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JxCAT se pone en modo electoral tras anunciar su marcha Jordi Sànchez
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Si cae Borràs, se acabó la legislatura

JxCAT se pone en modo electoral tras anunciar su marcha Jordi Sànchez

En medios independentistas se prevé que Puigdemont también dimita como presidente de JxCAT. Y que lo haga en junio, cuando asista al congreso nacional en el sur de Francia

Foto: Un póster electoral de 2017 en el que aparecen Jordi Sànchez y Carles Puigdemont. (Reuters/Eric Gaillard)
Un póster electoral de 2017 en el que aparecen Jordi Sànchez y Carles Puigdemont. (Reuters/Eric Gaillard)

El congreso nacional de JxCAT será en junio, no en julio, como se preveía de forma inicial. Se celebrará en el sur de Francia, no en Cataluña, para que Carles Puigdemont pueda asistir en persona. Todo huele a despedida, a fin de una etapa. A que el secretario general, Jordi Sànchez, y el presidente y fundador del partido, Carles Puigdemont, se irán juntos. Sànchez ya lo ha confirmado. Puigdemont todavía no. El Congreso también se adelanta a junio en previsión de que Pere Aragonès pueda convocar las elecciones autonómicas a causa del bloqueo legislativo que generará la resistencia de Laura Borràs a dejar su cargo como presidenta del Parlament cuando presumiblemente se le abra juicio oral después de Semana Santa. Un Ejecutivo que no pueda legislar tendrá que convocar elecciones.

El independentismo ya maneja la idea de que será más pronto que tarde. Porque Aragonès intentará adelantarse y que sus comicios no coincidan con las elecciones andaluzas, evitando que el contexto español contamine las catalanas, lo que sería malo para ERC en particular y para el independentismo en general.

Foto: Laura Borràs, en un pleno del Parlament. (EFE/Andreu Dalmau)

ERC no quiere forzar la marcha de Borràs aplicando el artículo 25.4 del Reglamento del Parlament, que obliga a un diputado a dejar el cargo si se le llega a abrir juicio oral por un caso de corrupción. Este sería el caso de la actual presidenta, a la que se acusa de haber troceado contratos de los servicios informáticos del Institut de les Lletres Catalanes, cuando la actual presidenta del Parlament lo encabezaba.

Sin ERC presionando, la presidenta de la Cámara podrá alargar su presencia en el cargo, con lo que eso supondrá para la institución. Los republicanos prefieren que Borràs caiga por su propio peso que por una acción de su grupo. Y el sector de Borràs aprieta a JxCAT para que deje el Ejecutivo catalán en caso de que la presidenta acabe perdiendo su puesto, algo que puede pasar si los funcionarios de la Cámara acaban negándose a que pueda votar o cobrar, por ejemplo.

Por eso, Quim Torra, que fue mentor político de Borràs, habla ya de manera directa de avanzar elecciones en Cataluña. Aragonès quiere una legislatura larga, pero los partidarios de Laura Borràs pretenden que se responda a su caída, si esta se acaba produciendo, desde el independentismo de una manera unitaria y con una convocatoria electoral, de modo que, si cae la presidenta del Parlament, caiga la legislatura entera.

Sin Puigdemont

En medios independentistas se prevé que Puigdemont también dimita como presidente de JxCAT. Y que lo haga en junio, cuando asista al congreso nacional en el sur de Francia. Las previsiones electorales son malas, tanto en las municipales como para unas generales que serían afrontadas desde el partido por el tándem Laura Borràs-Jordi Turull. La posibilidad de que hubiese esa alianza ha hecho que Jordi Sànchez prefiriese retirarse que presentar batalla.

Las encuestas no son favorables y se prefiere preservar a Puigdemont de la debacle

Laura Borràs pretende presentarse a presidenta de la Generalitat. Turull preferiría un candidato con menos problemas, como Jaume Giró, pero el 'conseller' de Economía carece del tirón con el que cuenta Borràs entre las bases del partido.

Malas perspectivas

Pese a ello, las perspectivas de JxCAT en caso de avance electoral no son buenas. La ANC piensa presentar candidatura propia. El PDeCAT ha mutado en Centrem, con Àngels Chacón, que opta a presentarse. Y el PNC de Marta Pascal sigue en liza. Muchas vías por las que perder votos. Todo eso abona la tesis de que Puigdemont se retirará, como una manera de preservar su valor simbólico ante una posible derrota ante ERC. Aragonès ya quedó por delante de Puigdemont.

Por último, queda el calendario judicial. Además de los problemas de Borràs en el TSJC, también influirán en el congreso nacional del partido los de Puigdemont, que afronta las prejudiciales de Pablo Llarena ante la Justicia europea y que se confirme, o no, su inmunidad parlamentaria. La conjunción de un signo favorable en las dos causas legales podría facilitarle un regreso en otoño, pero parece poco probable, aunque al independentismo le encanta fabular con ello.

El congreso nacional de JxCAT será en junio, no en julio, como se preveía de forma inicial. Se celebrará en el sur de Francia, no en Cataluña, para que Carles Puigdemont pueda asistir en persona. Todo huele a despedida, a fin de una etapa. A que el secretario general, Jordi Sànchez, y el presidente y fundador del partido, Carles Puigdemont, se irán juntos. Sànchez ya lo ha confirmado. Puigdemont todavía no. El Congreso también se adelanta a junio en previsión de que Pere Aragonès pueda convocar las elecciones autonómicas a causa del bloqueo legislativo que generará la resistencia de Laura Borràs a dejar su cargo como presidenta del Parlament cuando presumiblemente se le abra juicio oral después de Semana Santa. Un Ejecutivo que no pueda legislar tendrá que convocar elecciones.

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