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Documentos inéditos apuntan a Mas como el artífice del referéndum de independencia
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LA HOJA DE RUTA RUPTURISTA COMENZÓ EN 2010

Documentos inéditos apuntan a Mas como el artífice del referéndum de independencia

Una carta del secretario de CDC en poder de El Confidencial desvela que la hoja de ruta hacia la independencia se fraguó en 2010, e incluía elaborar un censo nacional catalán

Foto: El expresidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)
El expresidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)
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Documentos oficiales de Convergència Democrática de Catalunya (CDC) en poder de El Confidencial desvelan que la hoja de ruta hacia la independencia no es una cosa reciente: antes de conquistar el poder, el entonces líder de CiU, Artur Mas, ya soñaba con la idea de celebrar un referéndum de independencia e incluso llegó a encargar el tema de la elaboración de un censo a su equipo. Durante los dos primeros años de ese sueño, Artur Mas gobernaba en Cataluña con el apoyo del PP.

El inicio del 'procés' no fue, como todos creen, en septiembre de 2012, tras la fallida reunión entre Artur Mas y el entonces presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. Poco antes de las elecciones autonómicas de diciembre de 2010, Mas encargó al entonces secretario general adjunto de CDC, Felip Puig (Mas era secretario general y Jordi Pujol, presidente), que mirase el asunto. En ese momento, se acababa de producir la sentencia del Tribunal Constitucional anulando algunos artículos menores del Estatuto de autonomía, lo que fue suficiente para desatar una gigantesca campaña independentista. La maniobra de Mas tonteando ya con un referéndum antes incluso de ser 'president' nació en esas circunstancias.

En una carta manuscrita de Puig, a la que ha tenido acceso El Confidencial, fechada el 13 de octubre de 2010, el número dos de Convergència señala: "He recibido, por delegación de Mas, al señor Albert Bertrana, impulsor de la Agencia del Censo Nacional del Pueblo Catalán. Le he dado argumentos y criterios estratégicos y de oportunidad (no antes de las elecciones) pero él insiste en que valoremos la propuesta y me anunció que, muy probablemente, habrá un posicionamiento público de entidades y personalidades instando a los partidos nacionalistas a firmar el pacto".

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Bertrana era un empresario nacionalista que había sido uno de los fundadores del Comité Olímpico Catalán (COC) y que tenía predicamento en los círculos independentistas. En aquel momento, faltaban dos meses para las elecciones autonómicas (que acabaría ganando Artur Mas, que recuperaba así la presidencia de la Generalitat para Convergència) y los convergentes no querían dar un paso en falso. Su intención era seguir apareciendo como una fuerza moderada frente a la opinión pública y guardaban en la manga el as del referéndum para tensar la cuerda social, como acabó haciendo Artur Mas en el 2012.

La tercera vía, según Felip Puig

La misiva manuscrita de Puig va dirigida a Artur (Mas), Quico (se refiere a Francesc Homs) y David (Madí), tres de los hombres fuertes del partido. Y que su contenido era un as en la manga se deduce del último párrafo del escrito: "Lo cierto es que, con matices, se trata de una tercera vía (entre la declaración unilateral del Parlament y la convocatoria de un referéndum) que plantea una cierta hoja de ruta seria. Sigo creyendo que ahora no toca, pero es posible que valga la pena leer la propuesta. Bertrana escribirá a Mas".

Felip Puig era entonces el componente más destacado del núcleo soberanista de Convergència, el líder del conocido como 'pinyol', es decir, el 'hueso' radical, el conocido como el sector de los 'talibanes' de CDC, partidarios de la independencia y que ya se habían posicionado para tomar las riendas del poder, como se vio en la formación de los sucesivos gobiernos de Artur Mas y en los nombramientos de los altos cargos del partido.

La carta de Puig iba acompañada de un dosier con dos documentos destacados. El primero de ellos era una carta de Albert Bertrana como representante de los Comités Nació Catalana, pero encabezada por un logotipo (con la senyera y la silueta de los Països Catalans) perteneciente a una Agencia del Censo Nacional del Pueblo catalán (para ejercer el derecho a la autodeterminación), una entidad legalmente constituida ante la Generalitat como asociación.

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Esta carta está dirigida al propio Felip Puig y lleva fecha del 7 de octubre. Bertrana se había comunicado con Artur Mas en agosto de aquel año y el jefe de gabinete del entonces secretario general de CDC, César Grijalvo, "dijo que a la vista de la carta y documentos anexos, me proponían encontrarme con usted a primeros de septiembre". Finalmente, el encuentro con Puig se produjo el 13 de octubre.

El otro documento era un borrador del Pacto Nacional para la Autodeterminación, que advertía de que era un "borrador confidencial" que se encontraba en "estudio jurídico". Ese documento debería servir para obligar a todas las formaciones nacionalistas a conjurarse para realizar una "consulta de autodeterminación efectiva y otras votaciones que se organicen con este censo electoral". Además, reclamaría que todos los firmantes se comprometían a realizar una comisión mixta de coordinación conjunta de partidos y entidades "para establecer el orden de las tareas y fases a realizar por cada uno de los dos bloques". Y, por último, pensaba "desarrollar las relaciones internacionales de forma coordinada para explicar el proyecto de organizar una consulta efectiva de autodeterminación del Pueblo de la Nación Catalana (sic) para decidir si quiere constituir el Estado catalán democrático y de derecho, homologable con los Estados existentes en Europa".

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Los cargos públicos, a pagar

Para ello, también se comprometían los firmantes a buscar financiación y los recursos necesarios para el proyecto, entre otras cosas, "promoviendo entre sus afiliados, militantes, simpatizantes y votantes que hagan contribuciones financieras para la creación y funcionamiento de las nuevas instituciones democráticas propiamente catalanas fuera de los sistemas políticos de los Estados español y francés". Ese proyecto establecía también la obligatoriedad de que los que fuesen elegidos para cargos públicos debían contribuir con una parte de su sueldo público a estos cometidos. Apenas unos días más tarde de la reunión con Felip Puig, Bertrana protocolizó ante notario el pacto que debían firmar los partidos.

El primer punto de ese pacto obligaba a las partes a asumir que eran partidarias "de que el Pueblo de la Nación Catalana se dote de un Estado propio". También de que pueda "ejercer válidamente en derecho internacional su derecho a la autodeterminación reconocido a todos los pueblos por igual en la Carta de la ONU. Todo ello comportaría "el derecho de decidir constituir un Estado propio y de promover la mediación de la Comunidad internacional en este sentido".

Esa hoja de ruta fue, precisamente, la que Artur Mas aplicó a partir del 2012, con algunos matices: en ese frente amplio del nacionalismo incluyó solo a ERC. Y los dos partidos mayoritarios, CDC y ERC acabarían confluyendo juntos a las elecciones en la candidatura de Junts pel sí (JxS). Las entidades cívicas, en cambio, se dejaron fuera de esa ecuación y se utilizaron exclusivamente para calentar la calle. En la primera hoja de ruta de la ANC, en 2012, se exponía que si el Estado español impedía ejercer el derecho a decidir se harían servir "los procedimientos previstos por la Agencia del Censo Nacional del Pueblo Catalán", cosa que nunca se llegó a llevar a la práctica.

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El documento se justifica porque "en el marco constitucional del Estado español y en la jurisprudencia de su Tribunal Constitucional, el Pueblo Español es el 'titular indiviso' de la soberanía en todo el Estado español. Y el Pueblo Catalán no es reconocido y, en todo caso, es considerado como la parte del soberano Pueblo Español que reside en Cataluña, pero sin soberanía en tanto que pueblo catalán".

El Parlament no puede declarar la DUI

El informe de Bertrana apela a estudios jurídicos y académicos "de alto nivel internacional", así como a dictámenes del Tribunal Internacional de Justicia de la ONU para reclamar el derecho a hacer un referéndum. Reconoce también que el Parlament, "regido dentro del marco de la Constitución Española, no es un órgano capacitado para organizar el ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo de la Nación Catalana". También reconoce que no es un órgano capacitado "ni apropiado para hacer una declaración de independencia de la Nación Catalana. Y lo mismo se puede constatar del Govern de la Generalitat".

Lo único que se puede hacer desde los órganos autonómicos es "legislar y tomar medidas en el sentido de preservar la integridad de la Nación catalana en los diferentes aspectos y atributos materiales e inmateriales, fortaleciéndola y desarrollándola de manera que un Estado catalán sea viable cuando llegue el momento". Esa hoja de ruta fue aprovechada posteriormente por Artur Mas para ir creando las llamadas 'estructuras de Estado' dentro de la Generalitat para poder proceder a una hipotética ruptura con España.

Foto: Miles de personas durante la Diada previa al 1 de octubre de 2017. (EFE)

Para proceder a la independencia, pues, la primera de esas estructuras debía de ser un censo porque "el censo electoral español utilizado en territorio de la Nación catalana, considerada la ley correspondiente citada, no es un censo utilizable para la consulta de autodeterminación efectiva". Además, explica el documento, aquel censo electoral sería "por definición constitucional española, el censo electoral de la parte del pueblo español residente en la circunscripción territorial concernida. Y, en consecuencia, si se le utilizase para la autodeterminación, se podría concluir en Derecho internacional que, en realidad, no se había consultado al pueblo catalán, sino a una parte del pueblo español".

Hecha esta consideración, la principal arma de que debería dotarse el independentismo era de un "censo propio, de inscripción libre y voluntaria de las personas nacidas o residentes en territorio de la Nación Catalana que quieran votar en la consulta de autodeterminación". También podrían apuntarse los hijos de catalanes en el exterior. En otras palabras, un referéndum se tendría que realizar "fuera de los órganos regidos por el marco de la Constitución española y, en consecuencia, se tendrá que dotar, en el marco de la denominada 'sociedad civil' de un necesario nuevo marco institucional propio, democrático e ideológicamente transversal, y de los órganos aptos para este fin, adoptando reglas y procedimientos democráticos propios, en tanto que pueblo que emprende el camino para constituir un Estado propio".

Foto: El 'expresident' de la Generalitat Artur Mas. (EFE)

El censo quedaría custodiado por la Agencia del Censo Nacional del Pueblo Catalán "que ya existe y actúa con esta finalidad registrada desde el año 2001, adaptándola a la nueva situación creada por el presente Pacto". Al margen, se proponía crear una Asamblea Nacional constituyente, utilizando el censo electoral catalán para elegir a sus miembros". Es lo que más tarde los partidos independentistas y la ANC llamaron la Asamblea de Cargos Electos (ACE), que pretende ser un Parlament paralelo, pero formado solo por partidarios de la independencia. Y mientras la Asamblea de Bertrana sería la que debería redactar la Carta de la Nación Catalana para someterla a referéndum, la Asamblea de Cargos Electos tendría luego como tarea redactar una Constitución Catalana a referendar una vez se haya efectuado la ruptura con España.

Todas esas reflexiones de Bertrana fueron las aplicadas luego por Artur Mas para guiar el 'procés' hacia la fallida consulta del 9 de noviembre del 2014, el pseudorreferéndum por el que fue condenado a multa y pena de inhabilitación por los tribunales. La estrategia fue copiada por Mas, que llegó a formalizar como entidad de la Generalitat el Consejo Asesor para la Transición Nacional (con salario cienmileurista de su presidente, el exmagistrado Carles Viver) y con una hoja de ruta muy similar a la detallada en el documento anterior de Bertrana. La misma estrategia se siguió más tarde con el referéndum del 1 de octubre de 2017.

Documentos oficiales de Convergència Democrática de Catalunya (CDC) en poder de El Confidencial desvelan que la hoja de ruta hacia la independencia no es una cosa reciente: antes de conquistar el poder, el entonces líder de CiU, Artur Mas, ya soñaba con la idea de celebrar un referéndum de independencia e incluso llegó a encargar el tema de la elaboración de un censo a su equipo. Durante los dos primeros años de ese sueño, Artur Mas gobernaba en Cataluña con el apoyo del PP.

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