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La CUP agitará la calle en contra de los indultos selectivos y el diálogo con Moncloa
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El objetivo, desgastar al Estado

La CUP agitará la calle en contra de los indultos selectivos y el diálogo con Moncloa

"Ni mesas de negociación, ni Presupuestos, ni nuevas financiaciones nos harán libres", asegura un documento aprobado por el núcleo duro de la formación antisistema

Foto: Un grupo de CDR quema una bandera de España. (EFE)
Un grupo de CDR quema una bandera de España. (EFE)

La CUP se prepara para plantar una dura batalla en la calle en contra del Govern que preside el republicano Pere Aragonès, a quien la propia formación anticapitalista catapultó al cargo de ‘president’. La intención era que hubiese un Ejecutivo independentista como fuese para no tener que repetir elecciones y sufrir un varapalo aún mayor, pero ahora los antisistema se preparan para desestabilizarle desde la calle, como única estrategia para recuperar terreno perdido mediante el ‘agit prop'. La formación radical apuesta exclusivamente por la vía ilegal para conseguir la separación de España, ya que considera que cualquier otra opción está muerta.

"Los aires transformadores en forma de gobiernos de cambio, progresistas y procesos soberanistas ya no soplan. Y no es sólo por valentía política, falta de liderazgos y la represión sostenida del Estado, sino porque partían de propuestas políticas que son erróneas", dice un documento aprobado este fin de semana por Endavant, el núcleo duro de la CUP, al que tuvo acceso El Confidencial. Se duele el partido antisistema de que “el impulso de grandes jornadas de movilización desobediente de los años pasados en el Principado [nombre dado por el independentismo a Cataluña] acaban ahora con la firma de unos indultos sólo para unos cuantos y la promesa de una mesa de diálogo en que todos los temas importantes están descartados: referéndum, autodeterminación, amnistía, etcétera”. Por eso, asegura, “no existe una vía autonómica legal, ni hacia la reforma del Estado, ni hacia la autodeterminación, porque el poder está mayoritariamente en manos del Estado y no lo piensa ceder ni un centímetro”.

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE)

Endavant hace un análisis de las estrategias de los gobiernos de Cataluña, Valencia y Baleares (las tres grandes autonomías que conforman lo que denominan Països Catalans) y concluye que estos Ejecutivos "pretenden ser unos gestores impecables de la autonomía y el alumno aventajado del autonomismo, y así el Estado se dará cuenta y reconocerá los esfuerzos con dinero y reformas".

placeholder El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, con la portavoz de la CUP, Dolors Sabater. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, con la portavoz de la CUP, Dolors Sabater. (EFE)

El posicionamiento de los cuperos será beligerante. “El posibilismo político no nos puede confundir la mirada. Ni mesas de negociación, ni Presupuestos, ni nuevas financiaciones nos harán libres: nuestro deber es articular un proyecto rupturista, socialista y feminista en los Països Catalans. Si descuidamos nuestros objetivos, el posibilismo nos puede confundir”.

Desgastar al Estado

Ante ello, la CUP pretende rechazar los dos elementos principales que pueden anestesiar al independentismo: la reforma progresiva y descentralizada del Estado y la vía autonómica con el cambio del Estatut. De la primera dice que “no satisfará las necesidades de las clases populares (…). Por eso, defendemos la autodeterminación como contrapropuesta”. De la segunda señala que “las muestras de capacidad política real de ruptura se visualizaron cuando el poder tomaba las calles y el Estado, también la Generalitat, eran incapaces de controlarla. La cuestión no es descongelar repúblicas, hacer una declaración unilateral de independencia (DUI) o una nueva manera ocurrente de crear confusión legislativa: es articular un poder político que pueda confrontar al Estado y desgastarlo", es decir, "sostener una pulsión política suficientemente potente", lo que "implica la autoorganización popular”.

"Nuestro deber es articular un proyecto rupturista, socialista y feminista en los Països Catalans", dice el documento presentado

En ese sentido, Poble Lliure, el partido mayoritario de la CUP, aprobó también recientemente su hoja de ruta para los próximos años en la que prevé presionar a la Generalitat para que “el pueblo organizado gestione el territorio” con el fin de “frenar y obstruir hasta imposibilitarla la acción represiva y coercitiva del aparato del Estado ocupante”.

Foto: Miembros de la CUP presentan la campaña "República Ahora". (Efe)

Endavant, por su parte, propone sacar provecho de la crisis infiltrándose en movimientos cívicos sectoriales para recuperar el terreno perdido. Ante la debacle de las movilizaciones independentistas y la ausencia de activistas en las calles a pesar de los llamamientos masivos de partidos, de la ANC y Òmnium Cultural, y del propio Movimiento (así se le llama en los círculos soberanistas), no tiene más remedio que utilizar otras herramientas para captar la atención de los ciudadanos. El objetivo es impregnar de independentismo las movilizaciones sociales de distinta índole.

El objetivo es impregnar de independentismo las movilizaciones sociales de distinta índole que se celebren en Cataluña

El documento de Endavant lo deja meridianamente claro: “No sectorializar. Solo uniendo luchas por la vivienda, el trabajo, contra el sistema patriarcal y racista, por la defensa del territorio, la lengua y contra la represión podremos hacer frente al proyecto político unificado que nos explota, nos mata y nos hace la vida imposible”. No es una idea nueva. Esta infiltración ya había sido puesta sobre la mesa en otras ocasiones en que había crisis de movilización. De hecho, la CUP editó un libro sobre cómo hacer proselitismo desde el puesto de trabajo. Pero ahora, con la movilización independentista bajo mínimos, esa estrategia es la que más frutos le puede dar.

La CUP se prepara para plantar una dura batalla en la calle en contra del Govern que preside el republicano Pere Aragonès, a quien la propia formación anticapitalista catapultó al cargo de ‘president’. La intención era que hubiese un Ejecutivo independentista como fuese para no tener que repetir elecciones y sufrir un varapalo aún mayor, pero ahora los antisistema se preparan para desestabilizarle desde la calle, como única estrategia para recuperar terreno perdido mediante el ‘agit prop'. La formación radical apuesta exclusivamente por la vía ilegal para conseguir la separación de España, ya que considera que cualquier otra opción está muerta.

Nacionalismo Indulto Cataluña
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