Feijóo sube la apuesta en Cataluña y aspira a disputar a ERC la segunda plaza

Feijóo confía en sus opciones de multiplicar los resultados del PP en Cataluña. Pero, por si acaso, el líder popular ha redoblado su presencia en este territorio. Ha sido una de las regiones que el gallego más ha pisado en las últimas semanas. Y este lunes, el candidato del PP a la Moncloa vuelve a Barcelona para celebrar uno de los actos centrales de la recta final de la campaña. No es poco lo que está en juego. Hace años que sus posibilidades de remontada en Cataluña no están tan claras. Según los trackings que manejan en Génova, el PP puede lograr ocho escaños o más al Congreso en esta autonomía, frente a los dos que obtuvo en las últimas elecciones generales. En estos momentos, inciden, pueden superar a Junts y empatar o superar incluso a ERC, que caería a la mitad por la fuerza del PSC.

Algunos sondeos internos apuntan a que Feijóo podría incluso pasar por encima de los republicanos y hacerse con la segunda posición en Cataluña, solo superado por los socialistas. El líder del PP prefiere no lanzar las campanas al vuelo y asegura que no se acaba de creer sus propios sondeos. Pero hace hueco a la esperanza y apunta a que si finalmente se cumplen esos pronósticos demoscópicos, se habrá consumado un giro sociológico en una Cataluña donde comienza a imperar la política para adultos. Fue el análisis que hizo Feijóo el pasado sábado durante una conversación informal con periodistas a bordo del autobús de campaña del partido.

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Desde que aterrizó en Génova, Feijóo situó Cataluña como uno de los grandes objetivos de su liderazgo. El adelanto electoral limitó el margen de mejora, pero el partido mira con un optimismo desbordante también a este territorio. Además de enviar ocho diputados catalanes al Congreso, el líder del PP persigue empatar con el PSC en subida de escaños respecto al 10-N y, con ello, frustrar todas las opciones de remontada de Sánchez, anulando su principal granero de votos. A nivel autonómico, los populares creen también haber recuperado el suficiente oxígeno como para lograr entre 14 y 16 escaños. Y no es poca cosa si se tiene en cuenta que en los últimos comicios autonómicos, celebrados en febrero de 2021, solo lograron tres diputados y Vox les adelantó por la derecha con 11.

Esta sensación de euforia no es incompatible con los problemas que el PP sigue teniendo en este territorio. Como publicó El Confidencial, la organización catalana está "bajo mínimos". Feijóo buscará un sustituto a Alejandro Fernández para dirigir las filas del partido en Cataluña, y la "baja autoestima" del resto de la corporación contagió la confección de las listas al Congreso: dos de las cuatro candidaturas catalanas están encabezadas por ex de Ciudadanos, incluida Barcelona, en la que Feijóo puso al frente al ex alto cargo naranja Nacho Martín Blanco.

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Con todo, Génova apunta a que la subida en Cataluña está garantizada. Desde que Feijóo aterrizó en Madrid, el PP ha fantaseado con volver a la época dorada del partido, con Alicia Sánchez Camacho al frente y con Mariano Rajoy con la absolutísima de 2011. Aquel año, el PP se convirtió en tercera fuerza política en la región y envió 11 diputados catalanes al Congreso. Feijóo insiste en mantener esa ambición a raya. El partido puede recuperar un mínimo de 200.000 votos, justo los que se fueron a Ciudadanos en las últimas generales. La decisión de los naranjas facilita ese objetivo. Pero no es el único.

El PP quiere que un resultado "contundente" en Cataluña les ayude también a poner coto a Vox en un territorio donde el discurso duro contra el independentismo, la inmigración o la okupación llevó a los de Abascal a pasarles por encima. Pero la principal preocupación de Génova es lograr un crecimiento suficiente que les permita empatar en subida de escaños al PSC, cuyo crecimiento bebe de un eventual desplome de ERC. "Si el PP crece con la misma intensidad que el PSC, pincharíamos el intento de remontada de Sánchez", sintetizan en Génova, donde insisten en situar a los socialistas catalanes fuera del constitucionalismo.

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El último CIS catalán ratifica una victoria clara de los socialistas en las generales, que permitiría inflar el resultado global de Sánchez con entre 16 y 18 escaños. ERC, por su parte, retrocedería a la segunda posición por el impacto del voto dual en las citas del 23-J y lograría entre ocho y 10 diputados. Según este mismo sondeo, Junts sumaría entre siete y nueve, y el PP, entre seis y ocho. El baile por la segunda y tercera fuerza está a punto de comenzar.

Feijóo divisa una especie de punto de inflexión en la sociedad catalana, cansada, dice, de las luchas ideológicas y de ver cómo otros territorios, como Madrid o Andalucía, están creciendo más que Cataluña en los últimos años. Si sus trackings se cumplen, incide el presidente de los populares, significará que la ciudadanía ha comenzado a reaccionar y que busca recetas para combatir la política de alta fiscalidad o de vivienda que ha llevado Cataluña, a su juicio, a la asfixia. Una de las grandes incógnitas es si el movimiento independentista volverá a encender las calles en caso de que el PP vuelva a la Moncloa. Feijóo apaga esa posibilidad. Al menos, de momento.