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Los presos reafirman su desafío al Estado (aunque cada uno tomará su propio camino)
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Forcadell y Forn se retiran, el resto sigue

Los presos reafirman su desafío al Estado (aunque cada uno tomará su propio camino)

La mayoría quiere seguir en primera línea política, explotar su condición de 'mártires' del independentismo por sus años de prisión. Otros han decidido dejarlo tras inmolarse para nada

Foto: Los presos del 'procés' abandonan la cárcel tras el indulto del Gobierno. (EFE)
Los presos del 'procés' abandonan la cárcel tras el indulto del Gobierno. (EFE)

Los presos del 'procés' salieron ayer de la cárcel reafirmándose en su desafío a España. Ni arrepentimiento ni desde luego gratitud con quien les perdonó unos años más de cárcel como gesto de la "generosidad" del Estado. Escenificación dura, discurso anclado en 2017. “Victoria, victoria, victoria”, repetía Jordi Cuixart a sus compañeros antes de que se abriesen las puertas de Lledoners en las imágenes que emitió TV3. “Que no parezca que vamos a un entierro”, se les oyó decir como si ensayasen antes de dirigirse hacia los cientos de personas que les esperaban en el escenario. Oriol Junqueras, más prudente, matizó: “No, no, que puede parecer que nos alegramos de que haya muchos represaliados”. Luego, fuera, discursos unánimes: "amnistía", "autodeterminación" y creación de la "república catalana".

Foto con la pancarta 'Freedom for Catalonia', como si Cataluña fuese Sudáfrica y quien salía fuera Nelson Mandela. Ni una sola referencia a la mesa de diálogo ni al Gobierno de Pedro Sánchez, que tardó poco en confirmar que sus indultos no han ablandado a los independentistas. Solo un ejemplo. Oriol Junqueras: "Seguiremos trabajando por la amnistía de los 3.000 represaliados de este país. Nos comprometemos como siempre y renovamos el compromiso de trabajar por todos ellos, por todos los represaliados, trabajamos por la libertad de todo el mundo y por la libertad de este país". Los nueve presos que ayer abandonaron las prisiones se mostraron como un bloque reafirmando su activismo independentista y prometiendo a sus seguidores un futuro inmediato en el que Cataluña se separará del resto de España.

Los presos del 'procés' salieron de la cárcel con un espectáculo insurreccional destinado a su parroquia electoral. La mayoría de ellos quieren mantenerse activos en política, a excepción de Quim Forn y Carme Forcadell, que ya han anunciado que van a retirarse. Cada uno de los presos tiene una situación y un plan diferente, pero la mayor parte de ellos quiere explotar su condición de 'mártires' por su paso por la prisión en la política activa. Oriol Junqueras seguirá liderando ERC y quiere ser otra vez el interlocutor con Moncloa. Sànchez planea fortalecerse para tomar el control de Junts. Y Cuixart está tentado para encabezar la vertiente más radical del separatismo. Lo de la inhabilitación puede quedarse en anécdota.

placeholder La expresidenta del Parlament Carme Forcadell (c). (EFE)
La expresidenta del Parlament Carme Forcadell (c). (EFE)

Carme Forcadell: se jubila de la política

Su valor simbólico es inabarcable para el movimiento soberanista. Fue la persona que leyó la declaración de independencia en octubre de 2017, ante la negativa de Carles Puigdemont a hacerlo. Vinculada a ERC, ni tiene buena relación con el expresidente catalán ni tampoco quiere seguir en política. Se sintió traicionada por Marta Rovira, quien no la avisó de su fuga a Suiza. Es la única que en alguna entrevista ha reconocido errores en la ejecución del intento de sedición y se ha referido a que se olvidó a media Cataluña. Su papel en el intento independentista fue clave como presidenta del Parlament, pero en realidad la iba conduciendo Lluís Corominas, que sí era abogado y fue el cerebro gris que pilotaba las actuaciones de la Mesa del Parlament aquellos días. Si el 'procés' tiene un juguete roto, ese es Carme Forcadell.

placeholder El presidente de Òmnium, Jordi Cuixart (d), y el expresidente de la ANC Jordi Sànchez. (EFE)
El presidente de Òmnium, Jordi Cuixart (d), y el expresidente de la ANC Jordi Sànchez. (EFE)

Jordi Sànchez: tomar el control de Junts

Si alguien va a seguir en política, va a ser él. Su figura ha crecido de manera impresionante como secretario general de JxCAT. Con su jugada de pactar la nueva Generalitat con Pere Aragonès ha salvado JxCAT como partido. Su inhabilitación le impide ocupar cargos públicos, pero ahora campará libre. Y si antes Carles Puigdemont ya no podía controlar la formación, ahora le costará mucho más. Su problema será tomar el mando del grupo parlamentario de JxCAT, donde los 'rebeldes' conspiran contra él, encabezados por Elsa Artadi. El principal reto de Sànchez es mantener su retórica desafiante con el Gobierno al mismo tiempo que plantea un giro de sus siglas hacia una política más realista. Justo el mismo giro que ERC lleva tres años haciendo. De hecho, Jordi Sànchez y su política se han centrado en 'tangar' a otros de sus compañeros de celda, como es el caso de Josep Rull. Primero logró su apoyo para romper el PDeCAT y luego dejó a su hombre de confianza, Damià Calvet, fuera de la Generalitat. Calvet se ha tenido que conformar con la presidencia del puerto de Barcelona como premio de consolación.

placeholder El presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE)
El presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE)

Oriol Junqueras: repetir como interlocutor de Moncloa

Aspira a ser el Xabier Arzallus catalán. Es el presidente de ERC y desde ahí, pese a la inhabilitación, pretende mantener el control político del partido primero y de la Generalitat después de manera indirecta. Por mucho que los presos han intentado dar imagen de unidad, su relación con Jordi Sànchez es mala, solo superada por lo que detesta a Carles Puigdemont. Junqueras escribe libros en los que pretende marcar la pauta general del movimiento. Como aquellos jugadores que solo tienen un tipo de regate, con su salida de prisión repite la misma jugada con la que ya se hizo célebre en la época de Soraya Sáenz de Santamaría: ofrecerse como interlocutor privilegiado con Cataluña a Madrid mientras los traiciona sin contemplaciones. Un misterio es la relación que mantendrá con Aragonès. Por ahora, parece que le deja mucho más suelto que lo que Puigdemont dejaba a Quim Torra.

placeholder Jordi Cuixart. (Reuters)
Jordi Cuixart. (Reuters)

Jordi Cuixart: ¿la alternativa ultra a ERC y Junts?

El más entusiasta de la resistencia 'indepe'. El padre del 'ho tornarem a fer'. Sectores radicales le están buscando para liderar una alternativa a partidos como ERC y JxCAT, que se consideran quemados por el fracaso de 2017. O para unificarlos en una candidatura paraguas bajo su manto. Cuando en el independentismo se habla de cambio de liderazgos, muchos piensan en Cuixart. Pero él se resiste. Está en una fase más bien mística, explican personas cercanas. Ha tenido un hijo mientras ha estado en la cárcel, teorizó de manera estéril sobre rechazar los indultos, aunque en España no existe la prisión obligatoria. Los que le conocen aseguran que su principal problema con la salida de la cárcel será descubrir cómo ERC se ha infiltrado en el seno de Òmnium, entidad que todavía preside.

placeholder El 'exconseller' Jordi Turull. (EFE)
El 'exconseller' Jordi Turull. (EFE)

Jordi Turull: en primera fila de Junts

El más político. El que ha colocado más fieles en la nueva Generalitat que preside Aragonès. En la cárcel, se ha puesto muy en forma, ayudado por Raül Romeva. Sin hacer ruido, ha ido moviendo sus piezas. Su mujer, Blanca Bragulat, ha tomado un gran protagonismo y se ha pasado meses recorriendo los medios de comunicación asegurando que los indultos no arreglaban nada, sino que lo que era necesario era la amnistía. Opera como aliado táctico de Jordi Sànchez. Su estrategia: que su gente de Junts se centre en la Generalitat y se aleje del Parlament.

placeholder El 'exconseller' Josep Rull. (EFE)
El 'exconseller' Josep Rull. (EFE)

Josep Rull: quiere seguir, pero ha perdido comba

La cara contraria a la de Turull. Su red de poder local, clave para que JxCAT tenga alguna oportunidad en las municipales, se ha visto desplazada tanto de la Generalitat como del Parlament. Rull ha pagado un precio enorme. La mayor prueba en el juicio en el Tribunal Supremo contra él fue no dejar que atracase un barco lleno de policías en el puerto de Palamós. Quiere seguir en política, pero ha perdido mucha comba en JxCAT.

placeholder El 'exconseller' Raül Romeva. (EFE)
El 'exconseller' Raül Romeva. (EFE)

Raül Romeva: puente con los comunes

Sus libros no se han vendido especialmente bien en ese género literario en que se ha convertido el 'procés'. Pero su mujer, Diana Riba, se ha garantizado un puesto como diputada en el Parlamento Europeo. Ha entrado en la listas de ERC, ya que el partido pensaba que podía aprovechar su notoriedad como tirón electoral. En esta simbiosis, Diana Riba inaugura una nueva categoría en Cataluña: familiar de 'preso político' que hace de dicha condición un activo político. Carece de poder real en ERC. El papel de Romeva se basa en hacer de puente con los comunes.

placeholder La 'exconsellera' Dolors Bassa. (EFE)
La 'exconsellera' Dolors Bassa. (EFE)

Dolors Bassa: sindicalista con hermana en el Congreso

UGT ha vivido su liberación como una victoria de la central sindical. Su hermana Montserrat Bassa ha hecho como Diana Riba, carrera política en la listas de ERC. Ahora es diputada en el Congreso. Su intervención más famosa fue aquella de “me importa un comino la gobernabilidad de España”.

placeholder El 'exconseller' Joaquim Forn. (EFE)
El 'exconseller' Joaquim Forn. (EFE)

Quim Forn: quiere abandonar la política

Quizá la figura más trágica. El 'exconseller' de Interior estuvo tres meses en el Ejecutivo catalán y se ha comido más de tres años de cárcel. No tiene planes para seguir en política. Cuenta con un trabajo en Mediapro, pero el grupo que le contrató ha entrado en una crisis muy profunda. Irónicamente, Forn es quien tiene más posibilidades de conseguir una verdadera victoria jurídica cuando eleve su caso a instancias europeas. La sentencia de la Audiencia Nacional absolviendo a Josep Lluís Trapero es un argumento de peso que podría cuestionar su condena a nivel internacional.

Ninguno de los nueve asume errores de calado. Ni siquiera de cara a los suyos. Sobre las estructuras de Estado, que nunca se prepararon, por ejemplo; los planes de independencia financiera o la ausencia de reconocimiento internacional. Todo lo que les ha pasado es injusto, se lamentan, y culpan al Gobierno español. Ese mismo Ejecutivo que ahora les ha indultado.

Los presos del 'procés' salieron ayer de la cárcel reafirmándose en su desafío a España. Ni arrepentimiento ni desde luego gratitud con quien les perdonó unos años más de cárcel como gesto de la "generosidad" del Estado. Escenificación dura, discurso anclado en 2017. “Victoria, victoria, victoria”, repetía Jordi Cuixart a sus compañeros antes de que se abriesen las puertas de Lledoners en las imágenes que emitió TV3. “Que no parezca que vamos a un entierro”, se les oyó decir como si ensayasen antes de dirigirse hacia los cientos de personas que les esperaban en el escenario. Oriol Junqueras, más prudente, matizó: “No, no, que puede parecer que nos alegramos de que haya muchos represaliados”. Luego, fuera, discursos unánimes: "amnistía", "autodeterminación" y creación de la "república catalana".

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