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Dilema catalanista: emular al PNV con Marta Pascal o una plataforma con Albert Batlle
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El catalanismo moderado se redefine

Dilema catalanista: emular al PNV con Marta Pascal o una plataforma con Albert Batlle

Ante la maniobra del PNC, Units per Avançar, con Ramon Espadaler al frente, ha movido ficha con una plataforma que presente como candidato a Albert Batlle y que apoya La Lliga

Foto: La excoordinadora general del PDeCAT Marta Pascal. (EFE)
La excoordinadora general del PDeCAT Marta Pascal. (EFE)

¿Es el catalanismo moderado como el oso de los Pirineos y se encuentra en peligro de extinción o se trata de armar un nuevo partido y liderazgo para captar miles de votos huérfanos? La respuesta a esta pregunta no es nada clara, pero cinco formaciones se están disputando el mismo espacio electoral y estos días se debaten en un dilema. O aceptar el proyecto de Poblet y la nueva marca electoral que impulsan Marta Pascal y Carles Campuzano, entre otros —el PNC (Partit Nacionalista de Catalunya), evocando claramente al PNV—, o la propuesta que ha lanzado Units per Avançar —heredera de Unió—: una plataforma amplia encabezada por Albert Batlle, actual regidor de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona y notorio exsocialista.

Empecemos por Marta Pascal. La exsenadora por Cataluña ha escenificado largamente su distanciamiento de Carles Puigdemont. Pascal soñaba con un partido que se hiciese valer ante Waterloo y que se resistiese a las presiones externas, nada que ver con lo que hay ahora. Tras ella, hay todo un trabajo de reflexión de intelectuales, el grupo de Poblet, para intentar recuperar una parte del votante moderado convergente. La idea y el modelo es el PNV, grupo con el que Pascal hizo muy buenas migas durante la moción de censura contra Mariano Rajoy.

El PNC quiere volver a hacer política sin renunciar a nada. Pretende volver a pactar con Madrid, negociar transferencias y ser relevante de nuevo en el Congreso. Los independentistas los acusarán de 'autonomistas', uno de los peores insultos en la Cataluña del 'procés'. Pero es más complejo. El PNC no reniega de la independencia, si bien la sitúa a largo plazo: y tampoco renuncia a un referéndum, si bien lo quiere acordado con el Gobierno español. En este sentido, la principal diferencia con JxCAT es que se renuncia a la unilateralidad y se mantiene la voluntad independentista. De hecho, Marta Pascal participó en los hechos que desembocaron en el 27-O, y en esos días su posición no se encontraba tan lejos de, pongamos por caso, Marta Rovira.

Ante la maniobra del PNC, Units per Avançar, con Ramon Espadaler al frente, ha movido ficha. Propone una plataforma amplia, que presente como candidato a Albert Batlle. Batlle estuvo con el PSC, pero los dejó para militar en Unió, y su carrera ha estado muy vinculada a la seguridad. Dirigió los Mossos d’Esquadra hasta que se fue en 2017 porque Puigdemont “estaba poniendo el cuerpo entre la espada y la pared”, según declaró él mismo en el juicio del Tribunal Supremo.

Foto: David Bonvehí, Marta Pascal y Artur Mas. (EFE)

Pedigrí catalanista

En este sentido, Units per Avançar ha hecho valer su pedigrí como actor del catalanismo más tradicional y de derechas. Ventajas de haber tenido décadas a Josep Antoni Duran i Lleida como presidente. Su iniciativa ha encontrado como principal valedor a La Lliga, que preside la politóloga Astrid Barrio. La Lliga respalda el proyecto de Batlle y ahora todo el mundo espera que haya un acuerdo entre estas formaciones y el nuevo PNC de Marta Pascal, que de manera inicial querría ir por libre.

En medio ha quedado Lliures, el partido de los liberales catalanes, que lidera Antoni Fernández Teixidó. Lliure no ve mal la apuesta de Batlle, pero prefiere esperar para garantizarse que en el programa de la nueva plataforma no tenga cabida ni un referéndum ni que se apoye, aunque sea muy a largo plazo, la independencia de Cataluña. Por tanto, está estudiando sumarse, y lo condiciona sobre todo al programa. O, en otras palabras, no se fía de lo que puedan aportar Marta Pascal y los suyos.

placeholder El ex director general de los Mossos d'Esquadra Albert Batlle. (EFE)
El ex director general de los Mossos d'Esquadra Albert Batlle. (EFE)

Pensemos que estamos hablando de un espacio muy pequeño. Apenas unos 1.500 militantes repartidos entre cinco formaciones, puesto que no hay que olvidar a los Convergents, del 'exconseller' Germà Gordó. Tan soberanistas como lo pueda ser el PNC, pero al mismo tiempo más conservadores y más a la derecha. En juego, unos 600.000 votos, según los estudios que maneja La Lliga. Estas proyecciones hablan de unos 400.000 votantes de Cs que quedarán huérfanos en las próximas catalanas, muchos de ellos provenientes del PSC, a los que la opción de Batlle podría agradar, y entre 100.000 y 200.000 votantes desencantados de JxCAT y de sus coqueteos con la izquierda. Estos últimos preferirían a Marta Pascal.

Romper el PDeCAT

Fuentes de este entorno político apuestan por que Pascal y el PNC no abogarán por la confluencia, cuando este sábado se constituya el partido. Pascal está jugando a que el PDeCAT se rompa y que muchos alcaldes de la formación preferirán concurrir con el PNC en vez de con la amalgama de izquierdas que prepara Puigdemont, quien aspira que se sume a su alternativa incluso una facción de la CUP como Poble Lliure. En ese caso, los posibles votantes de un catalanismo moderado en las próximas elecciones tendrían que escoger entre Batlle o Pascal. Pero si el PDeCAT se acaba plegando a las exigencias de Puigdemont, como es lo más probable que pase, Pascal podría tener incentivos para sumar fuerzas con la plataforma de Albert Batlle y concurrir en coalición electoral.

La jugada de Marta Pascal y su PNV a la catalana es ganadora si el PDeCAT acaba roto porque los alcaldes históricos se desmarcan de Puigdemont


Pascal y Units per Avançar esperan recuperar el eje izquierda-derecha, en este momento en que hasta Laura Borràs dice que es de izquierdas. Rebajas de impuestos, control del gasto, rigor presupuestario, seguridad en las calles… Todo lo que JxCAT ha abandonado. La clave es si lo harán juntos o por separado.

Foto: David Bonvehí en el consejo nacional del PDeCAT. (EFE)

El independentismo ha dejado este espacio libre, que en el Parlament casi solo está representado por el PP. En cambio, en el eje soberanista, los votantes potenciales de Marta Pascal pueden verse tentados de apoyar otra oferta electoral que también les ofrece orden y una promesa lejana de independencia mientras que en el día a día se juega al pragmatismo: Pere Aragonès (ERC) es el catalanista tranquilo por antonomasia. Eso sí, a muchos de esos votantes les puede parecer demasiado de izquierdas. En su carrera por emular al PNV, Marta Pascal no está sola. ERC también lleva tiempo abonado a este juego.

¿Es el catalanismo moderado como el oso de los Pirineos y se encuentra en peligro de extinción o se trata de armar un nuevo partido y liderazgo para captar miles de votos huérfanos? La respuesta a esta pregunta no es nada clara, pero cinco formaciones se están disputando el mismo espacio electoral y estos días se debaten en un dilema. O aceptar el proyecto de Poblet y la nueva marca electoral que impulsan Marta Pascal y Carles Campuzano, entre otros —el PNC (Partit Nacionalista de Catalunya), evocando claramente al PNV—, o la propuesta que ha lanzado Units per Avançar —heredera de Unió—: una plataforma amplia encabezada por Albert Batlle, actual regidor de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona y notorio exsocialista.

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