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Puigdemont reserva a Elsa Artadi como peso pesado del nuevo Govern
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Recambio de Borràs si es inhabilitada

Puigdemont reserva a Elsa Artadi como peso pesado del nuevo Govern

Artadi fue, antes del 1-O, la directora general de Asuntos Interdepartamentales, encargada de vigilar que las consejerías tuviesen a punto sus ‘estructuras de Estado’

Foto: Elsa Artadi. (EFE)
Elsa Artadi. (EFE)

La guerra de tronos en Cataluña ha comenzado. Carles Puigdemont convocó con urgencia a Laura Borràs y a la cúpula de JxCAT en Waterloo este miércoles para examinar presencialmente la situación tras el 14-F y proponer líneas estratégicas y tácticas en el pulso con ERC para el reparto de poder. En definitiva, los partidos independentistas mueven ficha para tratar de sacar el mejor rendimiento a sus resultados electorales.

En esa coyuntura, el papel de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) es tratar de contentar a sus posibles socios: primero, a Junts per Catalunya (JxCAT), que exige un reparto al 50% de los cargos del Govern. Y luego, ceder ante la CUP para que la organización anticapitalista acceda a dar luz verde a un Govern independentista formado por los dos partidos mayoritarios (ERC y JxCAT) e incluso que se integre en él.

Foto: Intervención por videoconferencia del expresidente catalán Carles Puigdemont. (EFE)

El comité negociador de ERC (Laura Vilagrà, Josep Maria Jové, Sergi Sabrià y Marta Vilalta) tiene mucho que negociar y que encajar, porque los de Puigdemont apretarán para no diluirse dentro de un Ejecutivo capitaneado por Pere Aragonès. Según ha podido conocer El Confidencial, los primeros cromos ya están encima de la mesa. De hecho, tras el 14-F, la situación de los dos partidos mayoritarios es la misma y sería muy fácil intercambiarse las consejerías que hasta ahora han controlado. Es decir, que Esquerra se quedase con el cargo de ‘president’, además de las consejerías de Presidencia (que conlleva la portavocía), Interior, Territorio, Cultura, Empresa y Políticas Digitales, mientras que JxCAT obtendría Vicepresidencia (que conlleva Economía), Acción Exterior, Educación, Salud, Justicia, Trabajo y Agricultura.

Pero no todo es tan fácil. En el nuevo organigrama se introducirán, seguramente, nuevas áreas de poder, como la Consejería de Igualdad y Feminismo o incluso otra de Transición Ecológica o de Emergencia Climática. Además, si la CUP finalmente decide entrar, debería negociarse su cuota de poder, lo que dinamitaría el equilibrio de los dos grandes. Una de las consejerías que demandarían los anticapitalistas sería, precisamente, la de Interior, para desactivar las unidades de orden público, neutralizar las investigaciones sobre el independentismo y utilizar el cuerpo de los Mossos d’Esquadra para bloquear en lo posible la legalidad que depende del Estado.

Foto: La candidata por la CUP, Dolors Sabater. (EFE)

Dos pájaros de un tiro

Pero mientras la CUP discute internamente los pros y los contras de su integración en el Govern (un sector opina que puede influir más desde fuera y, además, no se ‘quemaría’ teniendo que acatar la Constitución), JxCAT comienza a mover sus peones. Los ‘junteros’ no verían mal una vicepresidencia política, al estilo de la que la propia Esquerra ya tuvo en el segundo tripartito con Josep Lluís Carod-Rovira. Se trataría de tener un departamento con peso político específico que le permitiría marcar perfil propio dentro del Govern. Otra cosa es que ERC transija con ello, ya que en ese caso el puesto estaría reservado a Laura Borràs, una hábil política que nadie duda de que sacaría partido de su posición para tratar de eclipsar el peso del ‘president’ Aragonès. Se da por hecho también que el área de Salud dependerá en el futuro de JxCAT y que quien está llamado a ser consejero es Josep Maria Argimon, actual secretario de Salud Pública. Argimon cuenta con el aval de Waterloo para ser elevado a responsable del departamento.

Pero una de las jugadas más importantes sería la reintroducción de Elsa Artadi en el Ejecutivo. Artadi ya fue consejera de Presidencia y portavoz con Quim Torra, pero abandonó sus responsabilidades para encabezar la lista de JxCAT en las municipales de 2019. Puigdemont apuesta por darle un lugar privilegiado en el Govern, pero repetir como portavoz parece empresa imposible, dado que es un cargo que se reservará ERC. Una consejería del área económica sería su lugar ideal. “A Elsa no le apetece mucho volver al Govern, porque es más tranquila y tiene menos desgaste su labor municipal, pero acabará haciendo lo que le manden”, explica una fuente independentista.

Otro interlocutor explica que “Artadi es una persona suficientemente preparada y su sintonía con Waterloo es total. Además, Puigdemont se reserva el control directo de JxCAT en Cataluña mientras él se dedica a su labor de internacionalización del conflicto y a ejercer como eurodiputado, que era la previsión inicial”.

Foto: El presidente de la Cambra de Barcelona, Joan Canadell. (EFE)

La jugada de Puigdemont es doble, porque el fugado de Waterloo mataría dos pájaros de un tiro con esa apuesta. Por un lado, Elsa Artadi es una persona de su total confianza y sería el recambio de la propia Laura Borràs si esta finalmente es condenada e inhabilitada por el escándalo de corrupción que investigan los juzgados. Por otro lado, el número tres de la lista, Joan Canadell, que ganó las primarias de JxCAT, no es del agrado de Puigdemont (ni de Borràs) y no tiene apoyos en el partido (de hecho, ni siquiera es militante, sino solo simpatizante). Con Elsa Artadi bien posicionada, el ‘aparato’ cortaría las alas de Canadell y quien acabaría al frente de JxCAT sería el 'alter ego' de Puigdemont en Cataluña. El ‘efecto Canadell’, aupado por la ANC, se acabó.

La elección tiene su razón de ser: Artadi fue, durante la etapa previa al referéndum del 1 de octubre, la directora general de Asuntos Interdepartamentales, encargada de vigilar que las consejerías tuviesen a punto sus ‘estructuras de Estado’ y reportar directamente a Puigdemont los fallos que detectaba. Era, por así decirlo, la persona encargada de controlar la gestión del referéndum internamente, en contacto permanente con el ‘president’. Por ello, tras la elección de Quim Torra, Puigdemont la puso como consejera de Presidencia y portavoz del Govern, un cargo que le daba tanta o más visibilidad que al propio Torra. Y luego le encomendó el control del grupo municipal de Barcelona, aunque no pudo evitar el descalabro de bajar a la mitad el número de concejales. En el futuro próximo, puede ser la salvadora de Puigdemont y la valedora para que el fugado siga teniendo un peso específico en la escena política catalana.

La guerra de tronos en Cataluña ha comenzado. Carles Puigdemont convocó con urgencia a Laura Borràs y a la cúpula de JxCAT en Waterloo este miércoles para examinar presencialmente la situación tras el 14-F y proponer líneas estratégicas y tácticas en el pulso con ERC para el reparto de poder. En definitiva, los partidos independentistas mueven ficha para tratar de sacar el mejor rendimiento a sus resultados electorales.

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