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El núcleo 'blando' de la CUP dice "no" a Puigdemont
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EL ‘EXPRESIDENT’ HABÍA OFRECIDO UNA COALICiÓN

El núcleo 'blando' de la CUP dice "no" a Puigdemont

Poble Lliure, integrada en la plataforma independentista de izquierdas, aprueba un programa electoral inasumible para el 'expresident'

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (EFE)
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (EFE)

El líder de Junts per Catalunya (JxCAT), el fugado Carles Puigdemont, ha recibido esta semana otro duro golpe que lo ha dejado un poco más aislado del resto de fuerzas políticas independentistas: tras la ‘espantá’ de los moderados del PDeCAT, el ala ‘blanda’ de la CUP, materializada en el partido Poble Lliure, ha aprobado las bases de su programa electoral que contiene puntos que difícilmente puedan ser asumidos por Puigdemont o por la derecha independentista, fundamentalmente por su visión del mercado.

Poble Lliure fue la formación sondeada por Puigdemont para que abandonase la CUP y se presentase integrada en JxCat, por lo que le llegó a ofrecer el tercer puesto en su lista para las próximas autonómicas. Puigdemont esperaba así dar un golpe mortal a la plataforma anticapitalista, privándola del mayor partido que la integra (la CUP tiene en su interior siete formaciones, de las cuales las mayores son Poble Lliure y Endavant, consideradas el “núcleo blando” y el “núcleo duro”, respectivamente).

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (Reuters)

La estrategia era maquiavélica. Se trataba de formar una pinza contra ERC entre la derecha tradicional y la izquierda radical, con la que intentaba asegurarse para su bolsillo un espectro de votos situados en la extrema izquierda. Con esta maniobra intentaba cortar un posible caladero de votos de ERC, y al mismo tiempo, reforzar la transversalidad de JxCat. Esquerra parte como favorita en las elecciones del 14 de febrero.

Puigdemont se aprovechó de que Poble Lliure se integró como partido en el Consell per la República, el órgano virtual que preside el propio Puigdemont y que quiere erigir en una especie de gobierno invisible de la República Catalana. Ni la CUP como organización ni el resto de partidos que la componen han querido saber nada de ese Consell.

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (EFE)

Pero la militancia de Poble LLiure se lo ha puesto crudo al expresident: su programa electoral aboga por nacionalizaciones y expropiaciones que a la derecha burguesa que apoya al fugado no hace ninguna gracia. De hecho, en una comunicación enviada a sus militantes esta semana, la cúpula de Poble Lliure reconoce que “es un programa imposible de aplicar en el régimen actual” y por eso llama a construir una “República para todos”.

Nacionalizaciones y expropiaciones

La formación radical propone, entre otras cosas, “la exención del pago de los suministros básicos (agua, luz y gas) a personas en situación de paro, expediente de regulación temporal de empleo o a pequeños empresarios obligados al cierre. Por ello, es necesario poner estas concesionarias bajo control público de manera inmediata. En otras palabras, lo que propugna es la nacionalización de los servicios básicos.

También aboga por “expropiar los recursos que acumulan los bancos y las empresas transnacionales”, ya que los primeros han sido posibles gracias a que fueron “salvados con mucho dinero público”. “Es preciso expropiar recursos, crear una banca pública bajo control democrático y generar nuevos impuestos al gran capital”, explica en el programa.

Foto: Miembros de la Mesa de la Izquierda Independentista durante la presentación de la campaña 'República ahora' en octubre de 2017. (EFE)

Otro de puntos de fricción sería la nacionalización de las telecomunicaciones, “que han de estar bajo control y gestión pública porque son una herramienta estratégica tanto de desarrollo como para acceder a un derecho universal como el de la educación”.

Poble Lliure reclama, asimismo, una “renta básica universal y una reducción de las horas de trabajo”. Señala que el ingreso mínimo vital ha sido un “fracaso anunciado” y que “la oligarquía no permite una redistribución real de la riqueza”. En esta misma línea se sitúa otra de las medidas propuestas: “Una moratoria en los desahucios y la exención del pago de alquileres e hipotecas a todas aquellas personas que estén padeciendo de manera directa las consecuencias de la crisis”.

Hasta aquí, los puntos que pueden aguar la fiesta a Waterloo, porque su naturaleza dinamita los postulados básicos del mundo liberal que hasta ahora ha apoyado a Puigdemont. Otros apartados del programa podrían ser negociados en mayor o menor medida. Así, por ejemplo, Poble Lliure reclama “aportar más recursos a la prevención, detección y actuación hacia la violencia machista en los hogares, garantizar la igualdad de género en los puestos de trabajo, la conciliación familiar y más servicios de cuidado públicos y de calidad”.

Foto: Manifestación para pedir la libertad de presos soberanistas. (EFE)

También propone contratar más rastreadores y aumentar los recursos para la atención primaria, que fue el sector que en mayor medida sufrió los recortes de Artur Mas durante la anterior crisis. “Se ha de fortalecer el sistema de salud pública manteniendo la gestión integrada en una única red pública y evitando la subcontratación de empresas, muchas de ellas más preocupadas por sus beneficios que por la salud de la gente”. Y otro de los apartados reclama “medidas estrictas de inspección laboral”. Reivindican los radicales en este punto que se garanticen las medidas de seguridad en los puestos de trabajo, potenciar el teletrabajo siempre que se pueda o que se pueda confinar a los trabajadores sin que pierdan su empleo ni sus ingresos.

Tras el revés que supuso la ruptura de conversaciones con el PDeCAT, Puigdemont ya tuvo que renunciar a un puñado de votos por el flanco moderado. Ahora, con el programa de Poble Lliure, podría perder otro puñado de votos por el flanco extremista. El fugado, lejos de lograr la unidad de las fuerzas, se ha quedado completamente solo, apoyado únicamente por algunos micropartidos soberanistas. El único vínculo con una formación mínimamente potente que le respaldase se le acaba de escapar por el desagüe. Y las elecciones están a la vuelta de la esquina.

El líder de Junts per Catalunya (JxCAT), el fugado Carles Puigdemont, ha recibido esta semana otro duro golpe que lo ha dejado un poco más aislado del resto de fuerzas políticas independentistas: tras la ‘espantá’ de los moderados del PDeCAT, el ala ‘blanda’ de la CUP, materializada en el partido Poble Lliure, ha aprobado las bases de su programa electoral que contiene puntos que difícilmente puedan ser asumidos por Puigdemont o por la derecha independentista, fundamentalmente por su visión del mercado.

Carles Puigdemont
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