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El independentismo negoció con Rusia en 2019 que Armenia reconociera la 'república' catalana
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viaje a moscú para reunirse con la mafia rusa

El independentismo negoció con Rusia en 2019 que Armenia reconociera la 'república' catalana

La mano derecha de Puigdemont, Josep Lluís Alay, se reunió en un restaurante de Barcelona con dos rusos próximos a Putin para pedirle al Kremlin apoyo económico, digital y académico

Foto: Ilustración: Laura Martín.
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Los emisarios del Govern de Quim Torra y el entorno de Carles Puigdemont que lideraron el acercamiento a Rusia pidieron a Moscú que utilizara su influencia sobre Armenia para que este país reconociera a una hipotética Cataluña independiente. También intentaron que la Administración de Vladímir Putin les ayudara a montar un canal opaco de financiación del movimiento secesionista y establecer canales de colaboración en materia digital y académica, según han confirmado a El Confidencial protagonistas de estos contactos y otras fuentes conocedoras de las reuniones. En la aproximación al Kremlin, jugó un papel clave Vasily Khristoforov, considerado actualmente el número uno de la mafia rusa.

Las conversaciones sobre la financiación del independentismo y el posible apoyo de Armenia tuvieron lugar en Barcelona en torno al 17 de octubre de 2019, en plena oleada de manifestaciones y disturbios por la condena de los líderes del 1-O. La mano derecha de Puigdemont, Josep Lluís Alay, actual jefe de su Oficina en la Generalitat, y el enlace entre el Govern y el Kremlin, el empresario ruso afincado en Barcelona Alexander Dmitrenko, se reunieron en secreto en el restaurante Haddock de la Ciudad Condal con dos ciudadanos rusos vinculados a los servicios de Inteligencia de ese país con los que ya se habían visto previamente en Moscú. Un socio de Dmitrenko también iba a participar en el encuentro, pero fue vetado a última hora por Alay porque su contenido era confidencial.

Uno de los rusos era Sergei Sumin, un coronel del Servicio Federal de Protección (FSO) que forma parte del círculo de seguridad personal de Putin. El segundo era Artyom Lukoyanov, un enlace con responsables de alto nivel de Moscú e hijo adoptivo de Vladislav Surkov, considerado el ideólogo de referencia del Kremlin y encargado de desarrollar el concepto de guerra híbrida, en la que se recurre a insurgentes, 'fake news', mercenarios, la financiación de partidos ultra o movimientos migratorios para tratar de desestabilizar a otro país. La influencia de Surkov sobre Putin es tan determinante que se le conoce con el sobrenombre de 'cardenal gris del Kremlin'.

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El encuentro de Alay y Dmitrenko con Sumin y Lukoyanov, adelantado por 'The New York Times' el pasado septiembre, se produjo en un contexto en el que la Unión Europea y el resto de grandes potencias occidentales ya habían cerrado la puerta al independentismo catalán. El Govern y Puigdemont pretendían revertir ese rechazo sistemático de la comunidad internacional dando un golpe de efecto con un gesto de algún Estado. Según ha podido saber ahora El Confidencial, los negociadores del independentismo solicitaron en la reunión de Barcelona que el Kremlin utilizara sus relaciones preferentes con la antigua república soviética de Armenia para que el secesionismo pudiera estrechar sus lazos con este país y recabar el apoyo de su Gobierno ante una futura independencia de Cataluña.

Puigdemont ya se había reunido en Ginebra en octubre de 2018 con el entonces presidente de Armenia, Armén Sarkissian, con motivo de la participación de ambos en el ciclo de conferencias Crans Montana, un foro financiado parcialmente por la Generalitat. Puigdemont y Sarkissian volvieron a coincidir en el mismo evento en junio de 2019. El entorno del 'expresident' lanzó una ofensiva a finales de ese año para intentar transformar la afinidad que surgió de esos encuentros personales en algún tipo de aproximación oficial con ese Estado.

Dmitrenko ha reconocido a este diario que intermedió para lograr que el Kremlin facilitara el apoyo de Armenia al movimiento independentista. No fue la única cuestión que se trató en el encuentro del restaurante Haddock. Alay y Dmitrenko también pidieron a los enviados de Moscú asistencia en materia digital, un aspecto que fue clave en la preparación del referéndum del 1-O y en el que se ha volcado el círculo más próximo a Puigdemont para tratar de desarrollar una república catalana virtual al margen de la supervisión del Estado.

El otro asunto que se abordó en esa cita fue la puesta en marcha de algún mecanismo de intercambio académico que permitiera al independentismo tener presencia en las universidades rusas y, al mismo tiempo, que profesores de ese país pudieran viajar con cierta regularidad a Cataluña para participar en charlas u otros proyectos educativos.

Con todo, la cuestión que más interesaba a Alay era la búsqueda de nuevas vías de financiación en un momento en que la presión de la Justicia y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado estaba provocando serios problemas al independentismo para sustentar su ofensiva. La mano derecha de Puigdemont solicitó a Sumin y Lukoyanov el apoyo económico del Kremlin a través de una estructura societaria internacional. Como reveló El Confidencial este martes, Dmitrenko y el abogado de Alay y Puigdemont, Gonzalo Boye, se reunieron en Ginebra en junio de 2019 con un gestor de patrimonio ruso afincado en Suiza, Yuri Emelin, experto en grandes fortunas y criptomonedas, para que les ayudara a crear un fondo en el extranjero para vehicular la inyección de recursos en el mundo asociativo secesionista de manera opaca.

La necesidad de recursos llevó a los emisarios del Govern y Puigdemont a abrir otro canal de comunicación con Moscú. A finales de febrero de 2020, Boye viajó a Rusia para hacerse cargo de la defensa de Vasily Khristoforov, alias 'Voskres' (resucitado, en español), considerado el máximo dirigente de los llamados 'ladrones de ley', el apelativo con que se conoce a los jefes del crimen organizado en Rusia. Estados Unidos lo considera desde 2012 una amenaza a su seguridad. A pesar de su peligrosidad, Khristoforov se encontraba en libertad con el beneplácito del Kremlin, pero tenía en vigor una orden de prohibición de entrada en la Unión Europea emitida por la República Checa a petición de Ucrania. Boye asumió la representación del mafioso en ese caso y también en otro que se estaba instruyendo en Benidorm.

Sin embargo, según fuentes próximas a ese desplazamiento, Boye también voló a Moscú para reclamar a Khristoforov que aportara fondos a la causa independentista y pedirle que ejerciera de puente con la Administración de Putin para estudiar cauces de colaboración en otros asuntos.

Foto: Ilustración: L. Martín.
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Boye reconoce a El Confidencial el viaje a Rusia para reunirse con Khristoforov y explica que sigue ejerciendo como su abogado, pero niega que haya tratado nunca con su cliente alguna cuestión relacionada con Cataluña. Según Boye, fue Dmitrenko quien le puso en contacto con Khristoforov. “Dmitrenko me dijo que tenía un conocido en Rusia que necesitaba un abogado que llevara temas europeos y le dio mi teléfono”, explica el letrado.

Esa conexión confirmaría la información del CNI, que en 2018 emitió un informe oponiéndose a que Dmitrenko obtuviera la nacionalidad española por su relación con los “servicios de Inteligencia rusos, de los que recibe misiones”, y sus contactos con algunos de los principales líderes del crimen organizado transnacional de origen ruso, para los que también realiza labores”.

Los emisarios del Govern de Quim Torra y el entorno de Carles Puigdemont que lideraron el acercamiento a Rusia pidieron a Moscú que utilizara su influencia sobre Armenia para que este país reconociera a una hipotética Cataluña independiente. También intentaron que la Administración de Vladímir Putin les ayudara a montar un canal opaco de financiación del movimiento secesionista y establecer canales de colaboración en materia digital y académica, según han confirmado a El Confidencial protagonistas de estos contactos y otras fuentes conocedoras de las reuniones. En la aproximación al Kremlin, jugó un papel clave Vasily Khristoforov, considerado actualmente el número uno de la mafia rusa.

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