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La derivada rusa del 'Catalangate': ¿Espió EEUU los contactos del soberanismo con Moscú?
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LAS SOMBRAS DE CITIZEN LAB

La derivada rusa del 'Catalangate': ¿Espió EEUU los contactos del soberanismo con Moscú?

El director de Citizen Lab, que acusa a España de espiar, rechazó las imputaciones contra Rusia en casos similares: crecen las sospechas de una gran operación de desinformación

Foto: Jordi Cañas (Cs) y José Javier Olivas, durante la presentación del informe. (Cedida)
Jordi Cañas (Cs) y José Javier Olivas, durante la presentación del informe. (Cedida)

El estudio El Caso Pegasus. Una revisión crítica del informe GatalanGate preocupa al independentismo catalán. Su autor, José Javier Olivas, fue vetado por la Comisión Pegasus del Parlamento Europeo y no pudo explicar en el órgano los pormenores de un estudio que cuestiona la acusación de que España espió a los líderes del soberanismo. El informe del especialista desmonta la mayoría de los argumentos del laboratorio Citizen Lab, que depende de la Universidad de Toronto y que confeccionó el Catalangate. Pero el trabajo no sólo echa por tierra las tesis de la entidad canadiense, también plantea nuevas hipótesis, como la posibilidad de que fuese Estados Unidos el autor de los pinchazos, interesado en esclarecer los vínculos del independentismo con Rusia.

Foto: El eurodiputado de Cs Jordi Cañas. (EFE/Mariscal)

Olivas es profesor de la UNED, investigador principal del Proyecto comparativo Interdisciplinar sobre Populismo y Secesionismo, investigador asociado en LSE IDEAS, doctor en Gobierno y master en Políticas Públicas y Administración. Junto a Mary Kaldor, coordinó el proyecto Debating Brexit impact at local level: a mixed methods compararive study y colaboró en los proyectos internacionales Psycorona, Varieties of Democracy (V-Dem) y Local mobilization against the EU. Dimensiones territoriales del euroescepticismo populista.

El profesor presentó su informe el pasado jueves en el Parlamento Europeo, de la mano del eurodiputado de ciudadanos Jordi Cañas, pero fuera de la Comisión Pegasus. Fue un encuentro que prometía poco, pero llegó a mucho: por allí apareció Rosa Thun und Hohenstein, la europarlamentaria que vetó al profesor, la eurodiputada Maite Pagazaurtundúa e incluso Aleix Sarri, el principal asesor de Carles Puigdemont, casi escondido en una esquina de la sala que servía de marco de presentación. De hecho, Olivas había sido invitado a participar en la Comisión Pegasus del Europarlamento, pero el director de Citizen Lab, Ronald Deibert, envió una carta vetándolo por rebatir sus tesis.

Foto: Jordi Cañas, eurodiputado de Cs. (EFE/Nathalia Aguilar)

El texto de Olivas no sólo desmonta el informe del Catalangate confeccionado por Citizen Lab: abre la puerta a nuevas hipótesis de trabajo en un marco desconocido hasta ahora. “El informe no tiene en cuenta ninguna de las demás hipótesis plausibles [más allá de la teoría de que fue España]. Resulta sorprendente que ni siquiera se mencione la posibilidad de vigilancia legalmente sancionada, falsos positivos o espionaje por parte de los servicios secretos de Rusia o países occidentales”, dice el texto. Una hipótesis no es una tesis ni una teoría, sino una proposición que se basa en el conocimiento y que sirve de punto de partida en una investigación. A esto hay que añadir que desde que se publicó hace casi un año, el contenido del trabajo canadiense se ha ido modificando subrepticiamente, eliminando algunos nombres y reconociendo fallos garrafales.

El sesgo independentista del Catalangate, viene a decir el informe, es académicamente antiético: uno de los firmantes del informe es, a la vez, espiado, al margen de que organizaciones soberanistas ayudaron a financiarlo y controlaron el trabajo de campo. El director de Citizen Lab, que se negó a aportar detalles a El Confidencial, elaboró un informe en 2017, cuando se acusaba a Rusia de un espionaje similar, en el que sostenía que no se podía concluir la autoría del país y el programa utilizado. Simplemente, Deibert defendió a Moscú porque “cuestionó la validez de utilizar determinados rastros o indicadores de compromiso (IOC) para acusar a Rusia, ya que éstos también pueden ser utilizados por otros”.

placeholder Momento de una de las sesiones de la Comisión Pegasus del Parlamento Europeo. (EFE/Olivier Hoslet)
Momento de una de las sesiones de la Comisión Pegasus del Parlamento Europeo. (EFE/Olivier Hoslet)

La defensa de Rusia contrasta con la beligerancia contra España: ahora, Deibert asegura que se puede concluir que el Gobierno central usó Pegasus para espiar al independentismo. ¿Qué ha cambiado? El protagonista. “No comprendo porqué Deibert decía antes una cosa y ahora otra. No puede haber un grado de certeza total y no existe una fuente externa de verificación. Citizen Lab no ofrece información de cómo hizo las deducciones ni da respuestas a nuestras preguntas”, explica Olivas a El Confidencial.

El chasco en la India

En el Caso Pegasus, Olivas relata detalles del artículo mencionado de Deibert, en el que rechazaba las acusaciones contra Rusia porque no había “ninguna fuente independiente de verificación”. Eso es de lo que se acusa ahora al informe de Citizen Lab: nadie sabe qué herramientas se utilizaron para la investigación, cómo fue la misma, quién la financió, si hubo falsos positivos y cómo se llegó a la conclusión de que es España la autora de los espionajes. “Como parte de una investigación similar, en la India, un comité técnico independiente [nombrado por el Tribunal Supremo] examinó 29 teléfonos que, según Citizen Lab fueron atacados por el programa espía Pegasus. Este examen trató de investigar la veracidad de las acusaciones contra el Gobierno de la India de uso del programa espía para atacar a activistas, periodistas, políticos, jueces y funcionarios gubernamentales. Sin embargo, el resultado del análisis puso de manifiesto que de los 29 teléfonos examinados por el comité técnico, sólo 5 tenían programas maliciosos y que no era seguro que los programas maliciosos encontrados correspondieran a Pegasus”.

Foto: La eurodiputada Sophie in 't Veld en una sesión parlamentaria. (Parlamento Europeo)

Hay otro detalle que no ha de pasar desapercibido: muchos de los supuestos intentos de espionaje se realizaron cuando destacados dirigentes catalanes mantenían contactos con supuestos agentes de los servicios secretos rusos. “En primer lugar, puede ser que por eso fuesen espiados de manera legal. En algún momento, según las informaciones de prensa, se habla de que ofrecieron a Puigdemont 10.000 soldados para la separación. ¿Los servicios secretos han de intervenir en un perfil como éste, en que se pone en peligro al Estado español? Hemos de tener en cuenta que un gran número de personas eran también investigadas por organizar la plataforma Tsunami Democràtic, porque se estaban produciendo protestas que causaron cientos de miles de euros en daños a propiedades públicas. ¿Pero quién nos dice que los servicios secretos norteamericanos, por ejemplo, no podían estar también interesados en saber qué relación mantenían los independentistas con los rusos? ¿Se tuvo en cuenta esta hipótesis a la hora de investigar?”, explicó Olivas en la presentación del informe en Bruselas.

En los momentos de mayor control de teléfonos, además, había un equipo de seis o siete personas que estaban trabajando en el campo de las criptomonedas. Ese equipo estaba trabajando en la criptomoneda Ethereum para que en un futuro próximo pudiese ser adoptada por Cataluña. Es más: Carles Puigdemont, en su cuenta de Twitter, adopta el indicativo de esa criptomoneda. “Es posible que eso no demuestre nada. Pero no deja de ser una coincidencia curiosa”, admite Olivas a este diario.

Operación de ‘fake news’

La eurodiputada Maite Pagazaurtundúa apunta directamente hacia una posible labor de desinformación similar a la que ha estado realizando Rusia durante la última década: “La utilización de desinformación, de noticias falsas, la intervención del GRU [servicios secretos militares rusos] en Barcelona, a donde envió a algunos de sus agentes por las fechas del referéndum ilegal, la diplomacia paralela negociando el reconocimiento de la independencia, el envío de 10.000 soldados o una legislación sobre criptomonedas favorable a Rusia no es menor. Rusia Today y Sputnik ya desinformaban desde hacía años y, en ocasiones, sus opiniones y noticias falsas acababan en los grandes medios. El hecho de que Rusia Today y Sputnik estuviesen tan centrados en el tema de Cataluña genera dudas sobre la génesis de muchas operaciones. No es de descartar que Cataluña sea sólo un instrumento para romper a la opinión pública europea e incluso al propio Parlamento Europeo. Eso se hace planteando un ataque el Estado democrático español como si fuese un Estado opresor”.

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La hipótesis ya está en el aire. Un centenar de rigurosos académicos de todo el mundo pidieron a Citizen Lab que entregase las fuentes de financiación. Los directivos de la Universidad de Toronto se negaron a entregar esa información porque “compartirla podría suponer un perjuicio razonable de los intereses económicos de la Universidad o para su posición competitiva”. Se sabe que en el año académico 2019-2020 el dinero que le entró al laboratorio fue de 1.750.135 dólares canadienses. En 2021-2022, esa cifra ascendió a 3.713.603 dólares, un incremento del 112%. La Oficina para la Libertad de Información y Protección de la Privacidad admitió que había un listado de 112 páginas con contratos firmados por Citizen Lab. “Entre las 112 páginas retenidas, hay presuntos contratos entre Citizen Lab y organizaciones políticas catalanas, Apple o WhatsApp/Facebook, pero la Universidad no quiere compartir esa información”.

Recuerda Olivas que Deibert aseguró que “en ningún caso realizaríamos una investigación bajo encargo”. Pero, conforme el profesor dice en su informe, “la existencia de tales contratos parece contradecir las informaciones del señor Deibert y podría entrañar un conflicto de intereses económicos no divulgados, lo que podría suponer un incumplimiento del marco de integridad de la investigación de la Universidad de Toronto”. De las 112 páginas, la Universidad hizo públicas solo 9 de ellas. ¿Hay alguna organización sospechosa de fabricar fake news detrás de algunos de esos contratos?.

Foto: Pedro Sánchez, en una imagen de archivo. (Reuters/John Thys)

El informe de Olivas pone el dedo en la llaga. “Una investigación académica quiere decir abrir hipótesis y trabajarlas. Aquí no se ha hecho. Y eso es lo que denuncio. No digo que no haya habido espionaje. Sólo digo que lo que se hizo, se hizo mal, de una forma que se quebraron todos los principios académicos, tanto técnicos como éticos. Se deberían haber tenido en cuenta las hipótesis que surgiesen e ir descartándolas con los resultados de la investigación, pero explicando, como se hace en un trabajo similar, la financiación del proyecto, el periodo de tiempo que abarca, los nombres de la gente que trabajan en él, y los métodos y las herramientas utilizadas”, dice Olivas a El Confidencial. Nada de eso se hizo en este caso. Sólo se acusó a un país de espiar.

El estudio El Caso Pegasus. Una revisión crítica del informe GatalanGate preocupa al independentismo catalán. Su autor, José Javier Olivas, fue vetado por la Comisión Pegasus del Parlamento Europeo y no pudo explicar en el órgano los pormenores de un estudio que cuestiona la acusación de que España espió a los líderes del soberanismo. El informe del especialista desmonta la mayoría de los argumentos del laboratorio Citizen Lab, que depende de la Universidad de Toronto y que confeccionó el Catalangate. Pero el trabajo no sólo echa por tierra las tesis de la entidad canadiense, también plantea nuevas hipótesis, como la posibilidad de que fuese Estados Unidos el autor de los pinchazos, interesado en esclarecer los vínculos del independentismo con Rusia.

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