Los Jordis, la extraña pareja de JxCAT que acecha a Laura Borràs
La cúpula del partido se halla ante un dilema: abrazar el pragmatismo o lanzarse a otra aventura secesionista. Una de las opciones es una alianza entre Jordi Sànchez y Jordi Turull para frenar las aspiraciones de la presidenta del Parlament
La cúpula de JxCAT se halla ante un dilema: rebajar sus pretensiones radicales y abrazar de nuevo el pragmatismo, como ha hecho ERC, o lanzarse a otra aventura secesionista cuyo final es imprevisible. Sectores de Junts quieren un volantazo de la formación y sopesan los pactos con el PSC. Otro sector, en cambio, prefiere aumentar la confrontación con el Estado. Con la mirada puesta en el próximo congreso, que ha de marcar la hoja de ruta del partido de Carles Puigdemont, también surge la posibilidad de que Jordi Sànchez y Jordi Turull formen una alianza para acabar con la presidenta del Parlament, Laura Borràs, cuyos problemas con la Justicia pueden emborronar la imagen de la formación en un futuro no muy lejano.
La tensión es palpable. En JxCAT, conviven varios mundos diferentes. Hay un sector ultraindependentista y otro al que una estrategia pragmática y tendente a la denominada 'sociovergencia', con pactos con el PSC, le suena a música celestial. “ERC quiere hacer de Convergència y lo ha conseguido solo en parte, pero tiene un gran hándicap: en Madrid, la antigua Convergència podía pactar con PP o con PSOE, pero Esquerra solo puede pactar con el PSOE. Convergència era más desacomplejada. Por eso es relativamente fácil ir hacia la 'sociovergencia'. ERC es una CDC limitada”, explica a El Confidencial una fuente del partido. Además, subraya que solo robando esa centralidad a Esquerra, los de Puigdemont podrán mantenerse en el espectro político con una presencia importante.
Otro dirigente apunta a la posibilidad de que Jordi Turull acabe pactando con el actual secretario general, Jordi Sànchez, para hacer tándem. Carles Puigdemont podría dejar la presidencia para dedicarse al Consell per la República, por lo que Sànchez pasaría a presidente y Turull, a secretario general. Es una opción que está sobre la mesa, aunque muchos dudan de esta ‘extraña pareja’. Sànchez proviene de las filas del comunismo del PSUC, mientras que Turull es un liberal de la derecha catalana que soltará lastre pasando a secretario general, un cargo en el que podría volver a marcar perfil de partido, como cuando lideró el grupo parlamentario de CiU. Se trataría de formar un bloque que cortase el paso a Borràs, procesada por un caso de corrupción.
Pero en esa tesitura cobra especial importancia la figura de Jaume Giró si finalmente se decide a optar a algún cargo orgánico de JxCAT. En ese caso, un acuerdo programático con Turull no sería difícil. Un pacto orgánico, en cambio, sería más complicado, ya que habría que buscar acomodo a los dos en el partido para que tengan su cuota de protagonismo y peso político. En lo que podrían ponerse de acuerdo sin grandes problemas es en una estrategia cercana a la 'sociovergencia'.
JxCAT se halla ante un dilema: abrazar de nuevo el pragmatismo, como ha hecho ERC, o lanzarse a otra aventura secesionista
Las fuentes consultadas indican que, aun así, la vuelta a esta estrategia es difícil. “Habrá ultraindependentistas que aterrizaron en paracaídas que seguramente se darán de baja del partido si volvemos a una senda moderada, pero ese será el eterno problema de Junts”, reconocen las mismas fuentes. Lo cierto es que en JxCAT se ha de reformular todo, pero teniendo en cuenta las singularidades de la formación que preside Puigdemont: “Debemos partir de la base de que esto no es Convergència. CDC era otra cosa y aquí tenemos elementos muy de izquierdas y muy de derechas, pero sin ganas de ponerse de acuerdo”.
El sector más proclive a retomar una estrategia moderada y posibilista es el que está articulado en torno a los dirigentes que provienen de la antigua Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). Ahí se engloban los condenados Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn o el actual presidente del puerto de Barcelona, Damià Calvet, exconsejero de Territorio. En ese sector podría englobarse también Jaume Giró, que ha ganado peso dentro de las filas de Junts desde que está en el Govern.
Próximo congreso
Desde este domingo, la cúpula ha estado reunida para negociar una nueva estrategia y la fecha del próximo congreso, que ha de celebrarse este año, conforme mandan los estatutos. Los interrogantes son muchos. “El primer hándicap de Junts es cuál de las dos derivadas tomar: si volver a la estrategia pragmática o radicalizar la postura. El otro gran hándicap es si Laura Borràs decide optar a liderar el partido. Ahí habrá un verdadero problema, porque si se presenta, gana de calle. Primero, porque es una dirigente muy cercana a la gente. A las bases les gusta su forma de ser, aunque por su lastre judicial ha perdido algo de fuelle. Pero radicalizaría el partido. Y Turull, que es el dirigente que podría hacer volver a una 'sociovergencia' inteligente, no se presentará si hay alguien más compitiendo. Ya vivió una experiencia amarga en el PDeCAT y no quiere volver a pasar por lo mismo. Quiere tener la victoria asegurada si se arriesga”, dice una fuente cercana a la formación.
De hecho, socialistas y posconvergentes pactaron en la Diputación de Barcelona y fruto de ello es que la presidencia está en manos de la alcaldesa socialista de Hospitalet de Llobregat, Núria Marín. Hicieron lo mismo para renovar la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) o el Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC). “La 'sociovergencia' ya se nota. Los pactos para formar órganos están alentados por el sector de Turull y de Rull, pactando con socialistas. Pero aunque parlamentariamente pueden tener determinadas victorias, no son lo suficientemente fuertes como para controlar el partido”, subrayan.
El núcleo más duro del partido de Puigdemont se niega a la 'sociovergencia' porque cree que diferenciándose claramente de los constitucionalistas puede acaparar el voto independentista discrepante, en el que puede haber un sector nada desdeñable de ERC. Y si Borràs decide hacerse fuerte en el partido, JxCAT puede vivir días de fuerte tensión interna, ya que una parte de la formación ve su postura poco consistente a la hora de justificar la actuación por la que es investigada judicialmente. Así, si gana la corriente moderada, habrá diáspora de sectores ‘duros’, pero si gana Borràs, puede ocurrir lo mismo en los sectores que exigen un mayor pragmatismo y, sobre todo, los que critican que no se blinde el partido ante situaciones como la de la presidenta del Parlament. S es condenada por corrupción, ¿está JxCAT en condiciones de mantener la imagen de honradez de que presume desde que soltó el lastre de las siglas de CDC?
La cúpula de JxCAT se halla ante un dilema: rebajar sus pretensiones radicales y abrazar de nuevo el pragmatismo, como ha hecho ERC, o lanzarse a otra aventura secesionista cuyo final es imprevisible. Sectores de Junts quieren un volantazo de la formación y sopesan los pactos con el PSC. Otro sector, en cambio, prefiere aumentar la confrontación con el Estado. Con la mirada puesta en el próximo congreso, que ha de marcar la hoja de ruta del partido de Carles Puigdemont, también surge la posibilidad de que Jordi Sànchez y Jordi Turull formen una alianza para acabar con la presidenta del Parlament, Laura Borràs, cuyos problemas con la Justicia pueden emborronar la imagen de la formación en un futuro no muy lejano.
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