para el puesto.