El Museo del Exilio enciende la mecha de la última bronca entre JxCAT y ERC

El gobierno catalán cesó este martes a Enric Pujol como director del Museo Memorial de l’Exili (Museo Memorial del Exilio) y la medida ha levantado una tormenta política (otra más) en Cataluña. Este museo, creado en 2007, tiene como principal misión interpretar el exilio republicano tras la Guerra Civil española, un tema en el que el cesado es experto. Un sector del independentismo ha aprovechado el cambio del director para arremeter contra ERC por su “sectarismo”, mientras otros defienden la decisión del Gobierno de Pere Aragonès. “Cuando lo nombraron y cesaron a su antecesor, nadie hizo un drama de esto”, dicen desde Esquerra justificando la potestad de cambiar los cargos que consideren convenientes. Pero los enemigos de la actual dirección de ERC ven una ocasión de oro para tratar de erosionar la imagen del Govern y, por extensión, de su máximo responsable.

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Uno de los que ha aprovechado para criticar al Govern es el exvicepresidente catalán Josep Lluís Carod-Rovira, que también había sido presidente de ERC y hoy integrante del limbo de los políticos metidos a tuiteros. Carod-Rovira, siempre atento a meter el dedo en la llaga de la actual dirección de ERC, fue de los primeros en reaccionar contra el cese. “Una noticia pésima prescindir de una persona con la talla profesional, el conocimiento histórico y la experiencia temática de Enric Pujol. ¡Qué pena!”, criticó. Su comentario insufló ánimos en las filas de Junts y ayudó a encender algunos de los mensajes en las redes sociales.

Otro de los que se abonaron a dar palos al Govern fue el exdiputado Pere Bosch, barrido de las listas electorales y actualmente director del semanario La República, que critica a los responsables de la Generalitat porque “es una lástima; el país sale perdiendo”. También la expresidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Elisenda Paluzie, en otros tiempos en las filas de ERC y ahora cercana a Carles Puigdemont, lamentó “que en este país haya un exceso tan grande de cargos de confianza y que la confianza se interprete de forma tan partidista”.

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En esa línea también se alineó la plana mayor de JxCat, que se solidarizó con el cesado. El expresidente Quim Torra, por ejemplo, le dedicó una cariñosa despedida dirigiéndose a él como “doctor”, mensaje al que volvió a contestar el propio Pujol agradeciéndole las palabras. Exconsejeros, diputados y cargos de Junts se sumaron a agradecer a Enric Pujol su labor al frente del museo, aprovechando para criticar su relevo y lanzando consignas que sólo contribuyen a la erosión del Ejecutivo. La exconsejera Gemma Geis, la diputada Aurora Madaula, miembro de la Mesa del Parlament o Aleix Sarri, director de la Oficina Europarlamentaria de JxCat son algunos de los dirigentes que se solidarizaron con el cesado.

Nombrado por Junts

Lo cierto es que Pujol había sido propuesto y nombrado por la anterior consejera de Justicia, Lourdes Ciuró, que provenía de las filas de Junts y que este miércoles le agradeció “tu buena e incansable labor al frente del museo. ¡Hasta pronto!”. Pero desde las filas de ERC se encuentra normal el relevo. Una vez que JxCat ha abandonado el Govern, “lo lógico es que sus altos cargos sean relevados”, señalan los actuales nuevos responsables de la Administración. “Es normal que cuando hay un cambio en la Administración se renueven los cargos. No entendemos porqué se crea un problema donde no lo hay. Es un relevo como se han relevado a otros altos cargos de confianza. En Junts saben lo que es eso, porque son de los que no perdonan. ¿Que es de los suyos? Claro, como tantos otros que han sido cesados cuando salieron del gobierno. Es lo normal, ¿o es que ellos no cambian a los cargos de confianza cuando llegan a una Administración?”, resuelve una fuente de ERC el conflicto.

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La actitud del propio cesado no contribuyó a realizar una sucesión tranquila. “Me han anunciado mi cese como director del Mume por el cambio de Govern. Ha sido una satisfacción serlo y más por el hecho de haber sido uno de los responsables de su creación en 2007. Gracias a todos los que creen en el proyecto”, se despidió Pujol en la tarde de este martes por las redes sociales. Luego, emitió algunos de los mensajes que le habían llegado, entre ellos uno que arremetía contra su cese “que va contra toda lógica y sólo responde, una vez más, a simples y tristes intereses de partidos”. Unos intereses, huelga decir, que son los mismos que los que lo pusieron en su cargo.

En realidad, con JxCat dentro del Govern, Pujol estaba llamado a ocupar más altos cargos. De hecho, iba a ser ascendido en septiembre pasado a director de Memorial Democràtic, pero la abrupta ruptura del Ejecutivo impidió su nombramiento a última hora. Con su cese, Junts se rasga las vestiduras y hace del cambio un casus belli.

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Pujol, además, fue uno de los más encendidos detractores de la reciente cumbre hispanofrancesa celebrada en Barcelona entre Pedro Sánchez y Emmanuel Macron. Nada extraño, si tenemos en cuenta que su museo se ubica en la localidad fronteriza de La Jonquera, a caballo entre Francia y España. Los más radicales independentistas apuntan hacia París y Madrid como las capitales de los Estados represores que mantienen bajo su bota militar a Cataluña, en la que incluyen las comarcas sureñas francesas. Pujol recordó, como hacían algunos círculos soberanistas que llamaban a manifestarse, que “el trauma del Tratado de los Pirineos resuena en la cumbre hispano-francesa”.

Por otro lado, desde círculos independentistas se blanden también datos económicos que afectan al sector de los museos y que se derivan de los presupuestos generales del Estado de 2023. Antoni Gelonch, académico de honor de la Real Academia de Bellas Artes Sant Jordi y presidente de los Círculos del Museo de Historia de Barcelona (Muhba) y del Museo Frederic Marès, critica que el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen recibirán este año 135.126.180 euros, un 16% más que en el anterior ejercicio, mientras que los principales museos catalanes percibirán en su conjunto 4.049.230 euros, un 1,9% más. Estos museos son el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), la Fundación Miró, la Fundación Tàpies y la Fundación Gala-Dalí. Pero, además, el Prado percibirá otros 9 millones del Plan de Resiliencia, mientras la deuda del Estado con el MNAC se eleva a más de 8 millones por los incumplimientos de Madrid.